Por
Javier Paco Miró
El 28 de diciembre de 2017 es uno de los días más oscuros en la
historia del rock mendocino, es que a los 60 años, moría producto de una
enfermedad degenerativa el gran guitarrista Mario Mátar, pionero del rock
cuyano a principios de la década del setenta, fundador de Altablanca, una de
las mejores bandas rockeras de la provincia. Además el músico integró otros
importantes grupos como Zonda Projeckt, Neptuno Club y Tiempo Después.
A mediados de los ochenta formó parte de la banda con la cual
Piero hizo un gira por Latinoamérica junto a Los Enanitos Verdes.
Hacía varios años que la salud tenía a mal traer a Mátar. Por eso, en aquellos últimos días, su amigo y ex compañero en Zonda Projeckt, el baterista Tuti Vega, había impulsado una campaña con el objetivo de reunir $15 mil para poder internarlo en un geriátrico.
En vida, fue reconocido
como emblema cultural y distinguido como ciudadano ilustre de Godoy Cruz.
Además, en mayo de ese año, se lo homenajeó colocándole su nombre a la escuela
de rock de Guaymallén. Ahora, su talento y su técnica única para tocar la
guitarra quedarán eternamente en el corazón de los fanáticos de la música de
Mario Mátar.