El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

domingo, 24 de enero de 2016

EL ANFITRIÓN - Novela






El Anfitrión – Novela


Autor: Gustavo Marcelo Sala



Un objeto, una cosa entre las cosas, un libro. La idea es la misma, nosotros estamos hechos para el arte, para la memoria y para la poesía, o posiblemente estamos hechos para el olvido. Siempre algo queda y ese algo es la historia o la poesía, que no son esencialmente distintas – Stéphane Mallarmé

Mientras el Anfitrión demanda los servicios de un escritor para que cuente su historia, en el exterior del recinto, el mundo se doblega ante la vulgaridad y la malevolencia de su rutina... El escritor quiere seguir el relato, la ignominia se lo impide, le quita concentración, la realidad conspira en contra de su don creativo, la ficción le comenzó a doler en sus manos. Desde el 10 de diciembre del año 2015 cada día transcurrido fue peor que el anterior y parece que nos estamos acostumbrando siniestramente que así sea. La tristeza se ha multiplicado de manera proporcional a las injusticias, y en los medios todo circula como si nada ocurriera... Argentina se ha convertido en un blues doloroso, como aquellos blues que se escuchaban en los barcos esclavistas que con destino al primer mundo se deslizaban por un mar de lamentos, olas de olvido y olor a muerte…


Estimado Santiago Becerra
De mi mayor consideración:

No importa mi nombre, es un dato insignificante. Hace poco leí un cuento suyo en donde se lamentaba por la desaparición de la correspondencia personal, Las Cartas, se titulaba el relato. Texto que por cierto me hizo pensar sobre cuál era la mejor manera para comunicarme con usted. Por eso recibe esta misiva, algo anticuada, con alguna falta de ortografía quizás, acaso asumiendo riesgos humanos. Como ve le hago caso rindiéndole el tributo que se merece a tan elevado y desusado arte. Le cuento que hace más de una década fui propietario de un pequeño salón literario al que nunca bauticé formalmente y que estaba ubicado en una esquina alejada del centro dorreguense. Mis visitantes, parroquianos de la barriada, lo llamaron el Círculo Literario del Desencuentro debido a que mayoritariamente era habitado por oscuros y timoratos escritores, repletos de bilis negra, amantes del blues, cuyas obras solamente tenían como auditorio a sus amadas y a los fantasmas de ellas, que según ellos, habitaban en sus suburbios interiores.
A propósito de lo que le menciono el salón tenía servicio de cafetería y no poseía numerados sus escritorios, no había mozos que necesitaran disciplinas, los estrados en cuestión ostentaban nombre propio: El rincón de la melancolía, el del olvido, el de la pasión, el de la lujuria, el del desencanto y así los demás…



La novela estuvo a disposición del seguidor durante un mes a modo de presentación

.... en breve estará disponible en las librerías del distrito





sábado, 23 de enero de 2016

No Medicine Like The Blues y algo más



Comenzó la tormenta, llueve copiosamente. Ruin para algunos, divina para otros. No obstante su osadía cabalga por huellas de vencidos e invencibles, imberbes y mancebos, de probos y olvidados. Su humedad cubre mis colinas exponiendo un paisaje de gris pintura, las gotas se mezclan inconstantes entre mis quebrantos y la crueldad besa mis mejillas malolientes e insípidas, ya sin rubor. Copiosa y efímera, tan ufana e irreverente, bendición divina, culebra o serpiente, somos tormenta, somos agua y pendiente. Copiosa, siniestramente copiosa, de aspecto negro e inundación de olvido. Aún así  parten de modestos puertos almas valerosas para intentar salvar de la catástrofe lo poco que nos queda: mis insolvencias y su mar…


miércoles, 20 de enero de 2016

Los infiernos del poeta y la Detroit Blues Band





Los espejos son imágenes públicas, indescifrables. Allí lo improbable va de la mano de lo imaginario, todo es simetría. En ese mundo invertido estamos apenas  un rato, creyendo vivir un sueño, y así uno va por el mundo esquivando senderos que se deben tomar.  Y es probable que el pasado nos siga acosando por eso le pido a la muerte algunos instantes de su desmemoria, la sangre gotea gracias a su sutileza, llama y grita desesperada, no la escucho, su conquista resulta una excusa irremediable. Escribir no es más que un compromiso con uno mismo, leer es su simetría. El reloj cesa cuando el tiempo es retroceso, exilio que se viste con túnicas de melancolía. Es natural observarse como un mediocre actor de obras azarosas en donde el olvido habla de lo que no se alcanza a definir.  Algunos viven no más que el hoy de sus magros momentos, otros insisten en la persecución de un devenir, están los que construyen pasados, tristes y solos, los menos van creyendo y leyendo inexistencias. De todas maneras sigo tu ruta, persigo el misterio, soy  extremaunción.

                                                                                

domingo, 17 de enero de 2016

Un blues de Larry Miller, Cruel Old World, un viejo poema y una reflexión sobre el arte en tiempos violentos




"No se puede escribir poesía después de Auschwitz" afirmó Theodor Adorno. Lamento no estar de acuerdo. En tiempos violentos me afilio a la idea de su compañero de la Escuela Frankfurt, Walter Benjamín. El lenguaje del sueño no está en las palabras, está bajo ellas. 

Forma y contenido son lo mismo en la obra de arte: son sustancia. ¿Qué valor tiene toda la cultura cuando la experiencia no nos conecta con ella?. 

La dicha es justamente lo que saca al dichoso de la concatenación de los destinos y de la misma red de su destino. Sobre la base del pensamiento de estos enormes filósofos con relación a la supervivencia en momentos históricos desagradables y pendencieros me atrevo a soslayar que debemos esforzarnos por buscar en el arte, no un bálsamo ni un placebo, sino la salida concreta a nuestro cotidiano escarnio...  








Instancias

A instancias de tus ojos
y sin perderlos de vista
los desafío al supremo sacrilegio
de no cegarse ante mí.

Y que vean lo que quieran,
aunque este espectro se acote,
si tu reflejo no abraza
a mis manos y a mis besos
te pido encuentres excusa
que sirva a mis objetivos
que me inquiete y me sostenga
en esta batalla perdida
para que las brujas nocturnas
 te aclaren que sin tu dosis
no arroparé consuelo,
porque mi mundo cedido
no se construye sin ti.

Y si estás, debes ser mía,
 muy a pesar de lo tuyo
imperiosa necedad
 ingenua alegoría.
Te juro amada mía
soy esclavo,
soberbia, malicia...


viernes, 15 de enero de 2016

Un par de blues - y un breve párrafo de una novela que, quién sabe, acaso alguna vez publique...




No tenga dudas mi amigo que el amor es una trampa para el incauto y un enemigo demasiado poderoso para el precavido. Trabajé para y en contra de él, es implacable, no tiene piedad del sano y se ensaña con el enfermo. A esta altura del relato usted ya sabe que la vida del círculo literario dorreguense fue breve pero intensa para los que la protagonizamos, y su corta vigencia se debe pura y exclusivamente a la propia naturaleza perversa que tiene el amor. Con él nada dura demasiado. Es absurdo esperanzarse con eternidades y cuestiones por el estilo, a fuerza de sincerarme le cuento que no me parece censurable la estrategia de Belcebú, incluso, con el acumulamiento de fracasos hasta resultan previsibles determinados finales. El amor no engaña per se, tal vez hace algo más malevolente aún, deja que ocurra, me afilio a la idea que nosotros queremos ser embaucados por él y sus inerciales espejismos, subsumisión que impone una necesaria debilidad, hasta nos exhibe buenamente todos sus peligros, sin embargo me atrevo a sentenciar que como enfermedad terminal va realizando su tarea pausadamente, por goteo.




jueves, 7 de enero de 2016

El Perdido o Guisasola, lo mismo da









El Perdido o Guisasola, lo mismo da


Calle de tosca imprecisa
con antojo de avenida
una silueta de esquina
pinta vencida a una chata.
Rocosa, inasible quietud
y un durmiente empobrecido
que sombrea a la vetusta
estación de los recuerdos
suplicando por momentos
hoy viejos, locos y muertos.

Firmes tonada sureras
merodean por sus calles
que a fuerza de polvareda
han dejado de ser valles.
A pesar de un regador
que generoso bendice
la codicia del verano
implacable se presenta
barrer y pasar la bruja
tarea que se incrementa.

En una mesa de truco
con tanteador de porotos
los vientos y la sequía
juegan a muerte el futuro.
Enfrente está la llovizna
junto a su amiga la briza
defendiendo con nobleza
entre una grapa y un tinto
el trabajo del paisano
que ayuna un tiempo distinto.

Con la fuerza del camino
y el silencio del andén
lo que nació como vía
y parada obligatoria
hoy es solo la osadía
de mil almas que conviven
a la vera de una ruta
que vive pidiendo paso
y que de a ratos convoca
a disfrutar del ocaso.

Guisasola o El Perdido
según relacione usted
los mapas se contradicen
y marean la visión.
Los carteles de la ruta
acompañan el enigma
y nadie explica el porqué
a un acuerdo no se llega
será por el albedrío
que a cada uno le pega.

Enamorarse del pueblo
es solo cuestión de tiempo
como de aquellas personas
que es necesario pensar.
No le llueven candidatos
que buscan lo llamativo
ni cuenta con retratistas
ni tapas en las revistas
tiene algo que enaltece
sus aromas y sus vistas.


Con mucha prudencia estimo
importante resaltar
las bondades que mi pueblo
tiene para ofertar.
Tal vez el noble habitante
por normal y por costumbre
no valora sus riquezas
que goza por respirar
pararse y tener conciencia
entrever y disfrutar.



.. y unas líneas para un viejo amor






Esquina que paciente espera la silueta del lector,
ochava que prevenida nos indica un recorrido,
curioso y desmedido, misterioso y poseído.
Imaginarios senderos borroneados por poetas
descansan sobre anaqueles sabiendo que entre sus hojas
se ocultan sutiles rimas bocetadas por los duendes.
Biblioteca de mi pueblo, de sudores y de brumas,
 intuyes vagos recuerdos que mantienen con nobleza
la magnífica noticia de aquel texto y su riqueza…









martes, 5 de enero de 2016

Yo al amor, lo trato de "usted"... y un blues de Gary Clark Jr.






Al amor, lo trato de “usted”

Conforme a su acuciante necedad y so pretexto de mis fueros y pasiones le pido bien sostenga mis blasones mostrando alguna traza de piedad. Procuro entenderlo, sin la maldad que marca la lujuria, intento inferir en ocasiones sin defraudar tamaña crueldad. Desgárreme en austera soledad, si lo desea, apele por desconfiados dones que logran reemplazar esta cínica verdad, plegaria que muere, en libertad, tallada, mutilada por malones de recuerdos vulgares, laxos de beldad.
A poco de agonizar creo imprudente propalar alegatos ostentosos que hablan con vocablos poderosos del sacro deber ser y lo decente. Implorar por espacios del poniente no resume momentos valerosos ni siquiera respetan tormentosos las ruinas del pasado y del presente. Lo dechado es partir humildemente reservando petitorios, cobardes necedades, fraudes del naciente, todo es tránsito tan solo la vertiente, lunar y sueño, perfiles rocosos, lamento de bruma y duelo penitente. En gélidos y confusos desiertos he resuelto por usted ultimar mis postreras noches encerrando retiros de ultramar entre postigos yertos, protegidos por grilletes inciertos. Este páramo que presume y desfigura a los muertos es un descanso que me impide estimar si es dable al destino reclamar la cruel ausencia de sus ojos tiesos. Le cuento que en cierta medida me relaja contar con la llanura y clamar conforme sus estados inexpertos por esas esencias ligeras que besan el mar y los verdes. No me es válido y puro reclamar por sus paisajes, ociosos y buenamente abiertos. Me atormenta su ausencia de piedad, sus silencios promueven maleficios, con juegos y plebeyos artificios es indecente su hermosa crueldad. Me perturban sus cielos sin edad, criatura luce rasgos pontificios con siluetas de sombras edificios que empobrecen mi senda en soledad. Quisiera que en su tiempo de verdad encuentre al olvido sin los vicios del desamor, mítica sinceridad que ahuyenta del orbe los suplicios, no permita que esa falsa libertad destiña mi infame sacrificio. A fuerza de maldades recurrentes magros días asumen sus distancias mas no son exclusivas sus instancias abrevando de humores inocentes. Es tiempo de momentos penitentes, el dolor niega suertes sin jactancias, tristeza de licor y de ganancias, sumarios restaurados y nacientes. A usted le complace inventariar lágrimas y cuerpos malolientes, sombras de lo que ayer fueron estancias plenas de goce, terquedad de los valientes que aún perciben de azares e ignorancias, seres venturosos que reciben de su parte el regalo de la hiel y de la sangre, sin que medie en su juicio la piedad. Omitidos en su inasible  arcón se revelan prevenciones y tesoros, y vulnera osado sus aforos por temor al espectro desazón. Usted, actor despreciable del dilema, intensifica la comezón reanimando la morosidad con su espolón evocativo. Sin embargo y con malicia le impugna el veneno al aguijón, los sufrientes no podrán gozar de esos placebos decorosos y abismales, espantajos límites que vigorosamente advierten de un desliz, de un simulacro, de un deseo inacabado.
El ascenso por la pendiente expresa lo azaroso de un regreso confuso, sendero de recorrido difuso que no siempre vagamos sin sorpresa. La cuesta nos espera con pereza inclinando nuestro miedo intruso, el mar azul y un tinte fresco, iluso, nos apunta con odio su pobreza. Y a mitad de camino la tibieza que con exquisita seducción usted expone, pericia con descaro, falsa promesa, muy a pesar de su verbo y su simpleza y de tanta delación en desuso seguimos avanzando con torpeza. No le debo negar a su mirada mis escorias, deseo ser portador del olvido, no preciso coartar de lo vivido aquello que no cuentan mis memorias. En mi holgado catálogo de historias sus labios ocultan síndicos latidos, y a pesar de mis signos prometidos recurro al mandato de mis fobias. Las derrotas formulan precavidos enlaces y ciertas esperanzas de victoria, cabriolas de candidez que a pesar de los rezos advertidos no son más que rimas que por ciertas se hacen obvias, y aún así seguir, a cuenta de los miedos escogidos. Por eso no distingo prudente su avaricia aunque es dable sentirme por vencido, la sangre se vierte sin sentido por los cauces y torrentes de codicia. No percibo prudente al ensayar abrevar desaciertos y rencores, falsificar ausencias y pasiones espiando su nirvana al caminar. No descubro prudente la mesura moderando masacres imprecisas ni venero sus frases de ternura cuando el sol disimula sus caricias y las manos coquetean sin cordura el difuso desfilar de sus milicias. 


lunes, 4 de enero de 2016

EL MARGINAL (Décimas en octavas)... y Cafrune pone el final..





                                                                                          

A cuento de la memoria
y este tiempo de descuento
sin esbozo de lamento
transito algo de mi historia.
Libre retahíla de amores
por senderos concedidos
de lado quedan favores
y sueños incomprendidos
la silueta del mendigo
y un deseo adormecido.

Arropado por mortajas
desando vagos convenios
crepúsculos harapientos
anónimos y sin dueño.
Lacerado por cenizas
crecí rabiando prudencias
callando tontas malicias
y exiliado por decencia,
no me sirven las noticias
no me sirve la clemencia.

Sin destino hallé confín
de certezas y de dudas
manual que todo paisano
debería amortizar,
y a poco fue que entendí
aquello a memorizar
y cual si fuera capital
que acampa junto a la huesa
más gravoso que llevar
el pan y el vino a la mesa.

Ningún dilema me tienta
no soy cantor que critica
lo que digo me molesta
más no lo puedo evitar,
imposible especular
ante el fraude y la rapiña
no me disfrazo ni acuso
por simple arrebato moral
comprenda si mal me excuso
tumbado en un totoral.

Supe mantener querencia
y supe andar vizcacheando
lo puro del buen aldeano
no me atrevo a sopesar.
Quien pudiera precisar
aquello que es discutible
las recetas infalibles
suelen a veces callar
los usureros calibres
y el tesón por degollar.

Vivo en un pago medroso
huidizo para vocear
lo injusto del poderoso
al momento de carnear.
Y la cosa no termina
con la simple sumisión
en ocasiones lo elije
como síndico y rector,
no le de vuelta paisano
ser libre es tener valor.

Se rinde culto a Maciel
y al Nírido Santagada
pero guay de parecerse
en sus luchas y estocadas.
Que todo quede en un busto
o en una calle cortada
que nadie se atreva pues
a reprender al baqueano
que castiga a su tobiano
para humillarlo después.

Los mejores pantalones
se lucen en la Rural
cuando es dable demostrar
que el patrón es generoso.
Vacile de lo primero
que le quieran enseñar
el rendido no revela
sus dolencias y su pena
sólo aspira a subsistir
aferrado a su cadena.

Se afilian las mayorías
al subsidio y la prebenda
se especula del Estado
se despilfarra la hacienda.
El modesto jornalero
no cuenta con bienvenidas
él se sabe minoría
en cuestiones del deber
no alcanza con ser medido
sólo la meta es tener.

Me tientan las generales
de lo que marca la estima
me hago cargo de mi Pago
de su paisaje y su rima.
El conocer sus miserias
me permite disfrutar
de sus enormes cadencias
y su puesta sin igual
la aldea guarda hidalguías
más allá de todo mal.

Hay fulanos con estirpe
que en su sangre ven blasón
yo les pido humildemente
que me extiendan su perdón.
Mas soy un ignoto coplero
desprolijo en sus decires
que guarda por este Pago
un sentimiento carnal
sin apellido de alcurnia
sin apetencia banal.

Mi humor es apenas rojo
corta en mi zarza y mi brote
no me cuelga en el cogote
ni premio ni bendición.
Le comento en la ocasión
que no hay legua con mi gracia
que para suerte o desgracia
la renta no es mi calado
por eso siento el desprecio
del presente y el pasado.

Varias veces me libré
del Pago y sus perrerías
si uno escapa está dejando
la mesa presta y servida.
Los malandras y los necios
tienen aguante y paciencia
conocen como una ciencia
que la lucha no es eterna
que el carente y su conciencia
juegan tute en la taberna.

Sigo porfiando en la justa
con heridas y reveses
los trigales y las reses
se olvidaron de la fusta.
La sapiencia popular
pendonea en armatostes
con reinados poco claros
como alambrado sin postes,
cucardas y peroratas
surcadas por los azotes.