El escritor y su gato compartiendo soledades

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Los infiernos del escritor

miércoles, 26 de febrero de 2020

Maestros del Blues… páginas para una antología de ruta


Canciones que jamás vas a escuchar por radio, duran demasiado para estos tiempos publicitarios en donde hasta los periodistas y locutores son genéricos subliminales y o PPT que respiran. Veinte páginas dispersas, cautivantes, lectoras, propias de creadores que tal vez sean injustamente olvidados, utilizadas como fondo musical en algunos filmes de muy bajo presupuesto y extrema calidad en tanto tema y libro. Blues del más alto nivel, ideal para armarse un compilado rutero en un par de cassettes, en un par de CD´s  o en el pendrive… Bellas mujeres y bellos hombres destrozados, y destrozando con sus encantos miles de corazones amantes. Pueden tener todos los amores posibles, menos uno, el negado, el que provoca todas sus infidelidades, promiscuidades y herejías. Por ello, deseo ser mi propio y único extraño, y será porque te extraño, que no considero el retorno como parte del camino.












































miércoles, 19 de febrero de 2020

Maestros del Blues… Johnny Copeland, homenaje… por Javier Paco Miró






Por Javier Paco Miró


Johnny Copeland nació en Haynesville, Luisiana. Influenciado por T-Bone Walker formó los Dukes of Rhythm en Houston, Texas, e hizo su debut discográfico en 1956 firmando con Duke Records al año siguiente. Aunque sus primeros discos tuvieron poco éxito comercial, se convirtió en un popular número de gira durante las siguientes dos décadas. 



Sus primeros años de carrera discográfica abrazaron el blues, el soul y el rock and roll. Grabó canciones para Mercury, Golden Eagle y All Boy, entre otros. Su primer single fue "Rock 'n' Roll Lily", y más tarde cortó éxitos como "Down on Bending Knees" y "Please Let Me Know". En su mayor parte, sus temas presentaban a Copeland como vocalista más que como guitarrista. También grabó con Albert Collins y Robert Cray, ganando un Grammy en 1987 por Mejor álbum de blues tradicional, por el álbum Showdown.


La extensas giras de Copeland lo llevaron al Long Beach Blues Festival de 1983 y al Festival de Blues de San Francisco de 1988, tocó en el Festival de Jazz de Montreux de 1985 y como invitado con Stevie Ray Vaughan y Double Trouble. Junto a SRV interpretaron la canción de Bob Geddins "Tin Pan Alley" en el álbum recopilatorio de Vaughan Blues at Sunrise. . 


Murió, a la edad de 60 años, en Columbia-Presbyterian Medical Center, en la ciudad de Nueva York, por complicaciones de cirugía cardíaca por un trasplante de corazón seis meses antes. En 2017, Copeland fue incluido póstumamente en el Salón de la Fama del Blues.





miércoles, 12 de febrero de 2020

Maestros del Blues.. Hubert Sumlin





Es posible que muchos no reconozcan el nombre de Hubert Sumlin, pero seguramente sí han sido tocados por su espíritu. Si han paladeado la obra de Tom Waits, saben que le gusta evocar la voz de licántropo de Howlin' Wolf; detrás suele haber algún moderno imitando también el sonido abrupto de su guitarrista, Hubert Sumlin. Su biografía parece la del blues de Chicago. Nacido el 16 de noviembre de 1931 junto al Misisipi, electrificado en el Norte, desechado por su público natural, reverenciado por las estrellas del rock. Hubert Sumlin murió el domingo 4 de diciembre de 2011 en Wayne (Nueva Jersey), a los 80 años. 





Había dado en Arkansas sus primeros pasos profesionales, junto a James Cotton. Pero sería otro cantante-armonicista quien facilitaría su entrada en la inmortalidad: en 1954, Howlin' Wolf le ordenó que viajara hasta Chicago, para integrarse en su banda. Lo de ordenar no es una forma de hablar: Howlin' Wolf exigía una lealtad total a sus músicos: en los clubes del South Side, ellos debían vestir de etiqueta mientras el líder prefería llevar ropa cómoda. Hay testimonios que sugieren que el Lobo Aullador nunca le perdonó la temporada que le abandonó, para tocar con su máximo competidor, Muddy Waters, que a su modo dirigía una extraoficial Academia del Blues de Chicago. Pero lo cierto es que le acogió de vuelta y le mantuvo en su grupo hasta su fallecimiento, en 1976. 






Intimidante por su envergadura y temible por su furia, Howlin' Wolf moldeó a Hubert Sumlin, había entre ellos una diferencia de 21 años y Howlin' Wolf. Dice la leyenda que le obligó a estudiar con un profesor de guitarra clásica y, esto es más importante, a tocar la eléctrica sin púa. Tiene sentido ya que sus impresionantes grabaciones para Chess Records revelan ecos directos de la guitarra acústica del delta blues. Enfrentado al impulso sobrehumano de Howlin' Wolf, Sumlin respondía con líneas de sierra, frases explosivas, soluciones inesperadas ante el vértigo del hueco vacío. Al quedarse musicalmente huérfano, Hubert Sumlin intentó mantener la banda bajo el nombre de The Wolf Pack (la Manada de Lobos). Luego, retomó una carrera en solitario que había iniciado muy tímidamente: grabó su primer elepé en Berlín Este, en 1964, durante una gira del American Folk Blues Festival. Su reputación como guitarrista explica que compañías francesas, alemanas ¡o argentinas! le produjeran discos inciertos: Sumlin carecía de grandes poderes como cantante y tendía a dejar a otros el papel protagonista. Finalmente, sus admiradores blancos decidieron colaborar a hacer el disco que merecía. Fue Keith Richards quién inició en 2000 la elaboración de About them shoes, su última obra y la primera en difundirse fuera del circuito del blues. Parecía una carrera contra reloj: a Hubert se le detectó un cáncer, hubo que extirparle un pulmón y los esfuerzos se desplazaron hacia organizar conciertos para pagar las facturas hospitalarias. About them shoes tardó cinco años en materializarse. Y funcionó: la entusiasta presencia de Richards, Eric Clapton, Levon Helm o David Johansen garantizó que tuviera eco en los medios generalistas, permitiendo que Sumlin pudiera ganarse la vida girando por pequeños locales. Conviene señalar que el repertorio de About them shoes se centraba en temas de (o identificados con) Muddy Waters; no se atrevieron a adentrarse en ese territorio inexpugnable que son las bárbaras canciones de Howlin' Wolf.



Fuente: Diego Manrique para Diario El País

miércoles, 5 de febrero de 2020

Maestros del Blues y el recuerdo para el gran guitarrista mendocino Mario Mátar, invita con unos vinos de la zona y varios vídeos para disfrutar Javier Pacó Miró










Por Javier Paco Miró









El 28 de diciembre de 2017 es uno de los días más oscuros en la historia del rock mendocino, es que a los 60 años, moría producto de una enfermedad degenerativa el gran guitarrista Mario Mátar, pionero del rock cuyano a principios de la década del setenta, fundador de Altablanca, una de las mejores bandas rockeras de la provincia. Además el músico integró otros importantes grupos como Zonda Projeckt, Neptuno Club y Tiempo Después. 




A mediados de los ochenta formó parte de la banda con la cual Piero hizo un gira por Latinoamérica junto a Los Enanitos Verdes. 



Hacía varios años que la salud tenía a mal traer a Mátar. Por eso, en aquellos últimos días, su amigo y ex compañero en Zonda Projeckt, el baterista Tuti Vega, había impulsado una campaña con el objetivo de reunir $15 mil para poder internarlo en un geriátrico. 



En vida, fue reconocido como emblema cultural y distinguido como ciudadano ilustre de Godoy Cruz. Además, en mayo de ese año, se lo homenajeó colocándole su nombre a la escuela de rock de Guaymallén. Ahora, su talento y su técnica única para tocar la guitarra quedarán eternamente en el corazón de los fanáticos de la música de Mario Mátar.