El Anfitrión –
Novela
“Un objeto, una cosa entre
las cosas, un libro. La idea es la misma, nosotros estamos hechos para el arte,
para la memoria y para la poesía, o posiblemente estamos hechos para el olvido.
Siempre algo queda y ese algo es la historia o la poesía, que no son
esencialmente distintas – Stéphane Mallarmé
Mientras el Anfitrión demanda los servicios de un escritor para que cuente su historia, en
el exterior del recinto, el mundo se doblega ante la vulgaridad y la
malevolencia de su rutina... El escritor quiere seguir el relato, la ignominia
se lo impide, le quita concentración, la realidad conspira en contra de su don
creativo, la ficción le comenzó a doler en sus manos. Desde el 10 de diciembre
del año 2015 cada día transcurrido fue peor que el anterior y parece que nos
estamos acostumbrando siniestramente que así sea. La tristeza se ha
multiplicado de manera proporcional a las injusticias, y en los medios todo
circula como si nada ocurriera... Argentina se ha convertido en un blues
doloroso, como aquellos blues que se escuchaban en los barcos esclavistas que
con destino al primer mundo se deslizaban por un mar de lamentos, olas de
olvido y olor a muerte…
Estimado
Santiago Becerra
De mi
mayor consideración:
No importa mi nombre, es un dato insignificante. Hace poco leí un cuento suyo
en donde se lamentaba por la desaparición de la correspondencia personal, Las
Cartas, se titulaba el relato. Texto que por cierto me hizo pensar sobre cuál
era la mejor manera para comunicarme con usted. Por eso recibe esta misiva,
algo anticuada, con alguna falta de ortografía quizás, acaso asumiendo riesgos
humanos. Como ve le hago caso rindiéndole el tributo que se merece a tan
elevado y desusado arte. Le cuento que hace más de una década fui propietario
de un pequeño salón literario al que nunca bauticé formalmente y que estaba
ubicado en una esquina alejada del centro dorreguense. Mis visitantes,
parroquianos de la barriada, lo llamaron el Círculo Literario del Desencuentro
debido a que mayoritariamente era habitado por oscuros y timoratos escritores,
repletos de bilis negra, amantes del blues, cuyas obras solamente tenían como
auditorio a sus amadas y a los fantasmas de ellas, que según ellos, habitaban
en sus suburbios interiores.
A
propósito de lo que le menciono el salón tenía servicio de cafetería y no
poseía numerados sus escritorios, no había mozos que necesitaran disciplinas,
los estrados en cuestión ostentaban nombre propio: El rincón de la melancolía,
el del olvido, el de la pasión, el de la lujuria, el del desencanto y así los
demás…
La novela estuvo a disposición del seguidor durante un mes a modo de presentación
.... en breve estará disponible en las librerías del distrito
La novela estuvo a disposición del seguidor durante un mes a modo de presentación
.... en breve estará disponible en las librerías del distrito
Comentarios
Publicar un comentario