El escritor y su gato compartiendo soledades

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Los infiernos del escritor

miércoles, 28 de agosto de 2019

Maestros del Blues… Wilson Pickett, una voz fascinante del Blues, del Gospel y del Soul, por Javier Paco Miró y algo sobre ciertas miradas y ciertas cegueras…







Por Javier Paco Miró

Nacido en Prattville (Alabama), se inició en la música cantando en un coro local de música Gospel. Fue el menor de 11 hermanos y sufrió maltrato por parte de su madre hasta que en 1955 se traslada a Detroit (Michigan) para vivir con su padre. En Detroit formó parte del grupo de Gospel The Violinaires con quienes gira por las iglesias de todo el país. En 1961, se unió al grupo de rhythm and blues The Falcons, banda que estaba buscando un nuevo cantante y donde coincidió con Eddie Floyd, otra futura estrella de la música soul




En 1962, Pickett conoce un primer éxito con The Falcons, “I Found a Love”, sin embargo, poco después de su grabación, decidió abandonar el grupo y embarcarse en su carrera en solitario. Grabó un demo de una canción que había escrito llamada "If You Need Me" y se la envió a Jerry Wexler, un productor de Atlantic Records. Wexler se lo dio al cantante Solomon Burke, cuya grabación fue uno de sus mayores éxitos (número 2 en las listas de R&B y número 37 en las listas Pop), convirtiéndose en un clásico de la música Soul, y dejando a Pickett destrozado cuando descubrió que Atlantic había regalado su canción.



Sin embargo el single “It’s Too Late”, compuesto e interpretado por el propio Pickett se convirtió es su primer gran éxito en solitario entrando en las listas el 27 de julio de 1963 y posicionándose en el número 7 de las listas de R&B, por lo que en 1964 firmó un contrato con Atlantic Records y comenzó a trabajar con el guitarrista Steve Cropper con quién crearía algunos grandes éxitos de la música Soul. Graban en 1965, el estudio Stax Récords de Memphis ”In The Midnight Hour” que se convertirá en su primer número uno y que venderá más de un millón de copias. Para sus siguientes sesiones de grabación, Wilson Pickett se traslada a los estudios Fame, montados en un antiguo almacén de tabaco cerca de Muscle Shoals en Alabama donde graba algunos de sus mayores éxitos como “Land of 1.000 Dances” (número 1 de las listas de R&B) y las versiones de “Mustang Sally”, “Everybody Needs Somebody to Love” o “Funky Broadway” consiguiendo ventas millonarias de todos ellos. Pickett también ha escrito canciones grabadas por artistas como Led Zeppelin, Van Halen, Stones, Creedence, Aerosmith, Génesis, Bruce Springsteen entre otros.




A principios de los ochenta tuvo problemas con el alcohol. Esto le valió algunos problemas con la ley y terminar varias veces ante los tribunales por conducir ebrio, llevar armas y meterse en peleas. Finalmente acabó ingresando en prisión tras amenazar a alguien con un arma.
Alcoholizado y arruinado, en enero de 1992 fue desahuciado de su casa en Englewood (Nueva Jersey) por no pagar el alquiler y en abril de ese mismo año, conduciendo borracho, hiere gravemente a un anciano de 86 años de edad por lo que fue condenado a un año de prisión y cinco de libertad condicional. También será declarado culpable de posesión de drogas. A pesar de sus problemas personales Wilson Pickett recibió numerosos homenajes y galardones por su labor musical, en 1991 fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll y en 1993 recibe el premio Pionner de la Rhythm and Blues Foundation.
En 2003 co-protagonizó el documental de D.A. Pennebaker “Only the Strong Survive” presentado en el Festival de Cannes y en el de Sundance. Pickett murió de un infarto al corazón el 19 de enero de 2006, a los 64 años de edad, en Reston, Virginia.





Su mirada, mi ceguera



No debo negar a mis escorias,
deseo ser portador del olvido,
no preciso coartar de lo vivido
aquello que no cuentan mis memorias.

En mi holgado catálogo de historias
sus labios ocultan síndicos latidos,
y a pesar de mis signos prometidos
recurro al mandato de mis fobias.

Las derrotas formulan precavidos
enlaces y esperanzas de victoria,
candidez de salmos advertidos
rimas, que por ciertas se hacen obvias.

No distingo prudente su avaricia
es dable sentirme por vencido,
por meandros y cauces de codicia
la sangre se vierte sin sentido.

No percibo prudente al ensayar
abrevar desaciertos y rencores,
falsificar ausencias y pasiones
espiando su nirvana al caminar.

No descubro prudente la mesura
moderando masacres imprecisas
ni venero sus frases de ternura
cuando el sol disimula sus caricias.