El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

sábado, 13 de febrero de 2016

Guitar Pete y el formidable blues Shattered Paradise, de paso se cuelan algunas reflexiones banales





La cultura del descarte de nuestra segunda década infame, a favor de sospechar el final de los finales existenciales, instaló en la sociedad el cruel sofisma que el romanticismo es cursi en tanto y en cuanto no vaya acompañado de un fin de soluciones a las desventuras cotidianas. Un poeta resulta un ente quimérico, de consulta esporádica, amén que nos dedique, expresamente, versos para nuestras puntuales y coyunturales melancolías. El “salir a algún sitio determinado” es sobradamente más valioso que estar con alguien en ese sitio determinado. La idea de compañía, de compartirse, está subvaluada hacia una suerte de complemento tolerante más que apreciable.
Las relaciones entre las personas están profundamente determinadas por las excusas que las puedan entretener y no por el placer de compartir momentos. Lo que se pone en riesgo es cada vez menos valioso, menos estimado, pretendiendo de ese modo economizar supuestos sufrimientos. A partir de esta serie de inescrutables paradigmas se establece un protocolo, aprobado masivamente, con las exigencias antes mencionada.
Pocos son los que abren su corazón. La mezquindad hace gala de fastuosas galanuras y Puerto Madero pasa a ser el único recuerdo autorizado.
En lo personal continúo anteponiendo la cursilería de una flor barata, la procacidad de una estrofa borroneada o la incómoda caminata bajo una tenue garúa. Escenarios olvidables por cierto, solamente relevantes gracias a lo que nosotros supimos construir con y a partir del otro. Es éste quién le dará al continente valor de contenido, dimensionando, de ese modo, lo importante por sobre lo transitorio. El mercado se instaló entre nosotros hace muchos años y nos hemos acostumbrado. No tener cotización definida y sobre todo palmaria aumenta el valor de las acciones del olvido, y por más cualidades que uno tenga, no entrará jamás como favorito para ninguna elección en la que pretenda tener alguna posibilidad de visibilización.