El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

martes, 6 de octubre de 2015

Rencor: inciso y soledad



Prospera y me culmina, lo fortifico con alimentos baladíes, lo cuido, lo acaricio, impermeable a los sentidos me percibo humano; en ocasiones exagera, me trasvasa y me transporta, se levanta pétreo, poderoso, indomesticable y perezoso. Es mi pecado y mi juego; popa, babor y eslora de un antiguo galeón que cruza tempestades marginales, acaso imaginarias, mares rociados con sales de desdichas y amenazas. Sus ropajes tientan con suntuosa brillantez a mi hondo vulnerable, a mi austero conviviente, al híbrido, al ciego, al ocaso y al perdido, mercader de la angustia con pretexto de verdad, y tizonas con aristas de heroísmo. En ocasiones lo he repudiado, debo reconocerlo,...por favor, que no se entere: Fui feliz. Otro monstruo suele ocupar su lugar, igual de poderoso, incisivo e inquisidor, más doliente, más verdad... Del amor se trata: engendro ausente de pleamar, ignorante de perezas, desprovisto de pompa y boato. Disfrutar de sus alas, de su recorrido, vagar en dirección hacia lo inerme, hacia la suprema libertad de una grácil derrota. Pero a decir de Plotino: Un amor insatisfecho se transforma en rabia de modo que la iracundia retorna brillante y tentadora, plagio y soberbia del endeble que soy... tramoyista de desdichas y amenazas, militante de aciagos mares rociados con sales de rencor.