El escritor y su gato compartiendo soledades

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Los infiernos del escritor

martes, 9 de abril de 2019

Maestros del blues… Janiva Magness y algunos detalles poéticos sobre una mujer que cantaba blues




Nació en Detroit, Estado de Michigan, el 30 de Enero de 1957. Cantante y compositora de blues, acaso junto a Koko Taylor, se constituyen como las voces  femeninas más destacadas del género en toda su historia. El suicidio de sus padres y un temprano embarazo y posterior entrega de su hija en adopción marcaron su niñez y adolescencia. 



Sus influencias de niña fueron Otis Rush, del cual su padre era admirador. Estudió la carrera de Ingeniero de Grabación lo que le permitió acceder al mundo de la música y así comenzar a participar en sesiones como corista, interactuar con músicos de enorme categoría  y a trabajar sobre sus propias composiciones. 




A partir de 1986 su carrera tomó un ritmo ascendente hasta nuestros días. Pasó por los sellos más cotizados recogiendo halagos ante cada presentación en vivo o ante cada sesión en estudios.  Ya completa más de una decenas de trabajos individuales. Desde el año 2006 ha sido nominada y premiada de manera permanente por las más avezados críticos y entidades musicales que entienden sobre blues..




Del libro “Aquella Mujer que Cantaba un Blues” de Fernando Ruiz de Osma


Compañeros de Viaje






TIERNA ES LA SOLEDAD, que ríe y va girando alrededor de todos nuestros cuerpos a distinta velocidad en cada caso. ¿Temerán también los animales el baile mareante de la soledad? Viajamos con distintos compañeros deslumbrados por los ruidos de las estaciones, aturdidos por las luces insomnes, por las risas y los llantos de los demás viajeros. Pero al cruzar los túneles se guarda silencio y recordamos el escozor de las llagas que nos produce un viaje tan largo, esta sed repetida y no saciada nunca. En los catálogos de las agencias ilustrados con promesas susurradas, con consejos inútiles, nadie nos habla nunca del placer del reposo. Un sobrecito aplacará la fiebre, se detendrá el dolor con un jarabe, pero ninguno de tus compañeros, ni tan siquiera de los más amados, caldeará el intenso frío que te envuelve con el giro incansable de la soledad alrededor de tu cuerpo.




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