El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

jueves, 24 de agosto de 2017

Maestros del Blues. The Beatles Blues y una historia en donde Javier “Paco” Miró nos cuenta acerca de lo que pudo haber sido para el género la irrupción de los genios de Liverpool, el recordado Beto Badía y algunas estrofas sobre el tiempo y lo que uno tenga ganas de recordar, olvidar y tolerar... cosas que cuelo cual traficante aprovechando la bonhomía de sus numerosos seguidores...





Por Javier "Paco" Miró


Algunos dicen que cuando todo se volvió complicado y dejaron de tocar en vivo, debido a los gritos, las amenazas, y los problemas con los grupos fanáticos cristianos, el grupo podría haber tomado un giro inesperado. Cuando managers y productores les quitaban el aire y los obligaban a pasar innumerables horas en el estudio hasta llegar a cansarse el uno del otro, John deseoó un par de veces, haber tenido una banda más al estilo de los Stones. También se dice que cuando Clapton colaboró con ellos y George amenazó con dejar la banda Eric parecía ser naturalmente el sucesor al puesto. De hecho durante la grabación de “Let it be”, un prestigioso tecladista negro que sabía un toco estaba trabajando con ellos, nada menos que Billy Preston.



A lo largo de los ensayos y las sesiones de grabación, la atención de la banda se centró en una amplia gama de “covers”, extendidos jams de blues de 12 compases y nuevos esfuerzos ocasionales como  "Mad" de Lennon. Estos covers incluyen piezas clásicas como "Adagio para cuerdas" de Samuel Barber, estándares del jazz como "No es ella dulce" y una serie de canciones de la era temprana del rock-and-roll como "Stand By Me", "Palabras de amor", "Lonely Sea", "Bésame Mucho"  y "Zapatos de gamuza azul". También tocaron varias canciones de Bob Dylan , incluyendo "Positivamente 4th Street", "All along the watchover" y "Yo seré liberado".



Quizás hubieran sonado un poco como los “Dirty Macs”, agrupación que contó brevemente con Lennon, Clapton, Keith Richard y Mitch Mitchell (Jimmy Hendrix Experience) y tocaron en vivo una  electrizante versión de los Beatles “Yer Blues” (ya presentado en grandes maestros del blues con anterioridad)
Introduciendo una especulación que ciertamente hubiera fascinado al entrañable y  tan extrañado Juan Alberto Badía en alguna de sus “Curiosas Noches” de la radio, sin duda hubiera disfrutado de presentar estas respetuosas y talentosas versiones de la banda Beatles Blues.



Beatles Blues comenzó durante los descansos de los ensayos de la banda brasilera TODAY  - un conjunto original de Marcos Viana, Flavio naves, Lancaster Ferreira, Bruno Falcão y Fred Barley en 2010. Marcos, el cantante, con su guitarra acústica y empieza a recrear canciones de los Beatles. Los otros miembros de la banda fueron sorprendidos naturalmente cómo sonaban esas canciones, como si él las hubiera escrito. Como el resto de la banda tocaba blues empezaron a tocarlas con este estilo.

Un día Lancaster dijo: "¿por qué no mezclar estas dos cosas? Podríamos llamarnos Blues  Beatles !" Todo el mundo amaba la idea y juntos empezaron los Beatles Blues en 2013. La primera versión de las canciones de los Beatles que llamó la atención de la gente fue un Ticket To Ride. El video ahora tiene sobre 2 millones de vistas en Facebook. La banda ha trabajado y reelaboró muchas canciones diferentes desde que se formó.




Seguramente el Juan sin poder con su genio hubiera cerrado el bloque con una canción de su banda tan amada es entendible.





Solo se tolera el ansia de no tolerar



Tolero el saqueo al cual invita la evocación,
expolio cuya indecible felonía permanece punzante,
acaso en algún retrato sepia,
tal vez en la astilla de una copa ajada
que aún conserva en su estría lacerada
la impaciente inmortalidad de una huella bermellón.

Tolero el despojo al cual invita el olvido,
abuso cuya promiscua perfidia persevera corrosiva,
tal vez en alguna pócima hiriente,
elixir rociado entre las rimas de un poema
que se niega a tutelar el entalle injuriado
y la extrema perpetuidad de su trazo bienhechor.

Tolero la estafa que procura la soledad,
inasible enfermera, perversa mácula, ácaro presente,
que cual grato somnífero, ampara desde la argucia
el verbo horrorizado de la buena compañía,
cincel agnóstico, porfiado, que perdura aún
con la elipsis de un acorde que merece perecer.

Tolero el punible silencio del camposanto el cual
se nos finge cancerbero, que nos ofrenda nirvanas,
brumoso predicado e inhabilitado al lenguaje
majestad sin un dialecto venturoso en sus axiomas
como oprobio: su algazara, y la luctuosa soberbia
de un promiscuo vencedor.