El escritor y su gato compartiendo soledades

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Los infiernos del escritor

jueves, 29 de noviembre de 2018

Maestros del Blues… Ruth Brown, la Reina Madre del Blues… y el texto Desapariciones de Paul Auster, nos los ofrece Javier Paco Miró







Por Javier Paco Miró 




Nacida el 30 de Enero de 1928 en Ruth Alston Weston, Portsmouth, Virginia, Ruth Brown introdujo al rhythm and blues como un estilo de música popular a través de una serie de canciones de éxito grabadas en los años 50 para el sello discográfico Atlantic Records, fundado poco antes.

Tras un resurgimiento que comenzó a mediados de los años 70 y alcanzó su apogeo en los años 80, Brown utilizó su influencia para luchar por los derechos de los músicos. Sus actuaciones en el musical de Broadway Black and Blue le valieron un Premio Tony, y la banda sonora recibió un Premio Grammy.

El padre de Ruth Brown trabajaba como estibador y dirigía el coro de la iglesia de su barrio, pero la joven Ruth prefería cantar en espectáculos de United Service Organizations (institución que organizaba actividades para los militares) y en clubes nocturnos. En 1945, Brown huyó de su casa de Portsmouth con un trompetista, Jimmy Brown, con quien pronto se casaría, para cantar en bares y clubes.


Posteriormente pasó un mes con la orquesta de Lucky Millinder, pero la despidieron por traer bebidas gratis a los miembros de la banda, abandonándola a su suerte en Washington, D.C.


En 1987 la lucha de Brown por los derechos de los músicos la llevaron a fundar la Rhythm and Blues Foundation. En 1989 se le concedió un Premio Pioneer por su labor en la fundación y en 1993 ingresó en el Rock and Roll Hall of Fame como La Reina Madre de Blues.




Se convirtió en un icono para muchas mujeres negras durante las últimas generaciones, siendo además una destacada artista y fuente de inspiración para otras cantantes de blues como Bonnie Raitt.
Brown grabó y cantó con el intérprete de rhythm and blues Charles Brown, también miembro del Rock and Roll Hall of Fame y participó en la gira de Raitt, "Road Tested", a finales de los 90. Su autobiografía de 1995, Miss Rhythm, ganó el Premio Gleason de periodismo musical.
En 2006, Hummer utilizó su canción "This Little Girl's Gone Rockin'" en uno de sus anuncios para H3.
Ruth Brown murió en un hospital cerca de Las Vegas, el 17 de noviembre de 2006, por complicaciones derivadas de un ataque al corazón y una apoplejía que sufrió tras una intervención quirúrgica en octubre de 2006




Desapariciones de Paul Auster


Empieza de nuevo, a partir de la soledad: como si ahora respirara por última vez, y es ahora, por tanto, cuando respira por vez primera más allá del abrazo de lo singular. Vive, y no es por tanto sino lo que se aloja en el insondable hueco de su ojo, y lo que ve es todo lo que no es: una ciudad del hecho indescifrable, y, por tanto, un lenguaje de piedras, pues sabe que en el total de la vida una piedra dará paso a otra piedra para hacer un muro y que todas esas piedras formarán la monstruosa suma de pormenores. Oír el silencio que sigue a la palabra de uno mismo. Murmullo de la más mínima piedra tallada a imagen de la tierra; y que los que hablen no sean más que la voz que los habla al aire. Y dirá de cada cosa que vea en este espacio, y se lo dirá al muro mismo que crece ante él: y también para esto habrá una voz, aunque no será la suya. Incluso a pesar de que habla. Y porque habla. Frente al muro adivina la monstruosa suma de pormenores. No es nada, y es todo lo que él es. Y si él nada fuera, déjalo empezar donde se encuentre a sí mismo, y como cualquier otro hombre que aprenda el habla del lugar. Pues también él vive en el silencio que viene antes de la palabra de sí mismo. Está solo. Y desde el instante en que empieza a respirar, no está en ningún sitio. Muerte plural, nacida en las mandíbulas de lo singular, y la palabra que construiría un muro a partir de la piedra más interna de la vida. Pues nada: de lo que habla es él; y a pesar de sí mismo, dice yo, como si también él empezara a vivir en todos los otros que no son. Pues la ciudad es monstruosa, y no hay en la boca fugas que no devoren la palabra de uno mismo. Por tanto, están esos muchos, y están todas esas vidas talladas en las piedras de un muro, y aquel que fuera a respirar aprenderá que no hay más destino que éste. Por tanto, empieza de nuevo, como si, por última vez, respirara. Pues no hay más tiempo. Y lo que empieza es el final del tiempo.