El escritor y su gato compartiendo soledades

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Los infiernos del escritor

miércoles, 4 de mayo de 2022

Maestros del Blues….. A poco de los 70 la leyenda de Debbie Davies y Las Cubanas de la Revolución

 

Debbie Davies es una guitarrista de blues estadounidense nacida el 22 de agosto de 1952. Cuando Debbie escuchó a Eric Clapton supo de inmediato que lo suyo era el Blues. 




Comenzó tocando en San Francisco en 1984, donde obtuvo el lugar de guitarra líder en Maggie Mayall and the Cadillacs, una banda de mujeres liderada por la esposa de John Mayall. En 1988 fue contratada por Albert Collins, y en los tres años siguientes fue una de las guitarristas de blues más innovadores de todos los tiempos. Durante su permanencia con Albert, Debbie fue invitada a tocar para el disco de Mayall del año 1990 (A Sense of Place) y en 1991 grabó junto a Albert Collins and the Icebreakers el álbum homónimo, que fue nominado al Grammy. 




En el verano de 1991 se convirtió en guitarrista de Fingers Taylor and the Ladyfingers Revue. En septiembre de 1993 debutó como solista con Picture This, con el sello Blind Pig Records. El lanzamiento incluía un cameo de Collins en "I Wonder Why". Desde 1993, Debbie produjo una docena y media de álbumes, con colaboraciones de Tab Benoit y Kenny Neal en una oportunidad, y con Anson Funderburgh y Otis Grand en la otra. 



La lista de los músicos que han tocado con ella incluye a: Albert Collins, Ike Turner, James Cotton, Mick Taylor, Peter Green, Coco Montoya, Duke Robillard, Tommy Shannon, Chris “Whipper” Layton, Sugar Ray Norcia, Mudcat Ward, Charlie Musselwhite, Bruce Katz, Per Hanson, Noel Neal, y Rod Carey. Recibió ocho nominaciones a los Blues Music Awards, y en 1997 y 2010 ganó el premio por Mejor Artista Contemporánea Femenina de Blues.

Álbumes:

1993 - Imagínese esto

1994 - Loose Tonight

1997 - Tengo ese sentimiento

1998 - En cada esquina

1998 - Gran Unión

1999 - Nostálgico por el camino

1999 - Cuentos del motel Austin

2001 - Amo el juego

2002 - The Blues: From Yesterday's Masters to Today's Cutting Edge

2003 - Clave para amar

2005 - Todo lo que encontré

2007 - Blues Blast

2009 - Corte de manos

2012 - Después de la caída

2015 - Love Spin

 




 

Fuente: https://www.last.fm/es/music/Debbie+Davies/+wiki

 


 

 

Las Cubanas de la Revolución

 

Del libro Mujeres en Armas (Gustavo Marcelo Sala - Artes Gráficas Líber – Coronel Dorrego - 2021)

 

 

Vilma Espín

 

En 1959, año en que triunfa la Revolución cubana de la mano de Fidel Castro y el Che Guevara, ser feminista no estaba bien visto, se podría decir hasta que era una mala palabra. Hoy, ese vocablo es una bandera y nos permite analizar en retrospectiva muchas acciones valiosas para estos tiempos de la cuarta ola. Con la rebeldía que nos caracteriza, nos tomamos el atrevimiento de llamar feministas a mujeres que no se consideraban así en su época. ¿Por qué? Porque sus acciones lo indican. Como Evita, Vilma Espín Guillois fue una luchadora por los derechos de las mujeres de su país. Tales fueron sus logros que, en la actualidad y a 90 años de su llegada al mundo, sus batallas siguen vivas, más vivas que nunca. Vilma nació al sur de la Isla, en Santiago de Cuba, un 7 de abril de 1930, creció en años donde recrudecía la violencia en los distintos continentes con el curso de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio atómico de Hiroshima y Nagasaki. El capitalismo mostraba su fuerza para generar en algunos países cada vez mayor dependencia económica y política.  La procedencia de Espín Guillois era de una familia acomodada. Eso le permitió estudiar ingeniería química en la Universidad de Oriente y, años después, perfeccionarse en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. El camino la cruzó con Frank Isaac País García, más conocido como Frank País, con quien emprendió un viaje de lucha. La ruta los llevó a unirse al Movimiento 26 de Julio para pelear contra la dictadura de Fulgencio Batista que atacaría a Cuba desde 1952 hasta 1959. Luego de entrevistarse en México con Fidel, Vilma participó desde la Sierra Maestra de todas las acciones que les darían el triunfo a la Revolución. Ese rumbo también la encontró con el amor de Raúl Castro, su único esposo.  En una entrevista extraída de su biografía titulada “El fuego de la libertad”, le preguntaron: ¿cuáles eran las dificultades para una mujer en la dirección del Movimiento 26 de julio? Ella respondió: “Allí a nadie se le ocurrió jamás esto como un problema. Y no era solamente la coordinación, nosotros teníamos jefes de acción que eran mujeres. Además, en Santiago de Cuba, por ejemplo, se dio la situación de que los hombres jóvenes que salían a la calle por la noche estaban en peligro constante de ser detenidos por la policía y registrados, sobre todo después del 30 de noviembre (levantamiento armado que tenía como propósito principal apoyar el desembarco del yate Granma), pero no tanto las mujeres, de manera que utilizábamos compañeras para transportar medicinas y armas, e incluso empezaron a ser ellas las que realizaban los sabotajes, cargaban dinamita y llevaban los mensajes. Es decir, jugaron un papel muy importante y muy activo en aquella etapa de lucha”.  Tal vez se podría decir que el logro más rotundo de Vilma fue haber creado el 23 de agosto de 1960 la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), estructura que presidió y que conectó las demandas y necesidades de todas las mujeres del país. El desafío era profundo: reconstruir una sociedad. La FMC desmanteló aquellos estereotipos ancestrales que colocaban a las ciudadanas en inferioridad de condiciones ante los derechos y atribuciones que poseían los varones cubanos. En una primera etapa, el foco de la organización estuvo puesto en su incorporación al mercado laboral.

El número de trabajadoras creció 7 veces: de 200 mil en 1959, a un millón cuatrocientas mil en 1990. Además, para ese año, más de la cuarta parte de las dirigentes políticas y administrativas eran mujeres, un indicador que estaba en cero antes de que Fidel llegara al poder.

La feminización de la fuerza calificada fue otra de las victorias: 58,3 por ciento de participación en el nivel medio y superior. En esos años, la FMC llegó a tener más de tres millones y medio de afiliadas que debatían para avanzar en la aplicación de políticas públicas que las beneficiaran: aceleraron el desarrollo educacional técnico y científico, propiciaron independencia económica para todas. 

En 1966, en una reunión de la FMC celebrada en la provincia de Santa Clara, Fidel reflexionó sobre el accionar de la organización: “Cuando nosotros llegamos esta noche aquí, le dije a un compañero que este fenómeno de las mujeres de la Revolución, era una Revolución dentro de otra Revolución. Y si a nosotros nos preguntaran qué es lo más revolucionario que está haciendo la Revolución, responderíamos que lo más revolucionario que está haciendo la Revolución es precisamente esto; es decir la Revolución que está teniendo lugar en las mujeres de nuestro país”. 

Aleida March, la compañera del Che Guevara, fue elegida Secretaria de la FMC y en su libro Evocación también le dedicó unas palabras a la conformación de este espacio: “Esos años fueron una escuela permanente. Desplegamos un intenso trabajo en la constitución de la organización en las diferentes provincias del país; aprendíamos acerca de la creación de una institución que se erigía como aglutinadora de masas; enfrentábamos, una verdadera lucha de clases, a las burguesas contra las revolucionarias que pugnaban por no desaparecer, en momentos en que aún no contábamos con la conciencia ni la suficiente formación cultural para dar las respuestas más acertadas. Solo la institución y el deseo de luchar por algo que sentíamos nuestro nos hizo dignas de acometer acciones impensables en otros tiempos y circunstancias”.  La leyenda de Vilma es una luz en la memoria socialista. Falleció el 18 de junio de 2007 y en una edición especial de la revista Mujeres salió un artículo titulado: “Siempre entre nosotras querida Vilma”. La autora del texto era María Yolanda Ferrer Gómez (Secretaria General de la FMC) quien la recordó con las siguientes líneas: “Así queda su imagen, brillando con luz propia, erguida como las palmas reales, linda como las orquídeas, la buganvillas, los glamedios y las rosas que tanto le gustaban, firme como el acero, como sus montañas orientales; dulce, tierna, soñadora, audaz, vibrando con su canto en los hermosos acordes de El Mambí y en las más bellas canciones tradicionales cubanas, como una leyenda hecha mujer, siempre joven, aún en la madurez de sus 77 años”.

 

Referencia Bibliográfica Micaela Arbio Grattone

https://feminacida.com.ar/

 

 

Teté Puebla

 

            Delsa Esther Puebla Viltre conocida también como Teté Puebla nació el 9 de diciembre de 1940.

Militar y política cubana, es la actual jefa de la Oficina de Atención a Combatientes y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Fue guerrillera en Sierra Maestra en 1957 y perteneció al pelotón de "Las Marianas".

En 1994 fue ascendida al grado de coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, y el 24 de julio de 1996 a general de Brigada convirtiéndose en la primera mujer general de Cuba.

Su padre era campesino y su familia pertenecía al Movimiento 26 de Julio. Tiene ocho hermanos y fue criada por sus abuelos. Quería estudiar para maestra, ha explicado en sus entrevistas. En su juventud, participó en la Revolución Cubana apoyando al Movimiento 26 de Julio. Vendió bonos, trasladó bombas y armas hasta que en 1957, a los 16 años, decidió también hacerse guerrillera y subir a Sierra Maestra. Realizó diversas misiones por parte de la Comandancia en Santiago de Cuba e integró el pelotón femenino Mariana Grajales. Fue marchante junto a Fidel Castro durante la Caravana de la Libertad y posteriormente ayudó en la atención de las familias de los combatientes. El 4 de enero de 1959 regresó a Santiago de Cuba. Fue nombrada directora del Departamento de Asistencia a las Víctimas de la Guerra. El 24 de mayo de 1959 fue ascendida al grado de capitán. En febrero de 1963 se situó al frente del Departamento de Educación en el Estado Mayor del Ejército Oriental, desde el que reclutó y ubicó maestros para alfabetizar a los rebeldes. En agosto de 1964 fue designada para atender las Granjas Infantiles para huérfanos de guerra y la Seguridad Social en el Ejército Occidental. En abril de 1966 fue trasladada al Estado Mayor de una unidad especial, para ocuparse de las necesidades de los familiares de aquellos combatientes que cumplían misiones en el exterior. En marzo de 1969, por orden del Comandante en Jefe, Fidel Castro, comenzó a dirigir el Plan Ganadero Guaicanamar, en la zona de Jaruco, en la provincia de La Habana. En octubre de 1978 ocupó la jefatura de la sección militar del Partido Comunista en la misma provincia, hasta que en 1985 asumió la dirección de Atención a Combatientes, Familiares de Internacionalistas y Mártires de la Revolución. En 1994 fue ascendida al grado de coronel, y el 24 de julio de 1996 al de general de Brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba convirtiéndose la primera mujer en la historia de Cuba en ostentar este grado militar. También fue integrante del Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas. En 2008 fue elegida diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba en la VII Legislatura en la Comisión Permanente de la Defensa. ​ En 2013 fue reelegida diputada en la VIII legislatura. Fue condecorada en diciembre del año 2001 por Fidel Castro con el más alto honor que confiere la nación: Heroína de la República de Cuba. Desde el año 1960 está casada con Raún Castro Mercader, es madre de tres hijos: Fidel, Raúl y Laura

Referencia Bibliográfica

https://es.linkfang.org/

 

Melba Hernández

 

             Melba Hernández Rodríguez del Rey. Destacada combatiente revolucionaria. Heroína de la República de Cuba y Doctora Honoris Causa del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. Participó activamente en la lucha contra la tiranía batistiana, siendo de las primeras en integrar las filas del movimiento revolucionario dirigido por Fidel Castro.

Participó junto a Haydée Santamaría en el ataque al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Fue detenida y sancionada a cumplir prisión. Integró la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio y en México participó en los preparativos de la expedición del Granma. Regresó a Cuba y se incorporó a las filas del Tercer Frente Mario Muñoz Monroy. Fundadora del Partido Comunista de Cuba y miembro de su Comité Central desde el Tercer Congreso, así como diputada a la Asamblea Nacional hasta su deceso. Nació el 28 de julio de 1921, en Cruces, antigua provincia de Las Villas, en una familia de estirpe mambisa. Se graduó de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana en 1943 y licenciada en Ciencias Sociales. Militó en el Partido Ortodoxo. Fue detenida y sancionada a seis años de prisión en la cárcel de Guanajay. Melba, junto a Haydée Santamaría, fue conducida desde el aeropuerto de Columbia hasta el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay en un carro del Servicio de Inteligencia Militar fuertemente escoltado. Fue destinada al Bloque A, donde se encontraban las reclusas de mejor conducta, según había dispuesto el tribunal que la consideró presa política y la condenó a siete meses de prisión. En un pequeño almacén de la planta baja, junto a la cocina se le habilitó la celda que compartiría con Haydée. En la celda improvisada se les habilitaron cuatro espacios: uno para dormitorio, uno para cocina, otro para comedor y un último donde se instaló el baño. Durante el encierro fue autorizada en algunas ocasiones a recibir personas amigas y se le permitió tener todos los libros que deseó, pero se le mantuvo todo el tiempo incomunicada, con la sola compañía de Haydée, y sólo podía tomar el sol en el patio los días que la visitaban sus familiares. En términos generales fue tratada de forma humana y cortésmente durante todo el tiempo que pasó en el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay. Melba, junto a Haydée, salió en libertad el 20 de febrero de 1954. La esperaron en las afueras del Reclusorio, para conducirla a La Habana, sus padres, los padres de Haydée y su hermano AldoJuan Manuel Martínez TinguaoLuis Conte Agüero y los revolucionarios de Guanajay, Ángel ErosPedro Esperón y Evelio Prieto, quienes luego formarían parte del comando que asaltó el Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957.

El primer acto que hicieron tanto Melba como Haydée fue llevar una ofrenda floral a la tumba del líder ortodoxo Eduardo Chibás. Casi inmediatamente después del excarcelamiento participó en la impresión y distribución del manifiesto "A Cuba que sufre", en el cual Fidel y sus compañeros de presidio patentizaban su decisión irrevocable de continuar la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Jugó un papel decisivo junto a Lidia Castro y Haydée Santamaría en la recopilación y organización de las notas que Fidel iba logrando sacar de la prisión, escritas con zumo de limón y en la cual reconstruía su alegato en el juicio del Moncada, que luego sería conocido como La historia me absolverá, así como en su posterior impresión y distribución clandestina. En carta del 18 de junio de 1954, Fidel le encomienda a Melba y Haydée hacer el mayor esfuerzo y concentrar los recursos en la impresión de La Historia me absolverá. Peso a peso logran acumular una cantidad de varios centenares para poder editar el manuscrito. En esta tarea se apoyan en el contador José Valmaña Mujica, quien se encarga de organizar todo el trabajo clandestino de la impresión. En mayo de 1955 participó en la reunión celebrada en el barco “El pinero”, que trasladó a los amnistiados desde Isla de Pinos, y donde, bajo la dirección de Fidel, se decidió el nombre de 26 de julio para el movimiento revolucionario. Integró su primera Dirección Nacional. Con una pequeña parte del dinero recaudado y cumpliendo orientaciones de Fidel, partió hacia México para hacer contacto con el grupo de asaltantes del Moncada que allí se encontraban en el exilio. La llegada de Melba con ayuda económica alivió la precaria situación económica que estos padecían. Durante el viaje, Melba pudo comprobar la labor de captación y penetración que realizaban los elementos priístas dentro de los exiliados del Movimiento 26 de Julio. La revolucionaria obtuvo copia fotostática de una carta en la que el ex presidente Carlos Prío Socarrás calificaba a los miembros del 26 como elementos peligrosos y orientaba su penetración. El 26 de julio de 1954, luego de su regresó a Cuba, encabezó junto con Haydée una manifestación que es agredida por las fuerzas policiacas de la dictadura en el cementerio de Colón.

Integró la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, en México participó en los preparativos de la expedición del Granma y despidió el 25 de noviembre de 1956 a los combatientes en el puerto de Tuxpan. Más tarde se incorporó al Ejército Rebelde en las filas del Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, dirigido por el Comandante Juan Almeida Bosque. Tras el triunfo de la Revolución desempeñó importantes responsabilidades, entre ellas, en primer lugar como Presidenta del Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur, y después de VietnamCambodia y Laos; miembro del Presidium del Consejo Mundial de la Paz; Secretaria General de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL); embajadora de Cuba en la República Socialista de Vietnam y en Kampuchea, y directora del Centro de Estudios sobre Asia y Oceanía. Fue fundadora del Partido y miembro de su Comité Central desde el Tercer Congreso, así como diputada a la Asamblea Nacional desde 1976 hasta 1986, y elegida nuevamente desde 1993. Falleció la noche del domingo 9 de marzo de 2014 en La Habana, como consecuencia de complicaciones asociadas a la diabetes mellitus, enfermedad que padeció durante muchos años. Atendiendo a su voluntad, su cadáver fue cremado y sus cenizas custodiadas transitoriamente en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El 29 de julio de 2014 sus cenizas fueron trasladadas al cementerio de Santa Ifigenia, siendo depositadas en el Mausoleo de los Mártires de la Revolución, donde descansará junto a sus compañeros caídos en la gesta del Moncada. Sus restos fueron colocados en uno de los nichos del panteón próximo al de su hermana de lucha, Haydée Santamaría.

Por sus relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destacan los títulos honoríficos de Heroína del Trabajo y Heroína de la República de Cuba. En el año 2006 se le otorgó el título de Doctora Honoris Causa, del Instituto Superior de Relaciones Internacionales.

 

Referencia Bibliográfica

https://www.ecured.cu/

 

 

Haydee Santamaría “Yeye” Cuadrado

 

Haydée Santamaría Cuadrado, singular cubana que prestigió a la Revolución y supo aunar la creación como una virtud excepcional, pertenece a la Patria toda, pero ocupa un sitio muy especial en el corazón de Santiago de Cuba, donde tuvo su Moncada y se convirtió en una Heroína de esa gesta. En esta tierra se evoca invariablemente a aquella muchacha dulce y apacible, de mirada penetrante, nacida el 30 de diciembre de 1922, en Encrucijada, antigua provincia de Las Villas, (hoy Villa Clara), quien forjó una personalidad rebelde cuando apenas era Yeyé, que halló afinidad y motivación en la postura firme de su entrañable hermano Abel. Así la mayor de cinco hermanos traspasó el horizonte del batey del central azucarero Constancia, donde le impresionó el ejemplo del dirigente local Jesús Menéndez y apreció las enseñanzas de su maestro que le transmitió una especial fascinación por Maceo, Céspedes, Agramonte y, sobre todo, por un patriota que la marcó desde entonces: José Martí. Toda esa savia dio vida a la María de la clandestinidad que hizo historia en las calles santiagueras, entregada con fervor a la causa- junto a Frank País y Vilma Espín- y puesta a prueba en la organización del levantamiento armado de la ciudad, el 30 de noviembre de 1956, para apoyar el desembarco del yate Granma. Precisamente, Vilma siempre subrayaba la fidelidad de Yeyé a Fidel, la indescriptible alegría que la conmovió cando se encontró con el líder rebelde en la Sierra Maestra y el cariño que despertó en su alma sensible el pueblo santiaguero, por su apoyo incondicional en los días difíciles de la lucha. En uno de los tantos homenajes tributados a la destacada luchadora en Santiago de Cuba, Martha Rojas, periodista que asistió al juicio por los sucesos del Moncada, el 16 de octubre de 1953, rememoró la primera vez que la vio sonreír otra vez, cuando Fidel le dio la misión de editar 100 mil ejemplares y distribuir La Historia me absolverá. La calificó desde entonces como una mujer audaz, con el don de la inteligencia y la expresividad, que nunca pudo apartar de su corazón ni curar la herida por la pérdida tan lacerante de Abel y de otros valerosos asaltantes al Moncada. Asela de los Santos, compañera de afanes e ideales, en ese mismo intercambio evocó facetas sobre el cumplimiento de una misión por ocho meses en los Estados Unidos para recaudar fondos y armas, con el propósito de abastecer el movimiento revolucionario en la isla. Allí demostró su entereza y espíritu de sacrificio, explicó, al dar una alta prueba de patriotismo, pues decía que no podía faltar a una orden de Fidel, a pesar de su gran necesidad manifiesta de permanecer siempre en la Patria. El notable intelectual Roberto Fernández Retamar, quien fuera director de Casa de las Américas y trabajó a su lado los últimos 15 años de la vida de la heroína, recordó que cuando ella asumió esa responsabilidad ya era una figura legendaria, de prestigio, autoridad y capacidad para convencer y aglutinar. Siendo su vida tan plena y fundadora, expresó entonces Retamar, no tuvo orgullo mayor que haber estado al lado de seres como aquellos, bajo la conducción iluminada de Fidel, la madrugada gloriosa del 26 de Julio. Sus compañeros de armas hablaban con devoción de quien en los preparativos de la acción moncadista y en la Granjita Siboney resultó hermana solícita, y en la posición que le tocó defender desde el antiguo hospital Saturnino Lora para resguardar a los atacantes, bajo el tiroteo, curó heridos, incluso de las tropas enemigas. Nunca la abandonó la confianza en la victoria y en los que lo arriesgaron todo hasta conquistarla; en aquella ocasión en que Fidel, Raúl, Almeida, Ramiro y los otros asaltantes salieron de la cárcel de Isla de Pinos, ella evaluó el hecho sucinta y elocuentemente: “Fue vivir otra vez”. Haydée Santamaría integró el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, constituido el 3 de octubre de 1965, y ostentó la Orden Ana Betancourt, colocada en su pecho por Fidel en un gesto de justicia porque él mismo había dicho refiriéndose a ella y a Melba Hernández, en su autodefensa por los sucesos del Moncada: “Nunca fue puesto en un lugar tan alto el heroísmo y la dignidad de la mujer cubana”. En el aniversario 62 de la epopeya de enero de 1959 a esta singular mujer, que prestigió a la Revolución y ocupa un sitio cimero en la historia de Cuba, hay que evocarla viva en su dimensión humana y revolucionaria, de profunda vocación martiana y amor a la Patria.

 

Referencia Bibliográfica

http://www.acn.cu/

 

 

Asela de los Santos Tamayo

 

Asela de los Santos Tamayo nació en Santiago de Cuba el 10 de septiembre de 1929  y falleció en La Habana23 de enero de 2020. Fue una destacada revolucionaria y pedagoga cubana. Considerada fundadora de la Pedagogía revolucionaria cubana y una de sus principales protagonistas.

Amiga entrañable de Vilma Espín y Frank País.

Al triunfo revolucionario se incorporó de manera activa al proceso ocupando cargos importantes a nivel nacional, como fue el de Ministra de Educación. Se graduó de Doctora en Pedagogía en 1954.

En 1952 se integró a las luchas estudiantiles en la Universidad de Oriente, donde conoció a Vilma Espín, uniéndose a ella en la gesta revolucionaria y en su vida personal, llegando a surgir una amistad entre ellas de hermandad. Participó activamente en las protestas por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 y fue detenida, junto a otros combatientes, al ser sorprendida repartiendo proclamas sobre la situación imperante. Se vinculó a Frank País y bajo sus órdenes formó parte del núcleo inicial que se integró al Movimiento 26 de Julio. Colaboró junto a un grupo de revolucionarios en la búsqueda de todas las formas posibles para ayudar a los sobrevivientes del ataque al Cuartel Moncada. Participó en el levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba.

Durante todo el periodo insurreccional cumplió diferentes responsabilidades, entre ellas el traslado, junto con Vilma Espín, desde Santiago de Cuba a Manzanillo de los compañeros que formaron el primer contingente de hombres y de armas que se incorporó a las guerrillas comandadas por Fidel Castro en la Sierra Maestra. De forma permanente trabajó en el avituallamiento de armas, uniformes y medicinas para el Primer Frente Oriental. En el año 1958 (enero-agosto) realizó junto a un grupo de revolucionarias, una serie de viajes entre Miami y Cuba para traer armas bajo las faldas, las cuales introducían por los aeropuertos de La HabanaVaradero y Camagüey.

En agosto de 1958 se incorporó al Ejército Rebelde en el II Frente Oriental Frank País dirigido por el comandante Raúl Castro Ruz.

Participó en la reapertura de escuelas cerradas por la tiranía y en la primera Campaña Nacional de Alfabetización. En el II Frente Oriental se le asignó la responsabilidad de dirigir el Departamento de Educación; se pusieron en funcionamiento y se crearon para los niños más de 400 escuelas y se formaron grupos para la alfabetización de combatientes en los diferentes campamentos, hasta el Triunfo de la Revolución en que asume la responsabilidad de superintendente provincial de Educación. En 1960 participó junto a Vilma en la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, integrando su Buró Nacional, primero como Organizadora y después como Secretaria General, responsabilidad que ocupó hasta el año 1966 en que pasa al MINFAR como jefa de la Dirección de Enseñanza y Escuelas Militares Camilo Cienfuegos del Estado Mayor General. Fue ascendida al grado de capitán. En 1970 fue designada directora general de Formación de Personal Docente del Ministerio de Educación, siendo promovida a diferentes responsabilidades, incluyendo la de ministra. Fue fundadora del Partido Comunista de Cuba y miembro de su Comité Central durante tres mandatos. Laboró como analista de la Oficina de Historia de las FAR. El 11 de septiembre del 2009 por su 80 cumpleaños se realizó un acto en su homenaje promovido por la dirección nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), en su sede de La Habana Vieja, donde uno de sus directivos, el general de división Jesús Bermúdez Cutiño, le entregó un certificado de reconocimiento. Jorge Risquet Valdés lo denominó «un retrato mínimo de Asela». La Juventud ― a través de Osnay Miguel Colina, miembro del Buró Nacional de la UJC a cargo de la esfera Ideológica, Gladys Gutiérrez Bugallo, presidenta de la FEU, y Jennifer Bello Martínez, presidenta de la FEEM ―  le hizo llegar sus felicitaciones; ellos le entregaron un ramo de flores y un bello cuadro de inspiración martiana. Acudieron también José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros; la general de brigada de las FARDelsa Puebla (Teté), y otros directivos de la ACRC. Le fue entregada la Orden Playa Girón, una de las máximas condecoraciones que otorga el Consejo de Estado, por el general de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Recibió también el homenaje de las Fuerzas Armadas Revolucionarias al concedérsele la Réplica del Yate Granma por el General de Cuerpo de Ejército Julio Casas Regueiro, exministro de las FAR, y del Ministerio del Interior, al entregársele un cuadro del Che por el General de Cuerpo de Ejército Abelardo Colomé Ibarra, quien fuese ministro del Interior. Asimismo la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana reconoció la labor de esta pedagoga. El 15 de enero de 2018 recibió junto a José Ramón Fernández, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el Premio Nacional de Pedagogía 2017, conferido por la Asociación de Pedagogos de Cuba (APC).  El 24 de enero de 2018, la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch y la embajada de Rusia en Cuba, la honraron con la Distinción al Mérito Cultural. Falleció en La Habana el 23 de enero de 2020 a los 90 años de edad. En cumplimiento de su voluntad, su cadáver fue cremado y las cenizas expuestas el 25 de enero en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón, donde permanecieron hasta su traslado al Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, en Santiago de Cuba.

 

Referencia Bibliográfica

https://www.ecured.cu/