Nació
el 19 de agosto de 1960 en Edenton, Carolina del Norte. De familia muy pobre mantenía
una vida de extrema sencillez.
Es en
la iglesia, y a pesar de su timidez, en donde comenzó a desarrollar públicamente
su vocación por la música. A los 16 años abandonó los estudios incorporándose
al ejército. Su destino Europa. Radicado
definitivamente en Alemania luego de haberse dado de baja, y con la doble
nacionalidad, se producen dos eventos que le cambiarían la vida de manera
definitiva, conocería a la chica que se convertiría en su esposa y comenzaría a
desarrollar su pasión por el blues, y con él desapareció la timidez y esa
suerte de miedo escénico que lo dominó desde pequeño.
En Alemania comenzaría su
carrera como cantante y compositor. Sus giras son un clásico dentro del tour
europeo del género. Esto es un sueño afirma
este padre de tres cuyo deseo principal es poder llevar su música al lugar de
sus raíces. Una decena de trabajos componen su discografía, y varios premiso lo
enaltecen como le principal músico alemán de Blues.
Solo tolera el ansia de
no tolerar
Tolero
el saqueo
al
cual invita la evocación,
expolio
cuya indecible
felonía
permanece punzante,
acaso
en algún retrato sepia,
tal
vez en la astilla
de
una copa ajada
que
aún conserva
en
su estría lacerada
la
impaciente inmortalidad
de
una huella bermellón.
Tolero
el despojo
al
cual invita el olvido,
abuso
cuya promiscua perfidia
persevera
corrosiva,
tal
vez en alguna pócima hiriente,
elixir
rociado entre
las
rimas de un poema
que
se niega a tutelar
el
entalle injuriado
y
la extrema perpetuidad
de
su trazo bienhechor.
Tolero
la estafa
que
procura la soledad,
inasible
enfermera, perversa mácula,
ácaro
presente,
que
cual grato somnífero,
ampara
desde la argucia
el
verbo horrorizado
de
la buena compañía,
cincel
agnóstico, porfiado,
que
perdura aún
con
la elipsis de un acorde
que
merece perecer.
Tolero
el punible silencio
del
camposanto
el
cual se nos finge cancerbero,
que
nos ofrenda nirvanas,
brumoso
predicado
inhabilitado
al lenguaje
majestad
sin un dialecto
venturoso
en sus axiomas
como
oprobio: su algazara,
y
la luctuosa soberbia
de
un promiscuo vencedor.
Comentarios
Publicar un comentario