Maestros del Blues… Sam Myers, el Embajador de Blues del Estado de Mississippi, y una poética sugerencia
Myers
nació en Laurel, Mississippi, el 19 de febrero de 1936, falleciendo en Dallas
el 17 de Julio del año 2006. Desde pequeño comenzó a sufrir de la vista
debido a sus precoces cataratas para finalmente a los siete años quedar
definitivamente ciego. Solo podía distinguir sombras y entre ellas alunas
formas, pero no podía leer, de manera que el Braille comenzó a ser su lenguaje
escrito.
Siendo alumno en Jackson comenzó su interés por la música aprendiendo
trompeta y batería, siendo de inmediato acreedor de una beca para el
Conservatorio Americano de Música de Chicago. De día estudiaba, de noche
frecuentaba los bares y clubes del lado sur de la ciudad. Allí se codeó con muchos
maestros que pasaron por nuestro sitio: Jimmy Rogers, Muddy Waters, Howling
Wolf, Little Walter, Elmore James. Con este último tocó de manera estable desde
1952 hasta 1963, año en el cual fallece Elmore. Ambos compartieron históricas
grabaciones para la compañía Chess Records. En 1956 graba Sleeping in the
Ground, tema que tuvo múltiples versiones en las voces de Blind Faith, Eric
Clapton, Robert Cray entre otros. A partir de la década del sesenta y hasta
mediados de los ochenta tocó en clubes de Jackson y en el circuito de
segregación racial del sur, más conocida como Circuito Chitril. A la par hizo giras mundiales con Sylvia Embry Y la Mississippi All-Stras Blues Bland.
Se
unió a Anson Funderburgh y su banda los Rockets en 1986, sociedad musical que
duró hasta el día de su muerte debido a las complicaciones sufridas por un
cáncer de garganta. A partir de su decaída salud y luego de su fallecimiento
los homenajes y reconocimientos fueron eventos cotidianos: Se publicó su
biografía cuyo autor fue el escritor Jeff Horton, fue incluido en varios
salones del género de distintos Estados, le fueron otorgadas distinciones varias.
Pocos días antes de su deceso el gobernador de Mississippi le entregó el premio
a la excelencia de las artes y la Comisión de Artes de Mississippi lo nombró
Embajador de Blues del Estado.
Segmento
del cuento La Sugerencia...
Fingía
ser uno de esos individuos que escogía atravesar senderos poco transitados,
acaso protegidos por la penumbra de la melancolía, ajenos al vértigo y a los
encandilamientos de los mercaderes de la modernidad. No deseaba la soledad ni
la veía como un ideal de vida, sin embrago el precio y el rigor de sus
elecciones lo habían investido de dicha orfandad. Prefería los amaneceres en
los cuales la luna, so pretexto astral, se demoraba en retirarse, al igual que
aquellos crepúsculos en donde la luna, bajo la misma excusa, no se atrevía a
invadirlo. No era un hombre vulgar, y menos especial, tal vez ambas cuestiones
lo mortificaban. Tocaba la guitarra y cantaba, escribía poesía. Si de poesía hablamos, pensaba para sí, podemos
decir que un poema nace de la mano del poeta y vive en el alma del lector. Solo
un poema se recibe como tal cuando logra ingresar dentro de esa íntima e
intangible soledad. Oficiar como un acompañante silencioso, memoria obligada,
re-lectura quizás, necesaria necedad...
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