Prospera y me culmina, lo
fortifico con alimentos baladíes, lo cuido, lo acaricio, impermeable a los
sentidos me percibo humano; en ocasiones exagera, me trasvasa y me transporta,
se levanta pétreo, poderoso, indomesticable y perezoso. Es mi pecado y mi juego; popa, babor y eslora de un antiguo
galeón que cruza tempestades marginales, acaso imaginarias, mares rociados
con sales de desdichas y amenazas. Sus ropajes tientan con suntuosa
brillantez a mi hondo vulnerable, a mi austero conviviente, al híbrido, al
ciego, al ocaso y al perdido, mercader de la angustia con pretexto de verdad, y
tizonas con aristas de heroísmo. En ocasiones lo he repudiado, debo
reconocerlo,...por favor, que no se entere: Fui feliz. Otro monstruo suele
ocupar su lugar, igual de poderoso, incisivo e inquisidor, más doliente, más
verdad... Del amor se trata: engendro ausente de pleamar, ignorante de perezas,
desprovisto de pompa y boato. Disfrutar de sus alas, de su recorrido, vagar en
dirección hacia lo inerme, hacia la suprema libertad de una grácil
derrota. Pero a decir de Plotino: Un amor insatisfecho se transforma en
rabia de modo que la iracundia retorna brillante y tentadora, plagio y soberbia
del endeble que soy... tramoyista de desdichas y amenazas, militante de aciagos
mares rociados con sales de rencor.
BRILLANTE!!!
ResponderEliminarSólo el amor
alumbra lo que perdura,
sólo el amor
convierte en milagro el barro.
Si Silvio lo dice... Abrazo
EliminarEl tango Rencor con letra de Luis Cesar Amadori termina con similar inteligente planteo "
ResponderEliminarla odio por el daño de mi amor deshecho
y, por una duda que me escarba el pecho...
no repitas nunca lo que voy a decirte...
rencor.... tengo miedo de que seas amor."impecablemente interpretado por el gran Julio Sosa