ENSAYO – LO QUE EL SER URBANO DEBE SABER SOBRE “EL CAMPO”: Formación y transformación del “Sujeto Agrario” de la Pampa Húmeda, por Antonio Diez. Fuente: Página Popular
Primera Aproximación…
Comienzo con este una serie de
artículos, en que trataré de ir apostando elementos que permitan al “bicho
urbano” formarse una idea de cómo arrancaron ciertas cosas que han marcado
nuestra historia, desde el origen hasta nuestros días. Mucho del material ya ha
sido publicado a lo largo de cinco años en www.elblogdelfusilado.blogspot.com y
servirá de base al desarrollo de esta serie.
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Allá por 1828
Charles Darwin anduvo por estos pagos. En uno de esos viajes que aparecen sin
sentido alguno, porque nunca nos explicaron el contexto. Porque, dígame amigo;
¿A santo de que andaban viajeros Ingleses por todas partes de estas tierras
inhóspitas? Porque mire que hay que estar medio loquito para bajarse del barco
(está bien, no era un crucero de lujo la Beagle) para largarse a pata por lo
desconocido. Ta bien, que después consiguió que los Patagones le dieran una
mano (y algunos caballos), pero…
Hago un
paréntesis. En 1812 se libra el Combate de San Lorenzo. Su reconstrucción
histórica se basa en tres documentos. 1) El parte de guerra de San Martín a sus
superiores (él entonces era solo un Coronel), 2) el parte de los Españoles que
tienen que explicar porqué volvieron a Montevideo en tan mal estado, y, 3) una
relación de un viajero inglés. Este documento aparece en los archivos del
Foreign Office. El “viajero Inglés” se llamaba John Parish Robertson. Años
después, un General San Martín triunfante entraba en Lima al frente de sus
tropas, y ¿sabe quien lo refiere en una descriptiva nota? Un viajero inglés… El
mismo John Parish Robertson. Medio que parece en joda, pero es así. Parece que
los tours ya estaban de moda.
Vuelvo a
Darwin. Se recorrió la Patagonia, y a orillas del Rio Negro se encontró con
Rosas que andaba en aquella campaña del Desierto (que no estaba tan desierto
parece, porque aparte de los naturales era lugar frecuentado por “viajeros”).
Darwin observa la naturaleza y levanta un prolijo inventario de lo que se ve y
lo que no se ve. No en vano 60 años después, luego del Genocidio de Roca, con
el apoyo financiero de la Sociedad Rural Argentina, son ingleses los que se
quedan con las tierras de la Patagonia, para poblarlas de ovinos cuya lana
alimentaría las tejedurías inglesas. (Ahora parece que está de moda hablar
güevadas sobre los extranjeros que compran tierras en la Patagonia, como si
estuvieran comprando tierra fiscal a precio vil, seguramente pagando coimas a
los K, cuando esas tierras fueron vendidas a precio vil por los Héroes de la Generación
de Roca, Julio, o Ataliva que era el recaudador). Pero algo más que la
Patagonia recorrió Darwin, ya que llegó hasta Santa Fe, por lo menos. De esto
poco se habla, lo importante es que dejó la impronta de “La tierra Maldita”
para la Patagonia, que tal vez haya sido el fundamento de Sarmiento de
regalársela a los chilenos… Lo fundamental es que aquellos sacrificados y
admirables agentes de inteligencia del naciente Imperio Británico inventariaron
prolijamente nuestros recursos naturales y humanos para forjar la grandeza de
SU imperio. Porque ahora parece fácil; uno se mete en google.maps y ve todo, y
eso con los programas de acceso público, ¡¡¡pero había que hacerlo entonces!!!
Estuvo un tiempo en Buenos Aires, y allí palpó el recurso humano de la clase
dirigente (que no tiene ninguna diferencia con la actual) ruin, mezquina,
grande en ambiciones y corta de grandeza. Y así jamás le dimos importancia a la
Patagonia, ¿para qué? si total con la Pampa Húmeda nos iba fenómeno y vivíamos
como duques (vendiendo trigo y carne a los ingleses). Carne y trigo que se
cargaban en barcos ingleses, se transportaban en ferrocarriles ingleses (Ah,
¿sabe quien fue el que fundó el The Argentine Southern Railway o sea el viejo
FCS, luego Gral. Roca? William Parish Robertson, el hijo del viajero….). Hubo
algo que Darwin no vio. Porque estaba muy abajo de sus pies. El Petróleo. Que
cuando lo descubrimos no le dieron demasiada bola. Los ingleses no le daban
mucha importancia al petróleo, y cuando se dieron cuenta, los sobrinos yanquis
los habían madrugado.
Viendo el
Marco Histórico…
De cómo fue que las vacas
sagradas de la India siguieron siendo sagradas, y el medio pelo argentino
sacralizó la vaca como símbolo de ganadería. La elegancia y el buen tono social
La
civilización brahmánica (tema del cual entiendo todavía menos que de las cosas
sobre las que escribo, lo cual es mucho decir..,) hace sagrados a los vacunos
por razones que entiendo serán valederas y sumamente respetables para sus
integrantes, entre los que no me incluyo. Pero la interacción entre esa cultura
y nuestra cultura tiene más puntos de contacto que los que a primera vista
aparentan. Allá por 1700 y pico, Inglaterra, había comenzado el camino a ser
una Potencia Imperial. Una inteligencia puesta al servicio de una vocación de
grandeza Imperial con todos los recursos en juego. Fuerza Militar para
imponerse, cooptación de las clases Gobernantes, industria y comercio a full,
manejo financiero para endeudar a los países y todo eso que ya sabemos y tanto
hemos padecido desde el principio de nuestra historia como Nación. Es decir,
los gringos tenían una mística ganadora, y además la ejercían poniendo el
referí, y a veces sugiriendo o imponiendo la formación del otro equipo… Se
había anexado la India, y allí empezaron a hacer su explotación Imperial. El
algodón empezaría a abastecer la Tejedurías de Manchester, la caña de azúcar a
extenderse por los trópicos, el Té de Ceylán abastecería el mercado Inglés (y
del resto del mundo “civilizado”, al que cooptaron con su costumbre del “five
o’clock tea”). Pero desconozco las razones por las que allá, tenían problemas
de conseguir mano de obra, y “trasladaron” miles de coolies chinos a la India.
Seguramente en calidad de semi esclavos o esclavos directamente, porque cuando
uno tiene vocación imperial no se anda fijando en esas pavadas. Los esclavos
siempre trajeron serios problemas de logística, porque si bien eran
reemplazables, había que darles de comer, cosa que se solucionó muchos años
después, con el fin de la esclavitud. Entonces pasaron a ser asalariados y
chau; que se vayan a comer a su casa, y a otra cosa… Y de paso tienen que
comprarnos sus alimentos (otro nicho del mercado). Pero me dispersé un poco.
Volvamos a los coolies chinos que estaban en la India, y sus problemas
alimentarios. Los ingleses eran muy respetuosos de los usos y costumbres de los
lugares que colonizaban. Pragmáticamente hablando no querían comprarse
problemas que le complicaran sus negocios. Y carnear vacas para darle de comer
a los Chinitos los hubiera malquistado con los indios, y su clase dirigente,
que en vías de cooptación no dejaba de ser brahmánica y hubiera visto con
horror el sacrilegio de amasijar una vaca para comérsela. Entonces los Ingleses
que la sabían lunga y tenían muy buena información (provista por los inefables
naturalistas y “viajeros” que seguían recorriendo el mundo en busca de
inventariar todo aquello que sirviera a los súbditos de S.M.) como dijimos al
principio de la serie hablando de Darwin, inmediatamente pensaron en el
charqui. Darwin había visto las vacas semi salvajes en las Pampas, había
conocido a los Mapuches, a los Tehuelches, Ranculches, Pampas y todas esas
etnias que poblaban un territorio al que después nos “vendieron” como
“desierto. Y allí encontraron los ingeniosos ingleses el proveedor del insumo
necesario. Antes de terminar por hoy, quiero recordar que los araucanos no son
chilenos como dicen y repiten una sartenada de gansos de este lado de la
Cordillera, ni tampoco son argentinos como corean otros salames de allá del
otro lado. Son Mapuches como su nombre lo indica (Mapu=la tierra, che=gente).
Antes que “inventáramos” Argentina y Chile ellos ya estaban ahí.
En 1914
empezó la Primera Guerra Mundial, y los ingleses se encontraron que la
Kriegsmarine los acostaba seguido porque sus barcos andaban a petróleo y se
reabastecían en el mar de otro barco petrolero, mientras que los ingleses se
tenían que meter al puerto para carbonear. Mientras que en tierra los tanques,
los camiones y los aviones marcaban la obsolescencia de la caballería (otra
vez; malhaya triste destino…) Y el petróleo pasó a ser un recurso estratégico.
Pero los yanquis les habían ganado de mano. Acá se mandaron un intento que casi
les sale. Allá por los ’20 prefabricaron un conflicto laboral que les iba a
permitir invadir la Patagonia “en defensa de la vida e intereses de los
Súbditos de S.M.” Para ello instruyeron a sus estancieros ingleses de ir
estirando la huelga mientras transportaban tropas a Malvinas. Contaron para
ello también con la involuntaria colaboración de los líderes sindicales que
entraron en el juego. (Convengamos en que su razón tenían) La Embajada
Británica iba coordinando los movimientos, pero, siempre hay un pero. Yrigoyen
era medio impredecible, y lo mandó a Varela, que como todo militar argentino
desde Lavalle en adelante no pensaba más que en ESO, y los pobres anarcos
pagaron el pato. Hay una cosa que siempre me ha molestado, sobre todo siendo
como soy Radical Intransigente, que los Radicales no profundicen sobre estos
hechos históricos, como para suavizar los cascotazos que recibe Yrigoyen. La
otra es que no es nuevo que luchadores sociales por las causas populares se
sigan prestando a ser forros de intereses ajenos, cuando siempre tienen que
poner los muertos ellos. O sea que los Altamira, Pitrola, Vilma Ripoll no son
originales en sus posiciones. Pero bueno, yo empecé con Darwin, y mirá donde
vine… Hubiera sido bueno que nos enseñaran a valorar el trabajo por el avance
de la ciencia de tipos como Darwin, pero dentro del contexto de un país con
vocación imperial que no tenía el menor reparo en pagar costosas expediciones
en busca de cumplir el destino político que se habían trazado. Pero al no
enseñarnos eso, hemos quedado condenados, al parecer, a no evolucionar. ¿Vio la
cantidad de gorilas que hay? Y ni miras de evolucionar…
Seguimos con el marco histórico. Reseros eran los
de antes…
Pedro de
Mendoza se vino en barco, pero mandó a un tal Cabral arreando hacienda desde el
golfo de Santa Catarina, para poblar con algunas vaquitas los pagos
bonaerenses. Por lo que este buen Señor, creo que Pedro de Cabral era su
nombre, con sus ayudantes se constituyeron en el antecedente de los reseros que
hasta fines de los años ’50 del siglo pasado poblaron las pampas. El hecho
histórico es que se vinieron desde lo que hoy sería Florianópolis con su tropa.
No sé con cuántas arrancaron pero, sí que con algunas llegaron. La primera
Fundación de Buenos Aires fracasó, y las vacas (y algún toro seguro) quedaron
por ahí. De allí, de la introducción de ese par de especies animales exóticas,
se inicia un proceso que aún al día de hoy sigue teniendo consecuencias en
nuestra historia y en nuestro presente. Las condiciones de la Pampa Húmeda,
pastos naturales, agua, ausencia de grandes animales carnívoros (salvo algún
que otro puma), hizo que se multiplicaran y difundieran por un espacio
geográfico tan ancho como propicio. También quedaron yeguas y padrillos, y como
donde hay yeguas, potros nacen, ahí quedaron, vacas y caballos, como para
solucionar los problemas de hambre que tuvo la Primera Fundación de Buenos
Aires, y facilitar la instalación de Juan de Garay. Pero el Desierto, que ya
hemos visto no era tan desierto como se decía, sino que estaba habitado.
Querandíes, voroganos, ranculches, pampas, tehuelches y otros pueblos lo
transitaban y pronto aprendieron a convivir y utilizar aquellos animales que
vinieron a reemplazar los guanacos y otros frutos de la tierra que eran hasta
entonces su sustento. Y contrariando las teorías sobre su salvajismo e
incapacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías que se suelen esgrimir,
pronto domesticaron, amansaron y utilizaron el nuevo instrumento que el huinca
había dejado a su disposición. El Caballo. La pampa entonces cobró una nueva
dimensión, ya que andar a pié por ella con sus increíbles dimensiones hacía muy
limitada la vida intertribal. En cambio, tres o cuatro días de marcha montando
hacían una enorme diferencia.
Breve
disquisición filológica: Los nativos no tenían
en su idioma palabra para “vaca” o “caballo”. Según el “Diccionario y Gramática
Pampa-Ranquel-Araucano” del Brig. Gral. Dn. Juan Manuel de Rosas vaca es “huaca”
y caballo es “cauallo”.
Por el oeste
de la Araucanía sucedían cosas similares, y también asimilaron el “caualllo” y
la “huaca”. Utilizando el nuevo medio de transporte, los araucanos marcharon al
este y así, se produjo la fusión de las distintas tribus de una misma etnia.
Darwin y otros viajeros ingleses observaban y tomaban nota. Luego, en la
metrópolis los estrategas del Imperio analizaban, interpretaban la información
y delineaban los cursos de acción que mejor convenían a los Súbditos de S.M.
Sabido es que
la salazón es una de las técnicas que primero aprendimos los humanos en tren de
conservar las carnes. No era desconocida para los mapuches, junto con el
ahumado. O sea, no había que enseñarles nada, solo tentarlos con el negocio de
producir charque. Las vacas estaban ahí, detrás de la cordillera y hasta el
atlántico. Las tribus ya estaban consolidadas por las múltiples cruzas, además
fortalecidas por haber trascendido de la endogamia a la que estaban
constreñidos cuando se movilizaban a pié. Múltiples lazos familiares se habían
constituido lo que también facilitaba los entendimientos, por lo que se armó el
entramado societario con mucha facilidad. De este lado, el saladero, también
tenía su fuerza y Rosas (que era un Sr. muy industrioso) y la incipiente clase
terrateniente del lado de acá lo venían explotando, abasteciendo de charque a
los esclavos de los ingenios azucareros desde Brasil al Caribe. Breve
disquisición histórico-musical: Se dice que los marineros que llevaban a Cuba
el charque trajeron a estos pagos un ritmo musical llamado “habanera”. Una de
las raíces del Tango. Rosas se mandó una expedición al Desierto (que por lo que
vamos viendo, de desierto tenía bastante poco) con sus objetivos claramente
políticos y comerciales. Primer objetivo: asegurarse el libre acceso a la Sal
de Salinas Grandes (Macachin, LP) insumo básico para la salazón. Segundo
objetivo: asegurarse un reparto justo de la hacienda de libre disponibilidad
(cimarrona) entre los que llevaban los nativos al Pacífico, y la que los
bonaerenses arreaban para los pagos del Tuyú donde estaban los saladeros de
Rosas, Terrero, Ramos Mexía y demás. Tercer objetivo: asegurarse que los
ingleses no cooptaran a los Araucanos para transformarlos en fuerza de
ocupación de la Pampa Húmeda y sus haciendas, dada su relación comercial. En
esto andaba por las orillas del Río Negro, cuando se le apareció Darwin. Que ya
se lo contamos acá. Y, así se fue armando el negocio. Los ingleses consiguieron
el abastecimiento del charque que necesitaban para alimentar a los coolies en
la India. Las vacas de los brahmanes siguieron tranquilas, y nuestro desierto
se llenó de gente industriosa que iba y venía con arreos de hacienda, y
carretas cargadas con sal. ¡¡ Y eso que faltaba inventar la globalización, e internet,
y los periódicos digitales!!! Después les cuento como se movía todo eso por el
mundo. Y como un norteamericano y un francés obligaron a replantear todo el
asunto. Hasta ahora vamos bien, los brahmanes siguen con sus vacas sagradas, y
en Buenos Aires, se empezaba a sacralizar la vaca, o la ganadería, que parece
lo mismo que lo otro, pero hasta ahí nomás. De
la heroica Navegación a vela, y cómo se nos aparece un francés a
replantear el asunto, con la ayuda de un yanqui.
Avanzamos con el marco histórico
De la heroica navegación a
vela, y cómo se nos aparece un francés a replantear el asunto, con la ayuda de
una yanqui…
Los ingleses
la tenían clarita. Una Potencia Imperial se construía sobre varios pilares si
se pretendía que perdurara.
Esos pilares
eran (y siguen siendo): La Información. El conocimiento. El desarrollo de la
Ciencia y su aplicación a la industria. La Fuerza Militar. El control de los
factores económicos y financieros. La armonización de ese conjunto en pos de un
objetivo común.
A veces
algunos amigos me señalan que al hablar tanto de los Ingleses y el Imperio
Británico da la impresión de que admiro a los que nos cagaron la vida. Yo
siempre respondo que si no analizamos las estrategias y las tácticas de
nuestros enemigos no podremos derrotarlos. Y los ingleses son un modelo cercano
en el tiempo, y han interactuado tanto en nuestra historia que a mi juicio son
el ejemplo ideal, para los análisis que nos lleven a hacer grande lo que nos
interesa por sobre lo demás: La Patria, entendida como un sub-conjunto inserto
en la Patria Grande. Aparte, cuando uno analiza un poco, se encuentra con que a
través del tiempo el esquema básico es el mismo. En “Política Británica en el
Río de la Plata”, al analizar detalladamente Scalabrini Ortiz la historia y el
devenir del empréstito de la Baring a Rivadavia en 1824, vemos que los manejos
e imposiciones del FMI son calcados de los de los ingleses con la Baring hacia
nosotros. Aún en la existencia de infames traidores a la Patria. (Domingo
Felipe Cavallo es sorprendentemente una copia de Manuel José García). Hubo una
época en que el comercio (que finalmente es el que aporta las “efectividades
conducentes”) se hacía a vela. Y su máxima expresión fueron los “cliper” que
tal vez sean los barcos más bellos y útiles que se hayan construido jamás.
Para su manejo: uno de los dos o tres que se conservan a flote de esos barcos es la Fragata Sarmiento, que es la versión Militar de aquellos velocísimos veleros que en unos cuarenta días de navegación unían la India con Inglaterra por el Indico, el Pacífico y el Atlántico (pasando por el Cabo de Hornos).
Durante años pelearon con dignidad a la navegación a vapor en practicidad y rapidez. Los ingenieros navales Ingleses desarrollaron un diseño revolucionario. Dejaron de lado los anchos cascos de los navíos de carga, y dibujaron un casco largo y angosto más propio de un yate de carrera, pero de las dimensiones adecuadas para trasportar una buena carga, y así la épica de la navegación a vela pobló los mares (y la literatura, que consumida por los jóvenes de entonces, y de muchos años después, despertaron vocaciones de navegación y aventura que poblaron las Escuelas de Marinos Mercantes). La función principal para la que fueron desarrollados aquellos cliper era “la carrera del Te”, o sea el trasporte del Te desde la India a Inglaterra, donde era envasado y luego comerciado por todo el mundo (previa capitalización del valor agregado por mano de obra Inglesa en la Metrópolis). Tanta era la importancia del Té, que el origen de la Independencia de los EEUU es un incidente en el que un grupo de piqueteros abordó un barco Inglés y arrojó su cargamento al mar en el puerto de Boston. Luego, como se independizaron y empezaron a escribir su propia historia se los llamó patriotas.
Para su manejo: uno de los dos o tres que se conservan a flote de esos barcos es la Fragata Sarmiento, que es la versión Militar de aquellos velocísimos veleros que en unos cuarenta días de navegación unían la India con Inglaterra por el Indico, el Pacífico y el Atlántico (pasando por el Cabo de Hornos).
Durante años pelearon con dignidad a la navegación a vapor en practicidad y rapidez. Los ingenieros navales Ingleses desarrollaron un diseño revolucionario. Dejaron de lado los anchos cascos de los navíos de carga, y dibujaron un casco largo y angosto más propio de un yate de carrera, pero de las dimensiones adecuadas para trasportar una buena carga, y así la épica de la navegación a vela pobló los mares (y la literatura, que consumida por los jóvenes de entonces, y de muchos años después, despertaron vocaciones de navegación y aventura que poblaron las Escuelas de Marinos Mercantes). La función principal para la que fueron desarrollados aquellos cliper era “la carrera del Te”, o sea el trasporte del Te desde la India a Inglaterra, donde era envasado y luego comerciado por todo el mundo (previa capitalización del valor agregado por mano de obra Inglesa en la Metrópolis). Tanta era la importancia del Té, que el origen de la Independencia de los EEUU es un incidente en el que un grupo de piqueteros abordó un barco Inglés y arrojó su cargamento al mar en el puerto de Boston. Luego, como se independizaron y empezaron a escribir su propia historia se los llamó patriotas.
Los cliper,
cuando volvían a la India iban distribuyendo los productos “Made in England”
por los puertos de la América del Sur. Doblaban el Cabo de Hornos, y habiendo
terminado su descarga en los Puertos del Pacífico, cargaban sus bodegas con el
charque que provenía de las vacas de la Pampa, para alimentar los coolies, ¡¡ Y
respetar las Sagradas Vacas de los Brahmanes!! Ahi reside el hilo conductor de
estas historias aparentemente deshilvanadas y tremendamente distantes
geográficamente hablando, y mucho más, sobre todo en las épocas que estamos
describiendo.
¿Y el yanqui
y el francés? Los franceses seguían las mismas reglas que los ingleses, aunque
con menos éxito, también eran una potencia colonial, y los yanquis seguían los
mismos cánones aunque venían más atrasados. Robert Fulton andaba ensayando
aplicar la fuerza del vapor a la navegación y esto, a la larga, iba a mandar
los cliper a pique. Francia tenía un par de ases en la manga. Férdinand de
Lesseps que andaba con la idea de hacer un canal que uniera el Mediterraneo con
el Mar Rojo en Suez, y Charles Tellier viendo la aplicación del frío al
trasporte marítimo, ya que en aquellos tiempos se habían apiolado que el morfi
estaba en el sur, y la gente en el norte, y había que cruzar el ecuador. Y ahí
suele estar calurosito… Aparte que les empezó a sobrar gente y había que
redistribuir las cargas poblacionales, que con alguna que otra guerra medio se
achicaban, pero igual la gente se seguía reproduciendo con mucho entusiasmo.
Cuando se aplicaron las investigaciones de Fulton y Tellier hubo que replantear el asunto.
Cuando se aplicaron las investigaciones de Fulton y Tellier hubo que replantear el asunto.
La Historia sigue su
curso
De
cómo la aplicación del Vapor a la navegación y el frío a la conservación de los
alimentos vino a alterar el orden de las Pampas (Que
según algunos era un desierto, pero en realidad era el Desierto más poblado que
jamás se conociera en la historia de la Humanidad)
La
conservación de los alimentos frescos siempre había sido problemática. De
hecho, el ahumado y la salazón eran técnicas conocidas por casi me animo a
decir todas las culturas, por primitivas que fueran. Las virtudes del frío
también eran conocidas, pero era el natural, así que no era utilizable
masivamente. Y la necesidad de alimentos frescos crecía en la medida que la Revolución
Industrial iba restando mano de obra a la producción agrícola-ganadera y el
traslado de ésta mano de obra al medio urbano. Además las potencias coloniales
(aún dentro de sus limitaciones en políticas sociales) eran en general
cuidadosas de su frente interno, y para completar, también de su mercado
interno (algo que todavía no descubrió nuestra Mesa de Enlace) ya que les
permitía un “piso de rentabilidad” asegurado que cubría sus costos fijos, y
todo lo que se exportaba era ganancia pura. Entonces gracias al Yanqui Fulton
se empezó a navegar a vapor, al principio medio precariamente, pero se fue
perfeccionando. Y al tiempo, Tellier le aplicó el sistema de refrigeración a un
barco que se llamó “Le Frigorifique”, que muy bien no anduvo al principio, ya
que en su primer viaje se le pudrió la carga, pero de a poco lo perfeccionaron.
Así que se vino el replanteo. O sea que; si podemos comernos un buen bife de
chorizo, no vamos a desperdiciar esa buena carne haciéndola charque para que
coman los coolies chinos. ¡¡¡ Faltaría Más!!!
En estas épocas de la globalización, que por lo que vengo entendiendo consiste en denominar de distinta forma las mismas cosas que se hicieron siempre, le llamaríamos “reconversión”. Por lo que en la Metrópoli decidieron “reconvertir” el “desierto” en Pampa Húmeda. Si por algo se han distinguido las Potencias Coloniales es por su pensamiento estratégico en el mediano y largo plazo. Esa visión de lo que va a pasar dentro de 50 o 100 años, y trabajar incansablemente en pos de ese objetivo. Y planificar cuidadosamente todos y cada uno de los pasos que los va a llevar a ese destino. Ejemplo: A través del Empréstito de la Baring, cuya garantía era la tierra pública de la provincia de Buenos Aires, Inglaterra se aseguró que la Pampa Húmeda no tuviera título de propiedad hasta tanto hubiera en el País una burguesía capaz de ser tentada con la Producción. Porque la fenicia burguesía porteña de entonces solo pensaba en el comercio, y no veía la ventaja de ser terrateniente. ¿Se acuerdan cuando nos decían en la escuela que el Progresista Rivadavia había hecho la Ley de Enfiteusis (que no es otra cosa que una ley de arrendamiento de la tierra pública) como un gran adelanto?. Claro, no la podía vender, arraigando así a los productores, porque habían sido puestas en caución como garantía. ¡A ver si se armaba una burguesía agraria antes de tiempo!! Había que esperar a que el Imperio interviniera formando esa burguesía terrateniente a su medida, y si era necesario ir ayudando al tiempo. Tiempo al tiempo… Mientras tanto… La vida en nuestras pampas transcurría. No diremos que plácidamente porque las circunstancias no eran plácidas, pero transcurría. Malón para adentro: incursión más acá de la línea de frontera cuando la hacienda que había que llevar al Pacífico escaseaba. Malón para afuera cuando las tropas de línea trataban de recuperarla para arrearla a los saladeros de acá. Contrariamente a lo que se supone los nativos hacían agricultura. En los partes de la campaña al desierto consta que una de las tácticas era quemarles los sembrados de maíz y zapallo en las cercanías de las tolderías para sitiarlos por hambre. Había muy buenos artesanos plateros y sogueros, o sea que un embrión de industria había. Tejían sus ponchos en telares primitivos. Teñían las lanas con distintos tintes naturales de las plantas del Desierto (¿Un desierto con plantas?). Lucio V. Mansilla en su “Excursión a los Indios Ranqueles” nos ilustra debidamente sobre la vida y costumbres de los Ranqueles en su Capital, Leuvu-Co.
En estas épocas de la globalización, que por lo que vengo entendiendo consiste en denominar de distinta forma las mismas cosas que se hicieron siempre, le llamaríamos “reconversión”. Por lo que en la Metrópoli decidieron “reconvertir” el “desierto” en Pampa Húmeda. Si por algo se han distinguido las Potencias Coloniales es por su pensamiento estratégico en el mediano y largo plazo. Esa visión de lo que va a pasar dentro de 50 o 100 años, y trabajar incansablemente en pos de ese objetivo. Y planificar cuidadosamente todos y cada uno de los pasos que los va a llevar a ese destino. Ejemplo: A través del Empréstito de la Baring, cuya garantía era la tierra pública de la provincia de Buenos Aires, Inglaterra se aseguró que la Pampa Húmeda no tuviera título de propiedad hasta tanto hubiera en el País una burguesía capaz de ser tentada con la Producción. Porque la fenicia burguesía porteña de entonces solo pensaba en el comercio, y no veía la ventaja de ser terrateniente. ¿Se acuerdan cuando nos decían en la escuela que el Progresista Rivadavia había hecho la Ley de Enfiteusis (que no es otra cosa que una ley de arrendamiento de la tierra pública) como un gran adelanto?. Claro, no la podía vender, arraigando así a los productores, porque habían sido puestas en caución como garantía. ¡A ver si se armaba una burguesía agraria antes de tiempo!! Había que esperar a que el Imperio interviniera formando esa burguesía terrateniente a su medida, y si era necesario ir ayudando al tiempo. Tiempo al tiempo… Mientras tanto… La vida en nuestras pampas transcurría. No diremos que plácidamente porque las circunstancias no eran plácidas, pero transcurría. Malón para adentro: incursión más acá de la línea de frontera cuando la hacienda que había que llevar al Pacífico escaseaba. Malón para afuera cuando las tropas de línea trataban de recuperarla para arrearla a los saladeros de acá. Contrariamente a lo que se supone los nativos hacían agricultura. En los partes de la campaña al desierto consta que una de las tácticas era quemarles los sembrados de maíz y zapallo en las cercanías de las tolderías para sitiarlos por hambre. Había muy buenos artesanos plateros y sogueros, o sea que un embrión de industria había. Tejían sus ponchos en telares primitivos. Teñían las lanas con distintos tintes naturales de las plantas del Desierto (¿Un desierto con plantas?). Lucio V. Mansilla en su “Excursión a los Indios Ranqueles” nos ilustra debidamente sobre la vida y costumbres de los Ranqueles en su Capital, Leuvu-Co.
Breve disquisición
sobre pasturas y engorde: Hace una punta de años en Zapala, en la Agencia de
Extensión del INTA estaba el Ing. Pirola (nativo de Pringles) Una prima que
estaba conmigo visitando nuestros parientes había estudiado con él en Balcarce.
Por él conocimos obras de regadío de la época Mapuche, donde se secaban los
mallines, los sembraban con alfalfa y luego administraban el agua del mallín
para regar. Ahí se le daba estado a la hacienda que venía de nuestras pampas
antes de cruzar la cordillera, rumbo al saladero y de allí al estomago de algún
chinito allá por Ceylán. O sea que los antiguos habitantes de estos pagos, no
eran giles ni tontos, ni bárbaros ni salvajes. Eran lo que eran y nada más. No
más salvajes que un civilizado alemán de las SS, por ejemplo. O que un cosaco
ruso, o un civilizado Winston Churchill en la Guerra Anglo-Boer. O un
encomendero español. ¡Fíjese lo salvajes y atrasados que eran que ni esclavos
tenían! ¡Y de yapa ignoraban totalmente lo que era el derecho de propiedad!!
Sin embargo eran hábiles políticos y estrategas, y Rosas que también lo era, los respetaba, y sospecho que además tenía una política de largo plazo que los incluía en el concierto nacional. Porque Rosas se distinguía entre los políticos de sus épocas precisamente por su visión estratégica y geopolítica.
Sin embargo eran hábiles políticos y estrategas, y Rosas que también lo era, los respetaba, y sospecho que además tenía una política de largo plazo que los incluía en el concierto nacional. Porque Rosas se distinguía entre los políticos de sus épocas precisamente por su visión estratégica y geopolítica.
Precisamente
me parece que por eso estorbaba a los planes del Imperio Británico que contaba
en estos pagos con una entusiasta legión de seguidores cooptados. (Cualquier
parecido entre los llamados Unitarios de entonces y el actual Grupo “A” es solo
casual…) Por ahí la diferencia principal es que ya el Imperio Británico ha
dejado de ser una Potencia Imperial, pero acá hay gente que se esmera en seguir
siendo perro aunque cambie de collar. Tal vez por eso el Embajador de S.M. en
el Brasil fue quien le dio el dinero necesario al Marqués de Caxias para que
con sus tropas se uniera a Urquiza en Caseros. Porque Rosas no hubiera aceptado
la reconversión que sobre la Pampa Húmeda el Imperio planificaba paciente y
meticulosamente como todas sus movidas. Hacer de la Argentina el Granero y
Carnicería del Mundo (Según los ingleses lo entendían o sea las Islas
Británicas). Y ahí, los originarios no estaban contemplados.
Empezando a “resetear” el llamado desierto.
Preparando el replanteo
“Inglaterra
será el taller del mundo, y América del Sur será su granja”. Esto había dicho
un Primer Ministro Inglés creo que George Canning, y se pusieron en eso, con la
determinación y tenacidad con que los Ingleses habían construido su Imperio, y estaban
dispuestos a mantenerlo y agrandarlo. Como ya fue dicho, el empleo de la
diplomacia, de la fuerza, de la cooptación de las clases dirigentes, y el
manejo financiero era una perfecta combinación. Cuando la fuerza no era
posible, como acá que salieron derrotados tantas veces como lo intentaron
(salvo en 1982, pero eso es historia actual). Desde las invasiones de 1808/1809
a la Vuelta de Obligado solo habían conquistado fracasos militares. No así
políticos, que suficientes constancias históricas abundan de la cholula
admiración de las niñas bien de la época por los soldados ingleses, y de la
abierta colaboración de los comerciantes porteños para con los invasores
armados. A veces vienen bien las comparaciones; vea usted amigo el trato
dispensado a los/as franceses colaboracionistas luego de la liberación en 1944.
O sea que la cooptación estaba, y afianzada. Antepasadas de Mirtha Legrand y
Susana Giménez, antepasados de Sanz y Prat Gay… (Eso sí: debemos desmentir
vehementemente que Mirtha y la “Su” sean contemporáneas a la primeras
Invasiones Inglesas). En Francia, rapaban a las mujeres que se habían
manifestado en favor de los alemanes. A los otros directamente los fusilaban…
“Quosque tandem Catilina…” dijeron en Roma. Más cerca en el tiempo; “Cuando los
pueblos agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento”. Entonces,
manos a la obra!!. Primero, sacar del medio a Rosas, que al parecer tenía otras
ideas que no coincidían con la línea trazada por el Imperio. No faltaban
voluntarios entre el grupo “A”, pero eran de los “animémonos y vayan” así que
merced a la guita que Lord Ponsonby (embajador Inglés en Brasil) le dio al
Marqués de Caxias, los soldados brasileños formaron el grueso del Ejercito
Grande que triunfó en Caseros. Los exiliados Argentinos en Montevideo seguían
el avance de las tropas supongo que por Radio Colonia… Luego, se anotaron todos
para redactar la Constitución de 1853, que era un trabajo más calificado. Y
llegó el momento de salto al progreso, y la libre navegación de los ríos interiores
(en contraprestación, los barcos argentinos podrían navegar libremente el
Tamesis. Que no tuviéramos barcos no era problema, si teníamos a Sarmiento que
decía que la navegación era cosa de los ingleses y nosotros no debíamos
ocuparnos de eso). Sobre el tendido de los ferrocarriles sinceramente remito a
Scalabrini Ortiz en su “Historia de los Ferrocarriles Argentinos”. Sobre los
frigoríficos (ingleses también) ya hay demasiado escrito y por gente muy
sabedora, como para que yo meta la cuchara. ¿Y de las vacas sagradas? El
imperio ya había estabilizado su presencia en Australia a la que había poblado
a partir de una política poblacional muy PRO. Colonia penal. Todo cuanto
lumpenaje encontraban por las calles de Londres, ya fueran mendigos, ladrones
de poca monta, carteristas, o simplemente “vagos y malentretenidos”, y toda
cuanta prostituta anduviera por esas calles, sumando a los “840″ que les
aceitaban los patines los cargaban en un barco y allá iban. Así que poblándose
Australia, su ganadería vendría a suplir el charque que iba de las costas
Chilenas, y los coolies seguirían recibiendo sus raciones. Y los brahmánicos en
paz con sus tradiciones religiosas, llenaban los cuadros subalternos de la
administración Colonial sin problemas de conciencia. Como ahora la Argentina
tenía gobernantes serios, que inspiraban confianza a los inversores
extranjeros, la Baring Brothers levantó el embargo sobre las tierras públicas,
y entonces, se podían otorgar títulos de propiedad, y ya había gente decente
que se hiciera cargo de esas tierras, “gente como uno” ¿vio?. Gente que sabía
apreciar las cosas buenas de la vida, como por ejemplo tener una estancia. Y
por allí se fundó la Sociedad Rural Argentina. Que pusieron manos a la obra
refinando las ariscas vacas salvajes cuya única aptitud carnicera era el
charque para alimentar esclavos, en cruzas europeas al gusto del consumidor
Inglés. Otro Inglés (Newton) hizo (hizo hacer, mejor dicho) el alambrado, que
tuvo un par de utilidades. La Primera, evitar que se mezclaran las haciendas, y
la Segunda, marcar los límites de la propiedad. En todo este organigrama se
habían completado todos los cuadritos. Solo faltaba ocupar el desierto. Un solo
problema; como ya hemos visto, para desierto, estaba demasiado poblado. Pero
para eso estaba Roca, la SRA, el diario La Nación, y toda la comunidad
bienpensante de nuestro país. ¡Después de todo algún precio hay que pagar por
insertarse en el Mundo! ¿No?
Sobre todo si ese precio se paga en sangre de gauchos, que son bárbaros como los indios, diría Sarmiento. ¡¡Y no solo lo dijo: lo escribió y lo firmó!!. Y entonces apareció el Gral. Julio A. Roca para completar la obra. Pero eso lo empezaremos a contar más adelante.
Sobre todo si ese precio se paga en sangre de gauchos, que son bárbaros como los indios, diría Sarmiento. ¡¡Y no solo lo dijo: lo escribió y lo firmó!!. Y entonces apareció el Gral. Julio A. Roca para completar la obra. Pero eso lo empezaremos a contar más adelante.
El marco filosófico y legal
Sacado del
medio el molesto Gobierno de Rosas, había que dar el marco jurídico para
comenzar con la tarea marcada por los intereses Británicos. Darle forma y
ponerlo en práctica, y para ello la Constitución de 1853, fue la piedra basal.
Un joven abogado, Juan Bautista Alberdi (43 años tenía entonces) fue el
encargado de dar la base filosófica del asunto. Extractamos algunos de sus
pensamientos:
“….Aunque
pasen cien años, los rotos, los cholos o los gauchos no se convertirán en
obreros ingleses… En vez de dejar esas tierras a los indios salvajes que hoy
las poseen, ¿por qué no poblarlas de alemanes, ingleses y suizos?… ¿Quién
conoce caballero entre nosotros que haga alarde de ser indio neto? ¿Quién
casaría a su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucanía y no mil veces
con un zapatero inglés?”
“…Tenemos
suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810. La patria es la
libertad, es el orden, la riqueza, la civilización organizados en el suelo
nativo, bajo su enseña y en su nombre. Todos estos elementos nos han sido
traídos de Europa, desde las ideas hasta la población europea.”
Esta fue la
base filosófica del (mal) traductor de la Constitución de los EEUU que se nos
aplicó y ocupa junto a la Ganadería un destacado lugar en el altar de las
adoraciones de nuestra clase dirigente (al menos de la dirigencia de los
poderes fácticos). Años después, Alberdi en sus “Escritos Póstumos” desde
Europa demuestra y reconoce sus errores al punto que se opone tenazmente a la
Guerra de la Triple Alianza, lo que le gana la “invisiblizacion” de esta parte
de su vida por el Gral. Mitre, que cumplió con el trabajo de amoldar la
Historia a la medida del plexo legal nacido de la Constitución de 1853.
Constituido el cuerpo legal, había que ponerlo en práctica, y aquí existían o
coexistían diversos problemas, entre ellos la puja (aun no resuelta) entre
Buenos Aires (entonces Provincia) y el resto del país, y la existencia de una
población que tenía otros objetivos diferentes a los preconizados por Alberdi,
Sarmiento y otros intelectuales similares. Y para ello se necesitaba un hombre
de acción, ya que solo con “empujadores intelectuales”, cultivadores del
“animémonos y vayan”, no iba a alcanzar. Es entonces cuando aparece en escena
el Gral. Julio A. Roca, para hacer el trabajo sucio, o al menos una parte,
hacia el sur y la Cordillera de los Andes. No nos olvidemos que las
tejedurías inglesas necesitaban de la lana que produciría nuestra Patagonia.
Que no sólo de trigo y carne se componía la cosa.
Ya había sido
votada y promulgada la Ley
817 (ver;http://leydeinmigraciondeavellaneda.blogspot.com.ar/), mediante
la cual se abría la puerta legal a la entrada de quienes vendrían a poblar un
territorio que ya estaba ocupado, y formar la otra pata del “sujeto agrario”.
Una ya estaba en formación, que era la pata terrateniente, pero éstos de
agachar el lomo y trabajar “ni acá” como diría un cordobés.
Limpiando la cancha. Las dos campañas del desierto
La conquista
del desierto (J.M. Blanes)
La primera es
la que toda la historia registra, la del Gral. Julio A. Roca, determinada por
la llamada Revolución Industrial, que al despoblar los campos de Europa (y
principalmente de Inglaterra) los dejaba sin producción de alimentos, ya que el
agricultor se transformaba en obrero de la industria. De la Segunda, que aún
está en curso, hablaremos más adelante. Básicamente era transformar la Pampa
Húmeda en la gran productora de carne y granos. Eso no era una tarea sencilla,
ya que lo que hoy vemos como campos agrícolas era una desmesurada extensión de pajonales
solo aptos para alimentar animales semisalvajes con muy poca aptitud carnicera
(salvo para charqui). No se podían introducir lo que luego fueran nuestras
razas tradicionales sin previamente “refinar” la tierra por medio de la
agricultura, para luego preparar las pasturas que las razas (que los ingleses
necesitaban) pudieran desarrollarse en condiciones ideales. La única
alternativa eran los inmigrantes, y allí vinieron nuestros abuelos a entrar en
escena. Esto no fue sólo fruto de un desarrollo autónomo de nuestra Nación,
sino que fue un adelanto de lo que hoy se llama “globalización” y la influencia
del Imperio Británico en las decisiones soberanas de nuestro país, por dos vías
que aún persisten y tienen influencia entre nosotros. El endeudamiento, y la
existencia de una clase dirigente mentalmente colonizada, más dispuesta a mirar
“como nos ven en Europa”, que en ver cómo nos vemos nosotros. Los ingleses
sabían de nosotros como país, más de lo que nosotros sabíamos. Naturalistas
como Charles Darwin nos habían recorrido minuciosamente, e inventariado cada
uno de nuestros recursos y potencialidades. También Darwin (en 1833) había
comprobado la existencia de una clase dirigente “despreciable” según sus
propias palabras “dispuesta a prestarse a cualquier negocio”. Tan temprano como
en 1812, en la Batalla de San Lorenzo, una de las crónicas en que se basa el
relato histórico está a cargo de un “viajero inglés” llamado John Parish
Robertson (las crónicas son tres, a saber: la del propio Coronel San Martín que
informa a sus superiores en Buenos Aires del resultado de la batalla, la del
Jefe de los Españoles que hace lo mismo, y la citada del Inglés Parish
Robertson) Años después, San Martín entra victorioso en Lima (Perú) al frente
del Ejército de los Andes. Un “viajero inglés” describe la entrada y el desfile
de las tropas. Adivine quien era ¡¡Nuestro conocido y ya casi de la familia
John Parish Robertson!! La pucha con estos ingleses ¡que vocación por el
turismo…! Unos años después, y seguramente teniendo en cuenta que le gustaba
América del Sur fue Embajador de Inglaterra en Brasil. Su nieto, Frank Parish,
para no desmentir la inclinación de su abuelo por estas tierras, fue el
fundador del Ferrocarril Sud. En su Historia de los Ferrocarriles Argentinos,
Don Raul Scalabrini Ortiz desmadeja el ovillo y nos explica claramente como lis
ingleses (y Frank Parish precisamente) jamás pusieron una puta libra esterlina
en la construcción de los ferrocarriles, que por el contrario fueron
construidos con dinero argentino, depositado en Bancos Ingleses, que nos los
prestaron cobrándonos intereses ¡por nuestro propio dinero!. Por supuesto, que
había argentinos que cobraban suculentas comisiones por endeudarnos. Todos
ellos con nombre de calle o Avenida… Bernardino Rivadavia, Manuel J. García
(una especie de Domingo Cavallo del siglo IXX) Ataliva Roca, (el hermano del
Gral., que era el que recaudaba), Juarez Celman (cuñado del Gral Roca y que
está en los billetes de cien) Quintana, que fue Presidente de la Nación y
abogado de los Bancos Ingleses (al mismo tiempo, claro, no iba a andar viviendo
del sueldo de presidente, porque el era patriota.) o sea que más o menos como
Gonzalez Fraga hoy en día, o Fernando Gil Lavedra, diputado nacional y abogado
del FMI al mismo tiempo… (por suerte son Radicales que si no sería un
escándalo…). Ahí está el origen de las fortunas de la clase terrateniente
argentina. La Primera Campaña al desierto fue concebida por el Imperio
Británico, financiada por la Sociedad Rural Argentina, su autor intelectual fue
José Martínez de Hoz, quien además fue proveedor de gran parte de la caballada
del Ejército, y ejecutada por el General Julio A. Roca. Luego pasaron por
ventanilla a cobrar. Para dar una idea: los que conocen la zona, 2.500.000
hectáreas cobró Don José por sus caballitos. Exactamente desde Mar del Plata
hasta La Dulce-Lumb- Juan N. Fernández. La Nación premió al Gral. Roca con otro
tanto y así se fue repartiendo la propiedad de la tierra. Al ejército lo
seguían unas carretas de un industrioso galleguito que había “arreglado” con
Ataliva Roca ser el cantinero de la expedición. Como también estaba establecido
que se iban repartiendo tierras a los oficiales, sargentos y tropa en distintas
escalas según jerarquía y méritos, estos también ligaron algo, pero como sus
sueldos siempre venían muy atrasados (el pagador era Ataliva Roca), andaban
siempre escasos de moneda, pero el galleguito fiaba y anotaba. Así fue que
cuando llegaron los títulos de propiedad, el galleguito pudo cobrar los fiados.
Así desde la Dulce hasta el Cristiano Muerto, Don Ramón Santamarina, que no era
otro el cantinero se quedó con algunas hectáreas, aparte de las de Azucena,
Barker, La Negra… Años después, su hijo sería Vice Presidente “de Facto” de
Jose Felix Uriburu, en 1930.Ya consolidada la propiedad de la tierra, empezaron
a venir los inmigrantes, a los que les decían que en la Argentina había tierra
de sobra. Claro que no les dijeron que ya estaba escriturada a nombre de otros…
A partir de ahí se construyó lo que vimos al nacer y en nuestros primeros años. ¿La Segunda?. Todavía está en curso; más adelante se la contaré, porque primero hay que ver de como aparecen en la escena los primeros actores del llamado “sujeto agrario”; los que venían a llenar los últimos casilleros del organigrama, o sea los inmigrantes.
A partir de ahí se construyó lo que vimos al nacer y en nuestros primeros años. ¿La Segunda?. Todavía está en curso; más adelante se la contaré, porque primero hay que ver de como aparecen en la escena los primeros actores del llamado “sujeto agrario”; los que venían a llenar los últimos casilleros del organigrama, o sea los inmigrantes.
¿Gobernar el poblar?
Una de las
premisas básicas post-Constitución de 1853 fue la transformación del Desierto
en Pampa Húmeda productiva. Para eso se habían dado algunas de las condiciones
básicas expuestas en un artículo anterior. La diplomacia por parte del
Embajador en Río de Janeiro, la fuerza a través de las tropas Brasileñas que
formaron el grueso del Ejército de Urquiza (pagadas por Inglaterra), la
cooptación de la clase dirigente, y bueno, sólo faltaban algunos toques de
sometimiento económico y financiero para completar el cuadro. Historiar lo que
fue el reparto de tierra no es objeto de este artículo, por lo que el que
necesite algún dato más, puede ver algunos ingresando Julio A. Roca en el
buscador. También recomiendo el libro de Antonio Elio Brailovsky “Historia de
las crisis Argentinas” para ver lo que fue el endeudamiento irresponsable de la
Presidencia de Sarmiento, que llegó a decir con su característica sinceridad
(brutal) que había tomado deuda sin saber para que la tomaba… La conquista del
Desierto, se financió con bonos pagaderos en tierras a conquistar. El resto, se
remató en París y Londres una vez terminada la campaña. De allí la presencia de
los ingleses en la Patagonia, ya con escritura y todo… También había una buena
parte que se destinó a los soldados, Sargentos y Oficiales de la campaña. Pero
como los sueldos llegaban tarde, mal, o nunca, la mayoría de esas tierras
fueron cambiadas por las deudas de los pobres milicos con los cantineros de la
expedición. Un industrioso gallego de Orense (en Galicia) seguía con sus
carretas el avance de las tropas. Y fiaba… Tenía una buena amistad con el
Coronel Benito Machado, Comandante de la Costa Sud de la Provincia de Buenos
Aires. ¿Será por eso que Machado demoraba los pagos? Total Don Ramón fiaba… Así
fue que Don Ramón Santamarina (el Galleguito de Orense) resulto siendo uno de
los mayores terratenientes de la Provincia de Buenos Aires. Su hijo Jorge, fue
Presidente del Banco Nación, y vice-presidente de Uriburu después del golpe del
’30. Casualidades… Alberdi, había soñado con una inmigración de industriosos
europeos, y en ese sentido, la Ley 817 de la época de Avellaneda (el del hambre
y la sed…) abrió la posibilidad legal del afincamiento de los inmigrantes, dándoles
inclusive la equiparación en derechos con los nativos (menos algunos, a saber:
los indios y los gauchos). Repartida que había sido la tierra, había que poner
manos a la obra. Los nuevos propietarios, en su absoluta mayoría comerciantes,
especuladores, comisionistas, acomodados y demás, de trabajar ni “áca” como
dicen los cordobeses. Las vacas seguían por ahí, ahora con dueño y marca, pero
así no servían más que para charque, que ya no era el negocio. Había un
problema técnico. Los pastos naturales de la Pampa en vías de Humidificación
eran muy duros y poco nutritivos para el engorde y más de las razas europeas
que se iban introduciendo, por lo que había que eliminarles los pajonales,
sembrarles pastos más palatables y nutritivos. Para eso había sólo un
procedimiento (que sigue vigente). Hacer tres años de agricultura y en el
último sembrar trigo consociado con alfalfa u otra pastura apta. Para eso había
que trabajar, ¡y fuera de joda, trabajar en serio! Y había que invertir. Ambas
cosas hacían correr un frío por la espalda a aquellos esforzados especuladores.
¿Justo a ellos le había tocado semejante desgracia? Pedirles que hicieran
exactamente las dos cosas que ni querían ni sabían hacer. Entonces, vieron que
en la vieja Europa sobraba gente. No los rubios, nórdicos, industriosos que
soñara Alberdi, sino otros, más curtidos, necesitados y hambreados. Por
consecuencia menos exigentes y más dóciles. El Sur de Italia y España
proveyeron el grueso. Se crearon agencias de colonización en la que a los aspirantes
a inmigrar se les fue dibujando una esperanza de un País con abundancia de
tierras, de vacas y sembrados. Hay que entender que prácticamente zonas muy
grandes de Europa estaban saliendo del Medioevo o poco menos. Que las tierras
cultivables estaban en manos de Señores que poco habían aggiornado su
comportamiento desde el feudalismo.Breve disquisición histórico-familar: Yo
tuve la suerte de poder escuchar los relatos de mis abuelos inmigrantes sobre
su vida en la España semifeudal, y cuando vi “Vientos de Agua” se me
representaron las historias de mi abuelo materno, Leonés, luego minero en
Asturias, y su venida acá, desertando del Ejercito Español, porque la forma de
salir de aquella miseria era ir a Marruecos a pelear con los moros o huir a
América. Causa determinante de su decisión (a los 19 años de edad): tenía un
amigo de nombre Servando González, que vino antes que él, y de acá le escribió
dándole una noticia muy motivadora. “…acá se come todos los días…”. Mi abuelo
era un poco exagerado, pero mi otro abuelo, más parco me lo confirmó. La cosa
era así.
Bueno, así fue que llegaron gringos y gallegos, rusos y polacos,
alemanes suizos y austriacos (así con acento en la á que es como les
dicen en la zona de Salto y Pergamino) que en realidad eran croatas. Los
franceses de Pihué, los sufridos descendientes de los fenicios (sirios y
libaneses, que como llegaban con pasaporte expedido por el Imperio Otomano les
quedó turcos) que como buenos fenicios ¿Qué otra cosa más que comerciar podían
hacer?. Holandeses virtualmente tirados a la mano de Dios en los pagos de
Micaela Cascallares. En fin, todos los desheredados de la tierra afluyeron. Los
europeos se cuidaron muy bien de promover que sus trabajadores, artesanos y
demás gentes con oficios y conocimientos dejaran sus países de origen. Uno, que
tuvo la suerte de escuchar unas cuantas historias de primera mano, llega
inevitablemente a la conclusión de que solo promovieron la emigración de
la población que les sobraba, y que de quedarse allá les iba a complicar el
precario equilibrio social devenido de la Revolución Industrial. Poblar es civilizar cuando se
puebla con gente civilizada, es decir, con pobladores de la Europa civilizada.
Por eso he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomentar la
inmigración europea. Pero poblar no es civilizar, sino embrutecer, cuando se
puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África. Poblar es
apestar, corromper, degenerar, envenenar un país, cuando en vez de poblarlo con
la flor de la población trabajadora de Europa, se le puebla con la basura de la
Europa atrasada o menos culta. Porque hay Europa y Europa, conviene no
olvidarlo; y se puede estar dentro del texto liberal de la Constitución, que
ordena fomentar la inmigración europea, sin dejar por eso de arruinar un país
de Sud América con sólo poblarlo de inmigrados europeos. (Juan Bautista
Alberdi)
La mano de obra rubia, industriosa, y nórdica de Alberdi y Sarmiento
estaba bien en los papeles, pero el Poder de esa clase dirigente cooptada tenía
otros proyectos, que no pasaban por un desarrollo armónico de toda la sociedad,
sino por el desarrollo de sus propios negocios. Y sus negocios pasaban por el
abastecimiento no ya del mercado de carnes en Europa, sino algo más sencillo y
que les requería menos inversión, menos riesgo empresario, y más prestigio
social. Abastecer los frigoríficos Ingleses que se radicaban en la Argentina.
Ni siquiera se les pasó por la mente levantar ellos los Frigoríficos, y
capitalizar el valor agregado. Ya hace muchos años que Scalabrini Ortiz analizó
con verdadera maestría, de qué forma los ingleses no invirtieron un solo peso
acá. Cómo con créditos del Banco Nación y Provincia levantaron sus
instalaciones, así como construyeron los ferrocarriles contabilizando como
crédito externo el ahorro argentino. Así que, el que quiera detalles que los
lea en los libros de Raúl Scalabrini Ortiz. El Gobierno federal fomentará la inmigración europea;
y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el
territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la
tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
(Art. 25 de la Constitución Nacional de 1853).
¿Amuchar el poblar?
El Gobierno federal fomentará la
inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto
alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigna por
objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir las ciencias y las
artes (art 25 de la Constitución Nacional de 1853)
Amparados por la ley 817, y bajo el espíritu del Preámbulo de la
Constitución (“…para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el
suelo Argentino…”) empezaron a llegar los inmigrantes. No tengo motivos para
sospechar que en su inmensa mayoría eran efectivamente de buena voluntad. Lo
que sospecho es que en algunos casos no había tanta buena voluntad entre los
que acá estaban esperándolos. Porque nadie les avisó a los inmigrantes que la
tierra YA tenía dueño. Y que su papel era en general la de colonos (mano de
obra) en tierra ajena. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires y Sur de
Santa Fe y Córdoba, (Entre Ríos tuvo en general otros criterios en la
colonización) . Ya entonces, el concepto de los economistas modernos de que un
porcentaje de desocupación es bueno (para los economistas) para tirar a la baja
el costo laboral, se conocía así que los de la Escuela de Chicago sólo
copiaron… También se crearon empresas de Colonización, fundamentalmente en la
Provincia de Santa Fé con Guillermo Lehmann y Aaron Castellanos, y la Jewish
Colonization Association que con el patrocinio del Baron Hirsch trajo a los
“gauchos judíos” (es decir, trajo judíos centroeuropeos, que aquí se
agaucharon) a Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires, y el Territorio de la Pampa.
Rivera, Carlos Casares, Bernasconi por acá, Moisesville en Santa Fe,
Basabilvaso, y Villa Gral. Ramírez en Entre Ríos fueron sus principales
asentamientos. A ellos les debemos las primeras Cooperativas Agrícola y
Tamberas. Nuestro conocido Gustavo Grobbocopatel es precisamente descendiente
de aquellos, como Valentín Levisman que fuera Presidente de SanCor y de
CONINAGRO. Otro de los empresarios colonizadores fue Tomás Casey, fundador de
Venado Tuerto y Coronel Suárez. Casualmente, los Banqueros que facilitaron el
dinero a Casey para sus empresas de colonización fueron los Hemanitos Baring…
Cuando la crisis de 1890, llevó a la bancarrota a Casey, la Baring Brothers se
hizo cargo de los campos. Pero no todos los inmigrantes vinieron siendo parte
de proyectos serios y organizados, sino unos pocos. La mayoría llegaron
engañados por una publicidad trucha y se encontraron en condiciones que muy
poco mejoraban aquello que habían dejado atrás con esperanza de un futuro
mejor. Las condiciones eran más o menos así:
Las estancias
no loteaban y alquilaban, sino que arrendaban un lote grande (2000 has. por
ejemplo) a la Casa de Ramos Generales que acopiaba para los grandes
exportadores (Dreyfus, Bunge y Born etc.) que actuaban en calidad de garantes
del arrendamiento. El Ramos Generales sub-arrendaba a los colonos. Como el
colono no tenía más capital que sus brazos, el “Ramero General” (así lo
llamaban los editoriales de “La Tierra”, órgano de la FAA) le facilitaba
herramientas y algunos caballos, le obligaba a contratar los seguros y la
trilla con las trilladoras del Ramero etc. No se le permitía tener animales que
no fueran los destinados a la explotación agrícola (no vaca lechera, no
gallinas, no chanchos, ni otro animal de consumo). El tercer año debía sembrar
trigo con alfalfa (semilla de alfalfa que debía comprar al Ramero) y desalojar
para ir a trabajar otro lote. Allí entonces el Estanciero comenzaba la
explotación ganadera, ya por su cuenta. Esta era más o menos la situación de
los colonos de Alcorta y otros lugares de Santa Fe a la altura del Centenario.
Y que diera lugar a la huelga de 1912 llamada “Grito de Alcorta” y que diera
lugar a la formación de la Federación Agraria Argentina. La existencia de
excedentes en la inmigración amuchados en el Puerto presionaba hacia la baja la
oferta de mano de obra arrendataria, y solamente la primera guerra mundial que
cerró la inmigración masiva, más la presencia de Irigoyen en la presidencia de
la Nación hizo que se fuera modificando el panorama. Menos inmigrantes disponibles
y un Gobierno nacional que tímidamente enfrentaba (pero enfrentaba) a los
terratenientes dictando algunas leyes de protección a los arrendatarios hizo
que la Federación fuera haciendo pié, y transformándose en una entidad de
alcance nacional. Otra colectividades como nuestros tan asimilados Daneses
también vinieron en forma similar, aunque más organizada. Carlos Reisz y
Compañia era una empresa cerealista (no de Ramos Generales) cuyo originante
(Carlos Reisz) era dinamarqués, y había trabajado en Bunge y Born. También con
la garantía de esta empresa exportadora arrendó grandes extensiones en la zona
de Juan N. Fernández, La Dulce, y Lobería a algunos herederos de Martínez de
Hoz (recordemos que post-conquista del desierto, Martínez de Hoz se quedó con 2.500.000
has. -Dos millones quinientas mil hectáreas- de campo) o sea ese sí que tenía
para guardar, y repartir…). Reisz iba trayendo a sus paisanos por relación
familiar y de amistad, lo que por ahí explica los lazos de solidaridad y apoyo
mutuo entre los integrantes de la colectividad. Obviamente, el acopio, pasaba
inevitablemente por manos de la Casa Reisz, y engrosaba los volúmenes
exportados por Bunge… Otra empresa Colonizadora fue la del Ferrocarril Central
Argentino. El norteamericano William Wheelwright se busco un buen abogado, y
buenos socios y constituyó en Londres una empresa para construir un ferrocarril
desde Rosario a Córdoba. Como tenía un buen abogado, con influencia en el
gobierno nacional, consiguió que el Gobierno Nacional declarara de utilidad
pública y sujeta a expropiación no solo el terreno por donde se trazaría el
Ferrocarril, sino una legua (5KM) a cada lado de la vía, y se los entregara (a
título gratuito) para su colonización. Wheelwright (después de consumada
la expropiación y el traspaso) comenzó a lotear y vender, publicitando la
construcción del ferrocarril con lo que pagó la construcción del Ferrocarril y
todavía le sobraron unos pesos. Seguramente para pagar los honorarios del buen
abogados y lobbysta que había contratado. ¿El abogado? Juan Bautista Alberdi. Por eso siempre digo que es bueno
tratar de averiguar de qué vivían los próceres cuando no estaban haciendo de
próceres. Bueno, así caracterizamos
las condiciones en que se produjo la inmigración, que nada que ver con lo que
en un principio se dijo que iba a ser. La presencia de algunos personajes
equívocos en la génesis legal y en la posterior implementación, me hace pensar
que ya desde el principio, la inmigración enriquecedora, el crisol de razas y
todo eso, me suena a sanata total. Más me inclino a pensar que lo que se
pensaba realmente era en una mano de obra semiesclava, para refinar las tierras
del Desierto y transformarlo en pampa húmeda, granja del taller del mundo como
había dicho Canning. Pero, bueno, vinieron y acá estamos. Algunos hombres (y
mujeres como María Bulzami, la que pateó la olla) fueron moldeando el argentino
de hoy, y somos lo que somos por ellos. De ellos salió el Pensamiento Nacional,
de ahí venían Alem, Yrigoyen, Perón, Jauretche, Manzi, Scalabrini Ortiz,
Hernandez Arregui. Gringos eran los Netri, uno cura, otro abogado, gallego y
socialista Antonio Noguera y fundaron la Federación Agraria. Y, es lo que
hay…!!! Como se dice ahora. Ah! Le debo la historia de María Bulzami (la que
pateó la olla). Va para otro artículo, pero le adelanto que no sé si el Grito
de Alcorta hubiera sucedido si María no hubiera pateado la olla.
La formación de la pequeña burguesía agraria
Ya quedó
dicho como se fue poblando la Pampa Húmeda (y como se fue “Humedeciendo”, más
que por lluvia, por el sudor de aquellos inmigrantes). Con la llegada de
Yrigoyen al Gobierno (es decir, con la ley Saenz Peña) los hijos de aquellos
esforzados colonos empezaron a ejercer sus derechos, al menos los electorales
para gran escándalo de la sociedad bienpensante y tradicional que sacaba a
relucir su racismo que poca diferencia tiene con el actual hacia los “cabezas”
o los “perucas” o “bolitas”. Había un profundo resentimiento causado por el
lento ascenso de esa clase media urbana y rural, que de a poco iba invadiendo
ese orden establecido. Las Señoras de la clase alta que suspiraban fastidiadas
por el fracaso de las Invasiones Inglesas que de haberse concretado con éxito
les hubiera permitido ser Condesas o Marquesas, se dedicaban con celo a disuadir
a sus hijas de casarse con esos hijos de los inmigrantes ordinarios pero
laboriosos. Y que ¡ Horror! en lugar de tomar té de Ceylán, habían adquirido
“el desagradable vicio del mate” (parece joda, pero esa frase la leí en un
libro de lectura de escuela primaria de un instituto religioso de allá por
1910, libro que mi abuela había conservado…) propio de las clases bajas. Ya con
la crisis de 1890, se habían desmoronado muchos castillos especulativos, y así
se fraccionaron y vendieron algunos campos dando origen a una incipiente clase
media rural, principalmente de inmigrantes vascos, que se habían capitalizado
cuidando ovejas “al tercio”. (Modalidad de aparcería en la que el estanciero
ponía el campo y la majada, y el vasco Ovejero señalaba uno de cada tres
corderos con su señal propia, y se quedaba con un kilo de lana de cada tres
esquilados. Aquellos vascos honestos y trabajadores, señalaban las corderas con
su propia señal, por lo que al poco tiempo contaban con su propia respetable
majada. Eran honestos y trabajadores, lo que no quiere decir que fueran
giles…). Como dijimos, con la llegada de Yrigoyen se empezó a mirar la cosa de
distinta forma, aparte que aquellos inmigrantes (sus hijos) eran la base
electoral del radicalismo en el Interior. Aparecieron las primeras regulaciones
en los arrendamientos, y si bien no se podía hacer una ley específica, al
menos, se empezó a atender a los reclamos de la incipiente FAA, en el sentido
de que los arrendatarios/aparceros pudieran disponer libremente de su porcentaje
de producción, elegir quien les trillara sus sembrados y tener animales
domésticos (algo tan elemental como una vaca lechera, gallinas y algún cerdo…)
que aunque resulte casi exótico, esas eran sus primeras reivindicaciones. El
estallido de la Primera Guerra Mundial trajo también sus consecuencias en lo
interno, revalorizando algunos productos y desvalorizando otros. Ya el negocio
de arrendar campos a medias a los “gringos” no era tan rentable, y de yapa con
ese gobierno que se metía en todo, intentando desequilibrar la balanza cada vez
que podía a favor de su clientela electoral, se fue purgando el panorama.
Aparte, se comenzaba una incipiente industrialización sustitutiva de
importaciones por lo que le especulación en tierra se canalizó hacia otras inversiones.
En la inmediata posguerra se empezaron a lotear y vender más tierras (sobre
todo en el Norte de Buenos Aires y Sur de Santa Fe. Las colonizaciones que se
habían hecho “por derecha” tenían un sistema que hoy llamaríamos de “leasing”
por lo que los arrendamientos (fueran en dinero, o sea los arrendamientos
propiamente dichos, o en porcentaje de producto, llamados aparcerías) iban
llegando a su término, por lo que los lotes finalmente se escrituraban a favor
del colono, que ya pasaba a ser un pequeño propietario. Y pasaba de “campesino”
a pequeño propietario de campo, que ya era otra cosa, ¿no?. Fueron los buenos
años de la Presidencia de Alvear, y donde se afianzaron los Radicales como
fuerza política del interior. También son los años en que comienzan a aparecer
y organizarse las primeras Cooperativas que tienden a independizar al pequeño
productor del “Ramero General”. Las grandes exportadoras no evidencian ninguna
preocupación por su aparición, ya que en un principio son también tributarias
de sus volúmenes de exportación. Aplicando la máxima de Lord Castreleagh dicen
“mientras conservemos la llave del negocio…” En 1922 se crea la Asociación de
Cooperativas Zona Centro (Hoy Asociación de Cooperativas Argentinas) con sede
en Leones (Cba) y en pocos años llegaría sí a constituirse en un serio estorbo
para las grandes exportadoras. Eso será otra historia. Federación Agraria sigue
su lucha por mejores condiciones para los arrendatarios como entidad gremial,
pero se encuentra con una limitación. Al ser una entidad gremial, tiene vedado
el acceso a la actividad comercial, y ésta tiene un solo canal viable. La
Cooperativa de Comercialización. Por años, sería motivo de profundas
discusiones dentro del movimiento Federado, a tal punto que recién en 1932 se fundó
AFA (Agricultores Federados Argentinos), que hoy día es la más grande
cooperativa de productores del país) y solo en 1950 concretaría la existencia
de la Federación Argentina de Cooperativas Agropecuarias agrupando así a una
serie de Cooperativas fundadas paralelamente a las filiales de Federación
Agraria (sindicato) a tal punto que generalmente compartían techo y dirigentes.
“Has recorrido un largo camino muchacha” decía un publicidad de puchos hace
unos años. Y eso se le podría aplicar a María Robotti de Bulzami, la que pateó
la olla.
Y voy a
contar la historia. Aquellos sufridos inmigrantes no estaban solos. Sus mujeres
estaban con ellos compartiendo trabajos, desventuras y aventuras. Habían dejado
padres, hermanos, amigos, paisajes, olores, con su hombre buscando un mejor
lugar en el mundo para ellos y sus hijos, y los que de ellos vinieran. Y nada
de ser ajenas a todo lo que las rodeaba.
En aquel
rancho miserable de Alcorta (y en los campos de Alcorta. Figueroa Alcorta; ¿le
suena? ahí donde está el Monumento a Los Españoles…), y en aquel frío junio de
1912 los hombres llevaban varias horas discutiendo la situación y sin resolver
el momento adecuado para iniciar una medida de fuerza. María Bulzami, la dueña
de casa, trajinaba alrededor del fogón, donde sobre una trebe hervía la olla del
modestísimo puchero. En aquellos tiempos los hombres hablaban, y las mujeres
escuchaban, hasta que María dijo “Estoy cansada de escuchar de cuando se va a
hacer la huelga, y si va a ser mañana o la otra semana, y siguen hablando en la
casa sin ponerse en marcha de una vez”. Y agregó. “La huelga empieza ahora” y
pateó la olla, agregando “para mí la huelga empezó ya, acá no se cocina más”. Y
así comenzó el movimiento que se dio en llamar “El Grito de Alcorta”, origen de
la Federación Agraria Argentina. Como una burla a la memoria de María Robotti
de Bulzami, la mujer del arrendatario en los campos de la familia Alcorta, en
la Avenida Figueroa Alcorta, ahí en el Monumento a los Españoles, los actuales
dirigentes de esa entidad se cagaron en su memoria en el año 2008. Disculpen la
grosería. Ya veremos cómo llegaron ahí. Una
acotación que no es casual: José Figueroa Alcorta fue el Presidente de la
Nación en los fastos del Centenario de la Revolución de Mayo, y años después
fue Presidente de la Corte Suprema de Justicia que convalidó con su acordada
del 8 de Setiembre de 1930, el Golpe de Estado contra Yrigoyen, sentando así la
jurisprudencia que amparó a todos los Golpes de Estado posteriores.
Transformaciones políticas que se fueron dando, y al día de hoy aún traen
consecuencias
Mientras los
inmigrantes iban transformando el aspecto de la Pampa Húmeda, un proyecto
político empezaba a mostrar señales de agotamiento. Sus mentores ideológicos,
Alberdi y Sarmiento, morían en el exilio, traicionados por los beneficiarios de
sus actos anteriores.
Leadro N.Alem
había recogido el guante y sentado las bases para la reformulación de un
pensamiento nacional con visión de la Patria Grande, e Hipólito Yrigoyen le
daba cuerpo político a un movimiento transformador en lo político. La primera y
fundamental reivindicación fue la lucha por el voto secreto, universal y
obligatorio (universal hasta por ahí nomas, ya que las mujeres no contaban) que
finalmente fue conseguido en 1912 con la mentada ley “Saenz Peña”. Así, de a
poco fueron apareciendo en el Congreso Nacional algunas voces, si bien
minoritarias, más afines a plantear los problemas de los colonos. Por otra
parte, la Iglesia con le encíclica “Rerum Novarum” del Papa Leon XII en 1891,
dentro de sus propias limitaciones, y más teniendo en cuenta en que época fue
publicada, “acusaba recibo” de una problemática social, y preanunciaba (dentro
de los tiempos Vaticanos) lo que después sería la “Doctrina Social de la
Iglesia”. Estimo que tuvo importancia en el actuar de los Hermanos Netri (Juan
y Pascual, párrocos de Alcorta y Máximo Paz en su sensibilidad ante el reclamo
de sus fieles en aquellos momentos, y al llamar en su ayuda a su hermano
Francisco, el abogado). Pero en esa génesis histórica, que empieza a dar cuerpo
a la otra parte del “sujeto agrario”, hasta entonces invisibilzado, confluyen
anarquistas aportando su experiencia gremial, socialistas con su bagaje
ideológico y como dijimos, sacerdotes conmovidos por las condiciones de vida de
sus feligreses inmigrantes y colonos. Y Francisco Netri acude a los Diputados
Socialistas Nicolas Repetto y Alfredo Palacios, que son los que comienzan a
visibilizar el conflicto y sus causas, hasta entonces debidamente
invisibilizados por los medios de comunicación de entonces. No es mucho lo que
se puede hacer con solo un par de voces en un Congreso dominado totalmente por
el régimen, pero al menos se empezó a saber lo que estaba pasando. También
había otro problema, que aterrorizaba a los inmigrantes: era la vigencia de la
Ley 4144 (Ley de Residencia) que los podía mandar de vuelta a su país de origen
según fuera el capricho de la autoridad actuante. Pero, como los inmigrantes se
reproducían (y con bastante entusiasmo; recordemos aquellos familiones que se
armaron) ya sus hijos eran argentinos, y no los alcanzaba la Ley, y de yapa
¡ahora iban a votar! ¡Y su voto iba a valer lo mismo que el del integrante de
la familia patricia! Evidentemente se iba a venir el zurdaje…. O al menos el
advenimiento de una nueva forma de ver el país, que se comenzó a concretar con
la elección de Hipólito Yrigoyen en 1916. Allí se empezó a tejer una alianza
que aún perdura entre esta parte del “Sujeto Agrario” (colonos y chacareros) y
el Radicalismo, aunque ambos hayan sufrido profundas transformaciones a través del
tiempo, y hoy día en nada se parezcan sus sucesores a los Radicales ni a los
chacareros de aquel entonces. Tendremos que revisar un poco lo que fueron las
políticas Yrigoyenistas hacia el campo para ver en que se fundó esa alianza.
1916-1930 Los Gobiernos Radicales consolidan su
relación con los chacareros y colonos
A partir de
la asunción del Primer Gobierno Nacional elegido por el voto universal y
obligatorio, que consagró a la Unión Cívica Radical en la persona de Hipólito
Yrigoyen (extrapartidario, ya que Yrigoyen NUNCA fue afiliado de la UCR, es
más, no toleraba que se dijera “el Partido Radical” en su presencia,
considerando que el Radicalismo era un movimiento, no un Partido Político), se
empezó a mirar las cosas de distinta forma. Nada revolucionario según nuestra
forma de ver las cosas desde lo actual, pero muy revolucionario si nos ponemos
en el contexto histórico del momento. Nuestros curtidos inmigrantes comenzaron
a tener más oídos dispuestos en los despachos oficiales. Así en 1920 el Banco Hipotecario
Nacional comenzó a otorgar créditos para la compra de campos a colonos,
cubriendo hasta un 80% del valor de compra, y en 1923 se dictó la primera ley
regulatoria de Arrendamientos. (Ley 10676) que ilegalizaba el sub-arriendo.
Parece insignificante, visto desde la perspectiva actual, pero fue trascendente
para aquellos colonos que se ilegalizara el sub-arriendo. Esto obligaba a los
propietarios a arrendar sus campos en forma directa, eliminando al “Ramos
Generales” como cuello de botella obligado por donde el colono debía
necesariamente pasar, dándole así la independencia de comercializar libremente
el producto de su cosecha (salvo aquella que por el contrato debía entregar
como pago del arriendo, en caso de la modalidad “aparcería”). También por imperio
de esta ley, quedaba en libertad de contratar sus seguros, y las máquinas de
trilla con quien más le conviniera. Eran las primeras módicas conquistas de la
lucha gremial de la FAA.
Esto, traía como consecuencia un mejoramiento en las condiciones económicas de los colonos, y por consecuencia, ascenso en las expectativas de ascenso social. Debe ponerse en la olla también el ingrediente de la Reforma Universitaria, que si bien para aquellos colonos y sus hijos fuera algo muy ajeno, era parte del clima… Los hijos de aquellos colonos (muchos de ellos analfabetos) ya tenían educación primaria. Sin embargo, aunque no supieran leer, eran muy sabios, (como decía mi amigo Angel Karaman hablando de su abuelo croata), y sus inquietudes por la educación de sus hijos argentinos, eran profundas y correspondidas por la Ley 1420. De todas estas cosas ha contado con mucha más amenidad que yo Luis Landriscina, así que me cuidaré muy bien de meterme en ese terreno. Comenzaron así a aparecer las primeras Cooperativas de Seguros contra el Granizo. (De hecho, el Progreso Agrícola de Pihué es la más antigua cooperativa y empezó a funcionar en 1901, seguida por La Previsión de Tres Arroyos en 1904). Pronto, aparecieron las Cooperativas Agrícolas, (la primera de ellas la de Basavilbaso, de los gauchos Judíos), tomando el papel que habían tenido los “Ramos Generales” pero conducidas por los propios colonos. Aquí apareció un problema al que aún no se le ha encontrado solución. Quedó dicho que la FAA se constituyó como entidad gremial, contando en sus propuestas declarativas “el fomento de la creación de Cooperativas para defender el valor del producto de sus afiliados”. Pero NO era (ni es) una entidad cooperativa en sí, sino una entidad gremial. La coexistencia de una actividad comercial, con una actividad gremial como dije, sigue siendo un problema a resolver. Cualquiera que conozca las cosas por dentro le podrá contar las incontables fricciones (nimias algunas, más importantes otras, pero cotidianas que surgen). Como fruto de las políticas nacionales que vinimos contando, comenzaron a multiplicarse las cooperativas, y al mismo tiempo, multiplicarse los soñadores, y así fue que en 1922, se fundó la Asociación de Cooperativas Zona Centro (hoy Asociación de Cooperativas Argentinas), primera Cooperativa de 2° Grado. En unos pocos años, se “animaron” a levantar los primeros elevadores de campaña junto a las estaciones del ferrocarril. Leones, Marcos Juárez, Tancacha, Oliva y algún otro más que no recuerdo. No se conformaron con eso, sino que encararon la construcción de un elevador Terminal en el Puerto de Rosario.
Pero todo
esto era fruto de una política Nacional, ya que la financiación era avalada por
el Gobierno Nacional. Y cuando digo “avalada” lo digo en serio. Con el gancho.
No con la palmada en la espalda, y la declamación, ¡¡ CON EL GANCHO !! Que los
apoyos morales, y las palmadas en la espalda y los discursos no están mal, pero
hay que conseguir “las efectividades conducentes”, por utilizar el dialecto
Yrigoyeniano… O sea: los mangos. Depuesto que fue Yrigoyen y su “Régimen” (ayer
igual que hoy, a los Gobiernos Populares la derecha los llama “Régimen”), y la
chusma Yrigoyenista desplazada, una de las primeras medidas de Uriburu, fue
retirar los avales que el “Régimen” había concedido. Las Cooperativas no
pudieron resistir financieramente y en el desastre económico los Elevadores de
Campaña, y el terminal de Rosario, fueron concesionados por el Gobierno a una
empresa Canadiense (Elias Howe and Co). Adivine quién era la Co. de Don Elías:
nuestros viejos amigos Bunge y Born… Evidentemente, se había recorrido un largo
camino en pocos años. Faltó un mes y tres días para diecisiete años, para
mostrar el potencial económico y social de aquellos colonos inmigrantes,
semianalfabetos muchísimos de ellos, despreciados por su origen y falta de
linaje por las clases altas, que veían frustrado su sueño de tener sus propios
“siervos de la gleba”. Y de yapa venían sus hijos, ya alfabetizados, que por
ahí no tenían lugar en las chacras y comenzaban a transitar oficios urbanos….
“Sunescandalunabus!!!”. Como quiera que sea, y a veces sin proponérselo
específicamente, aquellos inmigrantes que vinieron a “hacerse la América”,
terminaron haciendo la Argentina pequeño burguesa y rural (y radical) que vivimos
hasta diría el ’76. Para ser Conservador (políticamente hablando) hay que tener
algo para conservar (en la vida de todos los días). Y resultó que ya algunos
inmigrantes consolidaron con la escritura de la chacra aquella utopía que los
había traído a estas tierras. Después veremos como la “crisis del ’30″ influyó
en estos acontecimientos.
La crisis del 30
La crisis del
’30 tuvo dos efectos diametralmente opuestos en la pequeña burguesía agraria
naciente, y en la oligarquía terrateniente. Si bien ésta detentaba el poder y
el Gobierno (el derrocamiento de Yrigoyen le había devuelto el Gobierno a
quienes tenían el poder). Pero la magnitud de la crisis hizo necesaria la
adopción de medidas de gobierno que paradójicamente afectaron menos a los
pequeños productores. Los inmigrantes vivían todavía, y si ya no estaban en
esta vida, estaban sus hijos que habían vivido de cerca el ascetismo de sus
vidas y sus historias, por lo tanto, replegados en sus chacras resistían sin
mayor problema una reducción en el nivel de vida sin quejas mayores. De 1916 en
adelante como ya se dijo, los Gobiernos Radicales se mostraron sensibles a los
reclamos de los arrendatarios, y después del golpe del ’30 y el rebote en la
Argentina de la Crisis Internacional el horno no estaba para bollos, y no se
pudo restablecer el “orden” que la “chusma radical” había trastrocado. Los
arrendatarios aguantaron el chaparrón apelando a su memoria colectiva de
austeridad aplicada a la supervivencia. En la chacra había de todo; ovejas,
algunas vacas, gallinas, algunos chanchos, patos, pavos, gansos (que proveyeron
el duvet del acolchado que me abrigó en mi cuna y llegó al moisés de mis hijos.
Ese plumón, confeccionado por mi abuela en 1942, llegó prestando servicios
hasta los ’80). Se lavaba la lana, se hilaba y se tejían medias y ropas de
abrigo. La quinta proveía papas, cebollas, y lo que fuera de época. Una cultura
del aguante. Para las familias terratenientes rentistas la cosa era distinta.
En su gran mayoría su entrada era el cereal que, proveniente de las aparcerías,
les permitían un tren de vida que les resultaba muy difícil frenar. Además, las
familias se habían agrandado y eran muchos más los que sacaban de la misma
lata… Algunas sucesiones se habían ido produciendo también, lo que fraccionaba
los grandes latifundios en latifundios un poco menos grandes. (Y todavía no
habían descubierto la forma de reacomodarse formando Sociedades Anónimas, en
las que se transfieren paquetes accionarios, pero la unidad de explotación
permanece intacta amparada por una forma jurídica). Como quiera que fuere, la
pequeña burguesía agraria (e.f.) estaba en mejores condiciones para aguantar el
chaparrón. La falta de precio para los productos de exportación se capeaba
mejor desde la chacra que desde el casco de la Estancia. Muchos estancieros se
endeudaron con los bancos (o venían endeudados) y no pudieron evitar la
catástrofe. Y por allí se produjo un fenómeno extraño. Los Bancos ejecutaron
sus deudas hipotecarias y se encontraron propietarios de interesantes
extensiones de tierra “de la buena”. Como los bancos veían peligrar su
existencia, acudieron al estado (cuando no) y se creó el Instituto Movilizador
de Activos Financieros, que en realidad trasladó al Estado esos activos
inmovilizados. Se acudió entonces a organismos estatales medio olvidados como
los Institutos de Colonización (medio in articulo mortis, ya que era imposible
vender esos campos “enteros” por falta de inversores que los quisieran comprar)
y se los empezó a fraccionar y vender en remates, o particularmente, con
financiación de los Bancos Oficiales (Nación, Hipotecario, y de las respectivas
Provincias). Tenían una serie de particularidades interesantes, como por ejemplo
el apoyo técnico, la obligatoriedad de construcción de viviendas de material y
con provisión de agua potable en su interior, (proveyendo de planos-tipo)
plantación de montes para reparo y frutales (con provisión de plantas por parte
de viveros oficiales en forma gratuita). En fin, toda una insólita
planificación estatal (insólita por provenir de un gobierno absolutamente de
derecha). Aquellos austeros inmigrantes descosieron el colchón, y así, muchos
accedieron a la propiedad de la tierra, sueño que los había traído a América.
No estoy contando nada irreal; sólo recogiendo la historia de cómo mi abuelo
paterno compró 200 hectáreas de campo en San Mayol en 1936. Esa chacra sigue
hoy en manos del menor de sus nietos. Por otra parte, los arrendatarios se
encontraron sin pensarlo con otra ventaja. Venían pagando en especie (a
porcentaje o aparcería). Al encontrarse los terratenientes con que no había
precio (o era muy bajo para sus pretensiones y mantener su nivel de vida)
presionaron (y consiguieron) la creación de un ente Regulador Estatal, y allí
apareció la Junta Nacional de Granos como comprador de última instancia, con un
precio mínimo que les salvara las papas. Pero éste les servía también a los
arrendatarios para gambetear la situación. Otra salida de los terratenientes
fue la del arrendamiento propiamente dicho. O sea en $ por hectárea, y los
contratos a tres años con opción a dos más que fue luego legalizado a través de
la ley 13246 del año 1948. Esos fueron los años de la definitiva consolidación
de la pequeña burguesía agraria en la Pampa Húmeda. Que antes había sido
desierto, y que humedecida por el sudor de aquellos inmigrantes pasó a ser lo
que fue. De cómo se transformó en lo que hoy es, ya lo iremos contando en
sucesivas tiradas si la paciencia de ustedes nos lo permite. De acá en adelante
empiezan implicancias sociológicas, de ascenso social, políticas y un hermoso
matete de circunstancias por los que algunos asimilaron modos y costumbres de
las clases altas y terminaron olvidando de donde venían, para encontrarse en el
Monumento a los Españoles con la sensación de no saber para donde van. Como
dijo el Nano Serrat “…chupando un palo/sentados en una calabaza…”
Otras consecuencias inesperadas de las crisis del
30
Inesperadas
por el establishment, pero bien reales. Como por ejemplo la quiebra de muchas
Casas Cerealistas y “Ramos Generales”. Y el desarrollo de las Cooperativas
Agrícolas.
Zanjadas
algunas diferencias ideológicas con respecto a la interacción entre Cooperativa
y Sindicato, fundamentalmente entre Don Esteban Piacenza de FAA, que había
agarrado la lanza cuando Francisco Netri (el abogado) fue amasijado por un
matón pago de los latifundistas, y Don Celestino Sienrra, éste, con el apoyo de
las Cooperativas de Seguros “La Segunda” en Rosario y “La Previsión” en Tres
Arroyos se largó a fundar Cooperativas Agrícolas por el Sur de la Provincia de
Buenos Aires, así como Luis Balestra lo hacía por Santa Fe y Córdoba. Esto
podría ser voluntarismo puro, sino hubiera existido la necesidad. Es decir, si
no existe una necesidad es muy difícil que nadie se movilice. Aún así, es
necesario tener el olfato suficientemente agudo para detectar a la/las personas
indicadas que tengan el respeto suficiente por parte de sus convecinos para
poner el asunto en marcha. A los que han leído a Perón en “Apuntes de la
Escuela de Conducción Peronista” les recuerdo cuando habla de los “apóstoles” y
los “predicadores”. Es algo así. Es al cuete predicar si el predicador es un
chanta… Y una de las virtudes del apóstol es detectar al predicador adecuado.
Lo que sería una parábola del sembrador tecnificado… Tratando que no se le
desparramen las semillas, y buscando la mejor tierra para que caigan allí.
Grandes y calificados predicadores de nuestros pagos sureros fueron los
hermanos Uslenghi. Las agencias de las Cooperativas de Seguros daban la base
mínima del comienzo, asimilándose luego a la incipiente Cooperativa Agrícola.
Los agentes, proporcionaban la primera aproximación para luego dejar paso a los
convencidos como Sienrra que iba tejiendo redes cada vez más sólidas. Aquí se
produjo la consolidación económica de la pequeña burguesía agraria. Con una
institución conducida por sus propios interesados, que tenían muy cercano el
recuerdo de las luchas por la supervivencia como para caer en tentaciones
mercantilistas que los alejaran del sacramental “Todos para uno, y uno para
todos”. Luchando diariamente contra el individualismo y convenciendo (y
convenciéndose) por la fuerza de la realidad que las soluciones individuales no
sirven a ninguno. Federación Agraria privilegió la acción Gremial por sobre la
Cooperativa por un tiempo, y luego promovió directamente la fundación de
Cooperativas pero perdió varios años en esa disyuntiva, prohijando AFA
(Agricultores Federados Argentinos) hoy día la más grande Cooperativa de
productores del país. Finalmente adoptó la misma estructura que la Asociación
de Cooperativas Argentinas, pero su Cooperativa de Segundo grado (FACA) recién
se constituyó en 1950. Antes, en 1934 las cooperativas algodoneras del Chaco
habían fundado UCAL, y en 1938, la prédica del otro apóstol (Luis Balestra) se
había concretado en la constitución de una Federación de Cooperativa Tamberas
de Santa Fe y Córdoba (SanCor). Esta fue la estructura del Cooperativismo
Agrario Argentino, que lo llevó hasta los años ’70 en que se constituyó en el
primer exportador de granos de la Argentina, siendo pionero en la apertura de
los mercados de Japón y China (con Japón en negocios intercooperativos, ya que
se proveía de granos a la Zen-Noh (federación de Cooperativas Japonesas, de
productores de carne aviar) para la fabricación de alimentos balanceados. Estos
negocios eran llevados por un consorcio integrado por ACA y FACA. Pero me
adelanté, porque en esta Borgeana historia, también hay senderos que se bifurcan
y se vuelven a encontrar… Y al seguir un sendero por ahí se rodean algunos
arbustos y setos, y hay que volver atrás para ver las cosas desde otra
perspectiva. Debe recordarse que el propósito de todo esto es que los cumpas de
formación urbana comprendan la complejidad del abordaje de las cuestiones que
hacen a la producción agraria. Que no siempre son entendidos o analizados
teniendo en cuenta la realidad de sus actores. Máxime cuando los propios
actores a veces son confundidos en sus posiciones, y toman posiciones políticas
que contrarían sus propios objetivos. Y no advierten que sus logros son
preocupantes para sus enemigos, ya que hay una “plusvalía” que deja de
alimentar parásitos y alimenta su ascenso social y económico. Lo primero; hacerle creer que su bonanza es fruto exclusivo de su
esfuerzo y su trabajo, sin advertir que ese esfuerzo y ese trabajo es el mismo
de siempre, y que sólo una política nacional le permite que no se lo
“sustraigan” en el camino. Eso será otra
parte de la historia, ya que estamos llegando a dos acontecimientos
estrechamente ligados. La terminación de la Guerra y la aparición del
Peronismo.
Armando el mosaico de la representación
Coherentemente
con lo que sucedía, los distintos grupos que formaban el “sujeto agrario”,
fueron conformando entidades que los representaran. Y esto tiene sus bemoles,
ya que no era lo mismo un cabañero, que un criador, y también tenían intereses
distintos al invernador (aunque a veces cabañero e invernador fueran el mismo).
Y allí vino la formación de las Sociedades Rurales, que no son lo mismo que la
Sociedad Rural. Son dos cosas distintas, aunque ahora parezcan lo mismo. Pero
en un principio fueron entidades con intereses diametralmente opuestos. Paso a
aportar algunos datos tendientes a clarificar el asunto. Sociedad Rural Argentina: Es
la más antigua de las entidades representativas. Es unitaria, es decir, (aunque
a sus asociados no les guste la terminología) es una entidad de base. Sus asociados
son directos tributarios de la entidad (como un club, o cualquier otra Entidad
Civil, de hecho sus empleados se encuadran en la UTEDyC). Claramente NO es una
federación ni confederación. Fundada allá por 1866, fue la organización que
encaró la avanzada tecnológica de convertir las vacas cimarronas descendientes
de las que hizo traer Dn. Pedro de Mendoza en hacienda refinada apta para
trascender el destino de charque y convertirse en alimento fresco para Europa
de la mano de los Frigoríficos, primero ingleses, y luego norteamericanos.
Proveyó las caballadas que motorizaron al Gral. Roca en la llamada conquista
del Desierto (o sea la trasformación de un espacio territorial que nada tenía
de Desierto en Pampa Húmeda) cosa a la que ya nos referimos en artículos
anteriores. Conserva desde entonces el monopolio de los registros genealógicos
de todo cuanto animal se deba considerar de Pura Raza en nuestro país. Para
registrar y poder comercializar como animal de Raza se debe tener la
certificación de la SRA. Si no, es un bicho cualquiera. Para obtener esa
certificación hay que ser socio de la SRA, lo que le garantiza que hasta el más
modesto criador de aves o conejos (sin ser peyorativo, por favor) es tan socio
de la SRA como Naum Werthein, o Miguens, o Biolcatti. Breve
ejemplo: Don Armando Masaccessi,
ferroviario de profesión, dedicado criador de Aves de Raza en el fondo de su
casita de la calle Castelli en Bahia Blanca, era socio de la SRA. (inclusive
Jurado en la Exposición de Palermo en alguna ocasión). Esto para que no anden
diciendo que la SRA es elitista. Esto le garantiza a la SRA una cantidad de
socios cautivos de los que no puedo asegurar que compartan las posiciones
políticas de la entidad. Sino que deben serlo ya que si no lo son no pueden
vender sus productos. Con la instalación de los Frigoríficos pasaron a ser los
proveedores de la hacienda para faena de exportación (el llamado novillo pesado
de un peso 450 kg). Se colocaron así en ambas puntas del negocio. Los criadores
dependían de la genética para mejorar sus rodeos, esta genética era provista
por los estancieros/cabañeros agrupados en la SRA. A la vez, como los campos de
cría no tenían por entonces la capacidad por sus pastos naturales, de
“terminar” el novillo de exportación los vendían en la mitad de su desarrollo
para invernada. Y esto era un negocio que hacían los invernadores con el apoyo
financiero de los frigoríficos, que redundaba en que los criadores eran
“pedaleados” en los pagos y terminaban siempre bastante desconformes con su
papel en el negocio, agravado por la falta de trasparencia general en toda la
cadena de comercialización. O sea, que llegó un momento en que los pequeños y
medianos productores que estaban afincados en el interior, aún siendo socios de
la SRA, no se sentían representados gremialmente por ésta, conducida por los
grandes estancieros que viviendo en la Capital estaban cerca de donde se
cocinaban los guisos mas sustanciosos, mas dedicados a la bicicleta financiera
que a la producción en sí.
Ojo; que estoy hablando de hace un siglo, que ya existían ciertas trapisondas. Las Sociedades Rurales: Con la llegada del Radicalismo al Gobierno de la Nación, Hipólito Yrigoyen comenzó una política de creación de una clase media con la incorporación efectiva de los inmigrantes y sus hijos al concierto ciudadano. No hay que olvidar que Yrigoyen TAMBIÉN era criador en su estancia de Estación El Trigo en Las Flores, y que su base política eran “sus” vascos del interior de la Provincia (aquellos vascos ovejeros, a los que me referí en el artículo “La formación de la pequeña burguesía agraria”), por lo que en aquellos tiempos aparecieron las primeras Sociedades Rurales oportunamente aupadas por los Gobiernos de Yrigoyen y Alvear e Yrigoyen otra vez. Estas Sociedades Rurales tuvieron destacadísimos dirigentes gremiales como Don Nemesio de Olariaga en Maipú, los Elissondo en Tandil y otros cuya enumeración no hace al fondo de la cuestión, pero hicieron un cambio en la forma y fondo del negocio. Fundamental trasformación fue la creación de los Remates Feria, donde se trasparentaba la compra-venta de las haciendas en Remate Público, donde lo mismo concurría con sus diez o doce novillitos el chacarero o sus doscientos novillos el criador mediano, y adonde los compradores de invernada se debieron empezar a proveer en competencia pública y de viva voz. Donde también concurrían los compradores de hacienda gorda. (En “Don Segundo Sombra” hay una descripción más literaria que la que yo pueda hacer de un Remate feria). De aquella época han quedado las Sociedades Rurales en cada pueblo más o menos importante.
Ojo; que estoy hablando de hace un siglo, que ya existían ciertas trapisondas. Las Sociedades Rurales: Con la llegada del Radicalismo al Gobierno de la Nación, Hipólito Yrigoyen comenzó una política de creación de una clase media con la incorporación efectiva de los inmigrantes y sus hijos al concierto ciudadano. No hay que olvidar que Yrigoyen TAMBIÉN era criador en su estancia de Estación El Trigo en Las Flores, y que su base política eran “sus” vascos del interior de la Provincia (aquellos vascos ovejeros, a los que me referí en el artículo “La formación de la pequeña burguesía agraria”), por lo que en aquellos tiempos aparecieron las primeras Sociedades Rurales oportunamente aupadas por los Gobiernos de Yrigoyen y Alvear e Yrigoyen otra vez. Estas Sociedades Rurales tuvieron destacadísimos dirigentes gremiales como Don Nemesio de Olariaga en Maipú, los Elissondo en Tandil y otros cuya enumeración no hace al fondo de la cuestión, pero hicieron un cambio en la forma y fondo del negocio. Fundamental trasformación fue la creación de los Remates Feria, donde se trasparentaba la compra-venta de las haciendas en Remate Público, donde lo mismo concurría con sus diez o doce novillitos el chacarero o sus doscientos novillos el criador mediano, y adonde los compradores de invernada se debieron empezar a proveer en competencia pública y de viva voz. Donde también concurrían los compradores de hacienda gorda. (En “Don Segundo Sombra” hay una descripción más literaria que la que yo pueda hacer de un Remate feria). De aquella época han quedado las Sociedades Rurales en cada pueblo más o menos importante.
CARBAP: Allá por 1930 se creó la Confederación de
Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. Esta es una entidad de 2°
Grado que agrupa a todas las Sociedades Rurales de ambas Provincias. Es una
consecuencia lógica de la existencia de entidades como las descriptas que lo
eran pero de socios, CARBAP es de Sociedades. Que a través del tiempo hayan
coincidido ideológicamente es otra historia, porque como sabemos todo pasa y
todo cambia. Lo que se debe tener en cuenta que la sustentación política del
Radicalismo en el interior de la Provincia fueron precisamente esas Sociedades
Rurales, cosa que aún se nota. Aunque en su origen hayan tenido intereses
contrapuestos, y definiciones políticas diametralmente opuestas. Los
Estancieros Conservadores y los Ruralistas Radicales fueron una parte de
nuestra historia del Interior. Si no la conocemos aunque sea un poco, se nos
hace muy difícil entender cosas que pasan hoy día. Volveremos sobre este tema,
ya que el mosaico de representatividad aún no está completo.
Otra parte del mosaico
Lo que sucedía en la Pampa Húmeda no tenía porque no suceder en el resto
del país. Los grandes frigoríficos se habían asentado sobre los puertos de
embarque. Buenos Aires, La Plata, Zárate, Rosario, Bahía Blanca. A ellos
tributaban las haciendas, diligentemente trasportadas por los ferrocarriles
ingleses. Los itinerarios de las distintas empresas, garantizaban la
circulación de los trenes de hacienda, de forma que en menos de 24 horas
llegaran del punto de embarque al punto de faena. Así mismo, y con la misma
eficiencia trasportaban los terneros desde la zona de cría a la zona de
invernada (principalmente el Nor-Oeste de la Provincia de Buenos Aires)
generando así fletes falsos, ya que el diseño de la red (radial hacia el
Puerto) alargaba las distancias. Pero la problemática ya expresada era similar
en todo lugar de producción.
El ejemplo de los pequeños y medianos ganaderos criadores de Buenos Aires se fue difundiendo y replicando en el resto del país con las propias diferencias y particularidades de cada zona. Así en la medida que se fueron dando las condiciones, la frontera ganadera se expandía. Las razas tradicionales, (Shorthorn, Aberdeen Angus, Hereford) no se adaptaban a las condiciones extra-pampeanas, pero con la introducción en los años 40/50 de las llamadas razas índicas (¡Las vacas Sagradas de la India!) tolerantes al calor, los mosquitos y garrapatas, las rústicas vacas de Santiago del Estero, Norte de Santa Fe, Chaco, Formosa, adaptadas a la zona, pero poco rendidoras en carne se fueron cruzando. Esto fue por el esfuerzo de los productores de esos lugares que apoyados por una política ganadera estatal (en técnica y crédito) empezaron a mejorar sus rodeos. No sin resistencia de los ganaderos tradicionales, agrupados en la SRA, que veían amenazado su negocio de la genética. Fue muy resistida la presencia en Palermo de los primeros reproductores Brahma. Pero MUUUY resistida. Los productores de las zonas “marginales” (o no tradicionales) comenzaron a tomar el ejemplo de los bonaerenses y fundaron sus primeras Asociaciones de Ganaderos, Sociedades Rurales y otros nombres similares pero alusivos, agrupándose en Confederaciones copiando también aquí el modelo de CARBAP. Finalmente todos se juntaron en lo que se llama: CRA (o sea Confederaciones Rurales Argentinas). Esta entidad es de tercer grado, o sea que está compuesta, no por productores en forma directa, ni asociaciones de productores, sino por confederaciones (constituidas por asociaciones de productores agrupadas estas por zonas o provincias). Parece un trabalenguas pero es un buen escalonamiento institucional. Al menos tiene un componente básico más federal que la SRA, con una representatividad teóricamente más equilibrada. Aún así, la preeminencia de CARBAP en su presidencia es casi excluyente. Esto conforma una introducción a lo que es la representatividad del sector “Ruralista” del campo argentino a través del origen de sus entidades gremiales de Productores originariamente ganaderos. Con el tiempo se fueron (y van) produciendo cambios y los ganaderos ya no lo son tanto, sino que se hicieron mixtos. La expansión de la frontera agrícola va modificando constantemente la realidad, y la evolución de la sociedad toda va adecuando pensamientos y sentimientos. Don Juan Costa: Primer Presidente de la Asociación de Cooperativas Argentinas, y militante del Radicalismo Yrigoyenista.
La pata cooperativa
Básicamente, la formación de las cooperativas agrícolas se debió a la
necesidad de los chacareros de independizarse de las empresas monopólicas
exportadoras e industrializadoras de sus productos. Aquellos pioneros, con gran
visión de futuro, pensaban que de los pueblos no debía salir el trigo, sino la
harina, en una síntesis “chacarera” del pensamiento del Radicalismo
Yrigoyenista en oposición al modelo agroexportador de los grandes
terratenientes que detentaban el Poder Al principio a los grandes exportadores de granos no les preocupó
demasiado la existencia de las cooperativas de agricultores ya que su
existencia en cierta forma facilitaba sus propios negocios, reemplazando al
viejo “Ramos Generales” y ocupando su lugar. Por otra parte desde el Poder Ejecutivo se
alentaba esta movida como parte del Proyecto Nacional, a tal punto, que al
fracasar en el Congreso la sanción de leyes tendientes a modificar el
funcionamiento de los Bancos para ponerlos al servicio de la producción, fue el
PEN en 1928 quien avaló a las cooperativas para levantar los primeros
elevadores de campaña y un puerto en Rosario. Pero cuando de la mano de un gobierno populista
y corrupto (decían ellos) que dilapidaba los sagrados fondos públicos avalando
los locos sueños de esos gringos brutos de ser exportadores de su propia
producción construyendo elevadores y ¡¡un puerto!! Pusieron el grito en el
cielo. Por suerte (para ellos) vino Uriburu a restaurar el orden y la
normalidad, y a poco del golpe de 1930, el Gobierno retiró los avales a la
Asociación de Cooperativas Zona Centro. Eso sumado a la crisis internacional
(la crisis del ’30) provocó la quiebra de esta Asociación. Borrón y cuenta
nueva, pero entonces como ahora, (y esto es una deuda pendiente, que hay que
solucionar cuanto antes modificando la ley de Entidades Financieras y la C.O.
del BCRA) las Cooperativas no eran sujeto de crédito, por lo que arrastraron en
su caída a los integrantes del sus Consejos de Administración. Alcancé a conocer
de boca de sus propios protagonistas y sus descendientes los dramas que eso
desencadenó. Sin embargo, aquellos
sufridos inmigrantes y sus hijos no aflojaron y pocos años después se
refundaban las cooperativas fallidas y surgían nuevas.
Pero el mensaje había sido claro; la restauración conservadora había
vuelto para mantener el statu quo anterior en que el comercio internacional era
para las grandes empresas monopólicas y si bien se toleraba la existencia de
las Cooperativas Agrícolas, que ni pensaran en invadir el terreno reservado. El
gran negocio; el que realmente dejaba ganancias y con menor esfuerzo, era para
los que tenían el poder. La máxima de Lord Castlereagh tenía su aplicación
hacia adentro; que los gringos se entretuvieran soñando utopías cooperativas,
mientras no afectaran la marcha de sus negocios, nada los debía preocupar. Y si
se empezaban a poner cargosos, para eso lo habían echado a Yrigoyen, y ya
muerto el viejo caudillo, Alvear era más razonable. Bajo el nombre de
Asociación de Cooperativas Argentinas la vieja Asociación de Cooperativas Zona
Centro reapareció fundada por las múltiples Cooperativas que se fueron creando.
A lo que apunto con esto es a demostrar que el Cooperativismo Agrario tuvo desde su origen y a través del tiempo su crecimiento en estar inserto dentro de proyectos nacionales abarcativos de la mayoría de los argentinos, y no solamente a la defensa de un mero interés sectorial. Nació y creció con proyectos nacionales y siempre que se salió del camino perdió volumen y calidad. Advertencia: todo parecido del proyecto de Nación del Radicalismo Yrigoyenista con este patético sello de goma actual que es la UCR es pura casualidad y puede deberse a errores de su conducción política, o a su afán declamativo. Mientras el “sujeto agrario” se iba modificando y su adscripción mayoritaria al Radicalismo continuaba firme. Pero muerto Yrigoyen el Radicalismo iba cambiando tal vez en forma muy sutil y poco visible, pero eso es otra historia que contaremos más tarde.
A lo que apunto con esto es a demostrar que el Cooperativismo Agrario tuvo desde su origen y a través del tiempo su crecimiento en estar inserto dentro de proyectos nacionales abarcativos de la mayoría de los argentinos, y no solamente a la defensa de un mero interés sectorial. Nació y creció con proyectos nacionales y siempre que se salió del camino perdió volumen y calidad. Advertencia: todo parecido del proyecto de Nación del Radicalismo Yrigoyenista con este patético sello de goma actual que es la UCR es pura casualidad y puede deberse a errores de su conducción política, o a su afán declamativo. Mientras el “sujeto agrario” se iba modificando y su adscripción mayoritaria al Radicalismo continuaba firme. Pero muerto Yrigoyen el Radicalismo iba cambiando tal vez en forma muy sutil y poco visible, pero eso es otra historia que contaremos más tarde.
La circunstancia política
La nota de Mario Rapoport en Página 12
(http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2010/04/un-deja-vu-los-proyectos-economicos-de.html ) me exime de mayor abundamiento en el porqué de la
adhesión de la pequeña burguesía agraria (e.f.) al Radicalismo. Yo lo venía
haciendo en forma más genérica. La precisión del inventario de medidas del
Radicalismo Yrigoyenista (en cuanto a lo agrario, y el resto de las
actividades) da la medida de que había un modelo. No eran loquitos los Mártires
de Dorrego el 5 de septiembre de 1937. Salieron a defender un modelo de país
más justo para todos. Sosteniendo con el cuero lo que se decía con el pico. Y
ese era el modelo del Radicalismo Yrigoyenista. El que le dio sentido y
pertenencia a un embrión de clase media. El que “inventó” la clase media a
partir de los hijos de los inmigrantes urbanos y rurales. El que pudo hacer que
se acercara y se hiciera tangible el sueño de aquellos que habían dejado Europa
hartos de miseria y guerra. El modelo de un país integrado, y que fuera saliendo
del corsé del país agro-exportador pensado por la generación del ’80. Era un
principio, y faltaba mucho. Para eso vendría al Peronismo unos cuantos años
después, pero eso es historia que vendrá más adelante. Yrigoyen murió en 1933,
y si la mitad de la gente que salió a la calle para despedir sus restos hubiera
salido a la calle el 6 de setiembre de 1930, Uriburu se hubiera tenido que
mandar a guardar. Pero eso es una opinión subjetiva del que escribe. Al morir
Yrigoyen, el sucesor natural era Alvear. Éste, el bisnieto de Carlos María,
aquel que le mandó la carta a Lord Ponsonby para que le preguntara a S.M. “que
pensaba hacer con las ex-colonias Españolas en el Río de la Plata”. Alvear
(Marcelo Torcuato) tenía más de zorro que de vizcacha, y en vida del Yrigoyen
se había hecho el gil, y nunca se lo vio dándole aire a los antipersonalistas,
pero tampoco los condenaba. Una especie de Felipe Solá de la época en eso de
hacerse el boludo. Sabía que después de Yrigoyen no había sucesor posible. Y
jugaba a eso. Si se jugaba por los antipersonalistas antes que muriera el Viejo
iba a perder los votos. Y si esperaba con paciencia se quedaba con todo el
paquete. Así cuando hace el arreglo con Pinedo (para levantar la abstención y
convalidar el Tratado Roca-Runciman) hace la parte de oposición
rebelde-que-se-levanta-a-la-hora-de-votar y protesta por las elecciones
fraudulentas. Ve con simpatía a Roberto M. Ortiz, que después de todo es
Radical, y piensa que el Régimen fraudulento caerá por su propio peso y
entonces será elegido ya sin deberle nada a Yrigoyen. La incipiente burguesía
rural (e.f.) tiene otras cosas más importantes que atender, como por ejemplo
gambetear la crisis tal como lo explicamos y persiste en su adhesión al
Radicalismo sin advertir que algunas cosas han cambiado, como por ejemplo que
Alvear es parte del entramado conservador totalmente opuesto al modelo. Así,
sin saberlo, en 1945 aparecen incluidos dentro de la Unión Democrática.
Entonces, el “ruido de fondo” le impide percibir que el modelo Radical Yrigoyenista
volvía con Perón. Con otras formas pero con el mismo fondo, y además haciendo
lo mismo que Yrigoyen había hecho, ésta vez incluyendo al otro sector que había
quedado rezagado, que era el sector trabajador urbano. Ese ruido de fondo le
impide apreciar que por primera vez hay una ley específica de Arrendamientos y
Aparcerías Rurales (la 12346 de 1948) y en cambio se siente molesto por el
Estatuto del Peón, adoptando así los modos de los estancieros a quienes si
afectaba la medida. También les impide ver que se abría un mercado
importantísimo que era el mercado interno. La patraña del “Granero del Mundo”
(cosa que nunca fuimos, a menos que creyéramos que el mundo se componía
exclusivamente de Gran Bretaña) había calado muy hondo de la mano de los medios
de comunicación. Nada nuevo. Creían tener algo para conservar. Primer paso para
transformarse en conservador. La Segunda Guerra Mundial pondría todo patas
arriba.
Guerra y postguerra
El estallido de la 2ª Guerra Mundial, si bien era algo que se veía venir
fue provocando una parálisis del comercio internacional que redundó en la falta
de demanda y entonces fue que tomó un papel preponderante la Junta Nacional de
Granos, que se convirtió en la única compradora de la producción granaria, a un
preció “sostén” que salvó a los chacareros de su extinción. Recordemos que la
JNG no fue una creación de ningún gobierno dirigista ni soñada por ningún
“zurdito” sino que se formó al amparo de los gobiernos conservadores de la
década del 30. Nos han borrado de la memoria que aquello se llamaba
“concordancia” o sea una bucólica convivencia de conservadores, socialistas,
demócratas “progresistas”(sueño de Lisandro de la Torre que quería conjugar
conservadorismo con progresismo) y Radicales Antipersonalistas. Algo más o
menos como lo que ahora se llama “consenso”, que lo podríamos graficar en una
fórmula presidencial Cobos-Binner… Y no fue creada pensando en el chacarero
precisamente, sino para defender el valor del porcentaje de producción que
recibían los terratenientes en concepto de “aparcería” (modalidad de pago de
arrendamiento en especie, donde el propietario de la tierra recibe un x% de la
producción en lugar de dinero contante y sonante). Al terminar la guerra y
reactivarse el comercio internacional, habían casi tres cosechas acumuladas en
poder de la JNG. Instalaciones colmadas, estibas en las estaciones… B&B,
Dreyfus, y demás empresas exportadoras tradicionales se ataron la servilleta al
cuello y se aprestaron para el banquete. Comprar el cereal a la Junta a precio
vil y exportarlo a una europa hambrienta, y con dinero generoso del Plan
Marshall. Pero hubo un problemita…
El 17 de Octubre de 1945 habían sucedido algunas cosas, que no habían registrado bien. Y de yapa el 24 de Febrero de 1946 el pueblo eligió a Perón. Que no venía solo, sino con un grupo de gente que tenía otras ideas.
Y así fue que alguien dijo; ¿y si en lugar de vendérselo a ByB salimos a venderlo nosotros? Y el estado (no el gobierno) se apropió de la plusvalía.
Entonces empezó a funcionar el IAPI, que en el intercambio empezó a mandar trigo a Europa y a traer Tractores (conocimos el Hanomag, el Lanz, el Deutz, el Zetor) con lo que se empezó a mecanizar el agro. Porque en un 80% se hacía con tracción a sangre, lo que reducía en un 20% la superficie de cada explotación (superficie que había que destinar a alimentar los HP). De pronto en pocos años desaparecieron los caballos (¿Malhaya triste destino?) con lo que los campos aumentaron en un 20% su superficie productiva, ya fuera en siembra o aumento de las cabezas vacunas o lanares. Porque la plusvalía era importante se fondeó a los bancos oficiales que empezaron a financiar los tractores que se importaban, y además el Banco Industrial empezó a financiar una incipiente industria de Maquinaria Agrícola. Curioso; pero muy pocas cosechadoras se importaron. ¿Y por qué? Porque en 1925 en nuestro país, Rotania diseñó y puso en marcha la primera cosechadora Autopropulsada del mundo (que se ha restaurado y guardado cuidadosamente en Sunchales, creo). Y en 1932 Miguel Druetta diseñó la cosechadora automotriz tal cual la conocemos hoy y la produjo en serie con sus socios Rossatti y Cristófaro (RYCSA). O sea que en esa tecnología estábamos a la vanguardia del mundo, por lo que el BI financió y los gringos cordobeses y santafecinos crearon fábricas de cosechadoras hasta la redundancia. Esto iba absorbiendo mano de obra de todo pelaje (otra no había) con lo que el bolsero changarín pasó a peón metalúrgico, y por ahí en un curso por correspondencia se calificaba como tornero, y su hijo, ya iba a la escuela técnica. Esto comenzó a ralear la mano de obra rural, y recuerdo que allá por 1950 hubo que apelar al Ejército para la juntada de maíz ya que la cosecha podía llegar a perderse por falta de juntadores. “Culpa de Perón” decían entonces; “amontonan a la gente en las ciudades, para poder manejarles el voto”. O sea que las mentes brillantes que hablan de clientelismo electoral no han descubierto nada nuevo. Habría que avisarles a algunos que el agujero del mate hace mucho que se conoce, así como que hay que tenerlo con el agujero para arriba para que no se le caiga la yerba….
Todo por la apropiación estatal de la plusvalía de los granos. Allá por la posguerra (de la 2° Guerra Mundial) toda la producción de granos de la Argentina se embolsaba. En envases textiles de arpillera de yute. El yute es una fibra vegetal que se cultiva en la India. De allí se llevaba a Inglaterra, donde se hilaba y se tejía, y se traía a la Argentina en rollos. Aquí se cortaba y se confeccionaba la bolsa, que con algunas diferencias en la densidad de la trama y el corte daba una bolsa en la que entraban unos 60 kilos, ya fuera de avena, cebada, trigo o lino. La empresa que se dedicaba a esos menesteres creo que era CAET (Compañía Argentina de Envases Textiles), empresa de Bunge y Born. Según como vinieran los “términos de intercambio” en algunos momentos el envase superaba en valor al contenido. En estos casos se utilizaba el sistema de “bolsa vuelta” lo que significaba que el comprador devolvía el envase. Los roedores hacían desastres por lo que había que remendarlas en muchas ocasiones. No eran impermeables por lo que no se podían dejar a la intemperie, pero bueno, era lo que había. Fuente de trabajo en las chacras y las estaciones donde multitudes de estibadores y bolseros se movían en épocas de cosecha. El linyera y el Croto eran parte de la mano de obra de aquellas cuadrillas. Esto significaba una erogación de divisas que anualmente se perdían en la importación del envase de nuestra producción. Ya por 1953, pasada la sequía del ’52, similar a la de 2011/2012, la situación de escasez de mano de obra se iba agravando, con lo que alguien dijo ¿y si reemplazamos la bolsa por el granel?. Y vuelta a la misma probada receta; IAPI importando chapa y maquinas-herramientas, Banco Industrial financiando Fabricas de silos metálicos, y Banco Nación financiando a los chacareros la compra de las plantas de silos-chacra. En la campaña 53/54 se vieron los primeros, que fabricados en Tres Arroyos eran de chapa negra pintados color naranja. Al año siguiente ya salieron galvanizados y hasta ahora, que el silo-bolsa vino a revolucionar el ambiente.
Reglas sencillas:
1) Apropiación estatal de la plusvalía
2) Sustitución de importaciones
3) Reconversión de mano de obra
4) Mejoramiento del nivel de ingresos de la clase obrera
5) Por consecuencia ampliación del mercado interno.
Una pregunta boluda? ¿Por qué cuando algunos hablan de mercado automáticamente hablan del Mercado Externo como si el mercado interno no tuviera importancia? ¿Será por aquella zoncera de “el granero del mundo”?
Población y despoblación
Ya hemos
visto como se fue determinando la expansión de la frontera agrícola en la Pampa
Húmeda (la que antes había sido desierto). Esa expansión vino de la mano de la
infraestructura indispensable de transporte. Y entonces El Transporte era El
Ferrocarril. Lo demás era tracción a sangre. Las estaciones se iban erigiendo en la medida
del alcance de aquellas enormes chatas y del aguante de sus caballos. Y en la medida
de ser pequeños centros de servicios para los colonos/arrendatarios. Pero el tren, también llevaba y traía gente,
mercaderías, abastecía los almacenes, traía el correo, traía los diarios, las
revistas… Era un vector de culturas que iba homogeneizando la Argentina. En mi
otra vida (la de tanguero, porque existe vida fuera del blogueo), suelo
analizar la influencia de los ferroviarios en el tango, y resulta sorprendente
la cantidad de músicos y poetas del tango que fueron ferroviarios (Agustín
Bardi, Rafael Tuegols, Celedonio Flores) o que eran hijos de ferroviarios, e
hicieron vida de estación (Edmundo Rivero o un cuasi tanguero, el actor Carlos
Carella). Mucho más cerca en el tiempo, recuerdo a Marcelo Bares cantor de
tango y guarda, que era de Dorrego. O sea que los
ferroviarios y su mundo eran justamente el vector de homogeneización cultural.
Y el Ferrocarril. De Don William Parish, y luego de su hijo, Woodbine Parish
(de los Parish Robertson; ¿Se acuerda del “viajero inglés”?). Entre mis tesoros
tengo una guía comercial del FC Sud, Oeste y Midland del año 1944 que resume el
movimiento de carga y pasajeros de todas las estaciones de las distintas
líneas, y estación por estación los comercios que en cada una de ellas
existían, más los principales agricultores de más de 200 has que tributaban carga, y las estancias a
las que servía cada estación. Es una radiografía del movimiento económico de
las Provincias de Buenos Aires, Mendoza, La Pampa, Río Negro y Neuquén (estas
tres últimas entonces eran Territorios). Uno ahí puede ver la densidad de
población, e imaginar lo que era aquello. Pero fue
pasando el tiempo, y la calidad de vida creciendo, y ya no era suficiente la
educación primaria de aquellos pueblos. Y aquella gente aspiraba a mejor
educación para sus hijos. Se fue incrementando el parque automotor, y por
consecuencia, el reclamo de mejores caminos. Y por allí, se compraban una
casita en la ciudad cabecera, donde la madre estaba con los hijos durante la
semana, y volvían a la chacra los viernes. O los abuelos eran los que vivían en
el pueblo, y los nietos estaban en la semana con los abuelos. Se iban
adquiriendo otras pautas culturales. El rural se hacía citadino. El Peronismo
no atacó frontalmente el tema de la tenencia de la tierra. Optó, en vez de una
Reforma Agraria por una táctica de desgaste. Mediante sucesivas prorrogas de la
ley 13,246 “congeló” la situación por años, con lo que algunos terratenientes
fueron fraccionando y vendiendo a sus arrendatarios, que contaban con apoyo
crediticio y podían afrontar el negocio. En esta situación algunos propietarios
iban recortando la superficie a vender a sus arrendatarios (si el arrendatario
tenía 300 has. le ofrecían venderle 150, por ejemplo) y así se recomponían como
productores netos dejando de ser rentistas. Otros propietarios negociaban una
indemnización con sus arrendatarios para recuperar superficie. El caso de la
venta parcial trajo otras consecuencias en el mediano plazo, consecuencias que
son actuales y veremos más adelante. Por otra parte, el Peronismo (con los
fondos provenientes de la apropiación de la plusvalía a la que nos referimos
anteriormente, por parte del IAPI) potenciaba los bancos para el crédito
hipotecario, y “fondeaba” al Instituto Nacional de Colonización y a sus
réplicas Provinciales, lo que le permitía encarar la expropiación o compra
directa con destino de colonización de extensiones de tierra (en general de
grandes propietarios remanentes de aquellos remates realizados post-conquista
del desierto, y sus sucesores, que vivían en Europa, y jamás habían pisado la
Argentina). O sea, que si entendemos Reforma Agraria como acceso a la propiedad
de la tierra, si bien no se hablaba expresamente de eso, se hizo bastante. De
la otra parte, como de asegurar la rentabilidad del auténtico trabajador de la
tierra, a través de seguridad en el precio de su producto se hizo mucho. Pero
habíamos dicho que la familia rural se hacía citadina y eso traía como
consecuencia que servicios que se requerían en el pueblo, se empezaron a
requerir en la ciudad, y el comerciante (o la Cooperativa, que iba absorbiendo
al comercio del pueblo) empezaba a declinar. Saltando en el tiempo, a riesgo de dejar baches que
cubriremos más adelante, había quedado aun una buena cantidad de arrendatarios
cuando por la ley 17253, el 30 de abril de 1968 caducó definitivamente la ley
13246, y los arrendatarios que quedaban dejaron sus campos. Un 50% dejó
definitivamente la actividad y del otro 50%, la mitad se trasformó en
contratista rural, pasando a prestar servicio a los nuevos/viejos
terratenientes, y los demás compraron algunas fracciones con créditos del BNA. Ese 75% de arrendatarios que dejaron la
actividad lo puedo cuantificar así. La Cooperativa Agricola Ltda. de San
Mayol tenía 250 socios
activos. De un día para otro, 35 socios dejaron la actividad. Y así fue
sucediendo en toda la zona. Por varias razones que vinimos apuntando se produjo
una concentración productiva y poblacional hacia los centros urbanos cabeceras
de Partido. Los pueblos fueron languideciendo. Y apareció el embrión de una
parte fundamental de “sujeto agrario” actual. El Contratista Rural. Dicen que
un dia pasó el último tren. Ya nadie quedaba para verlo.
La tenencia de la tierra
Cuando se
aborda este tema, hay que tener en cuenta que en la mentalidad del inmigrante y
de sus hijos había quedado subyacente aquel sueño que les habían vendido; “En
la Argentina lo que sobra es tierra”, concepto al que ya nos referimos y no
vamos a redundar. No es extraño entonces que su lucha gremial se encauzara por
esos carriles. Y dadas las circunstancias marcó en forma indeleble el
accionar de sus organizaciones, principalmente de la Federación Agraria
Argentina, y con un poco más de cautela de las múltiples Cooperativas y sus
Asociaciones de Segundo Grado ya que su actividad comercial era un flanco
sensible a los vaivenes de políticas económicas y Gubernamentales. También
tenían distintas problemáticas propias de los lugares o actividades principales
de sus asociadas. No es la misma la problemática del tambero que la del
productor de algodón, y así las Cooperativas Chaqueñas fundaron UCAL (Unión de
Cooperativas Algodoneras) y los tamberos de la cuenca Santa Fe y Córdoba en
1938 fundaron San-Cor C.U.L (Cooperativas Unidas Lecheras de Santa Fe y
Córdoba), la Federación de Cooperativas Yerbateras de Misiones o la Federacion
de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza y San Juan. También hubo Cooperativas
de raíz étnica como “La Fraternidad Agraria” que agrupó a las cooperativas de
los colonizadores Judíos, de tipo regional como la Federación de Cooperativas
Entrerrianas, o la Federación de Cooperativas Frutícolas del Alto Valle del Rio
Negro. Todas ellas (y algunas más que no recuerdo) recién en 1958 confluirían
en ConInAgro, que es ya de tercer grado (como explicáramos de CRA) o sea una
asociación de Federaciones. Sus autoridades no son elegidas por las bases, sino
que se componen por delegados nombrados por las Entidades de 2º Grado sin otra
intervención. Volviendo al tema de la tenencia de la tierra, la Constitución de
1949 trajo innovaciones de mucha trascendencia, como la consagración
Constitucional de la función social de la propiedad. (Siempre que se habla de
la Constitución del ’49, se menciona al art. 40, pero muy poco se habla de los
arts. 38 y 39).
Art. 38 – La propiedad privada
tiene una función social y, en consecuencia, estará sometida a las obligaciones
que establezca la ley con fines de bien común. Incumbe al Estado fiscalizar la
distribución y la utilización del campo o intervenir con el objeto de
desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad, y procurar
a cada labriego o familia labriega la posibilidad de convertirse en propietario
de la tierra que cultiva. La expropiación por causa de utilidad pública o
interés general debe ser calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el
Congreso impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4°. Todo
autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invención o
descubrimiento por el término que le acuerda la ley. La confiscación de bienes
queda abolida para siempre de la legislación argentina. Ningún cuerpo armado
puede hacer requisiciones ni exigir auxilios de ninguna especie en tiempo de
paz.
Art. 39 – El capital debe estar
al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar
social. Sus diversas formas de explotación no pueden contrariar los fines de
beneficio común del pueblo argentino.
La adecuación
consiguiente de las constituciones provinciales al nuevo texto nacional, abrió
una ancha puerta a la subdivisión de grandes latifundios, y el acceso a
la propiedad de la tierra a gran cantidad de colonos y chacareros. Hay un
libro, prácticamente inhallable escrito por el Ing. Julio Andrés Ferrarotti que
historia con datos concretos lo que fuera la lucha de la Federación Agraria.
“Tierra-Familia-Trabajo” se titula, y ha llegado a mis manos gracias a su
nieto, de su mismo nombre (y que es lector habitual de estas notas) y al que aquí
hago publico mi agradecimiento.
Una política nacional
Estas cosas
las tenemos que ver en el marco y contexto histórico de aquel momento. No eran
medidas aisladas sino parte de una Política Nacional dentro de la cual el IAPI
y la Nacionalización de los depósitos eran parte de las herramientas; de allí
afluyeron fondos a los Bancos (oficiales y privados, recuérdese que los
depósitos se habían nacionalizado y era el BCRA el que orientaba el crédito). Así, los Institutos de Colonización pudieron cumplir con sus
funciones. Solamente en la Provincia de Santa
Fe se subdividieron 164 colonias, cuyos arrendatarios (colonos) pasaron a ser
propietarios de esa tierra que habían trabajado por años, tal vez desde el
tiempo de sus abuelos inmigrantes. Esto significó la propiedad de la tierra
para 6833 familias, a un promedio de 120 has cada una. En la Provincia de
Buenos Aires se expropiaron (y obviamente como la ley ordena se pagaron) 15181
hectáreas, con fondos del crédito nacional de fomento a la colonización, más otras
70.000 hectáreas por parte del Instituto Nacional de Colonización, estos con
créditos del Banco Nación e Hipotecario Nacional. El Instituto de Colonización
de la Provincia de Buenos Aires dividió y colonizó unos 60 latifundios que
sumados fueron otras 700.000 has. El caso de Buenos Aires es distinto al de
Santa Fe, donde los campos ya estaban ocupados por arrendatarios, aquí, la
inmensa mayoría eran campos que estaban siendo mantenidos inactivos por sus
propietarios con fines especulativos. Los adjudicatarios fueron hijos de
productores que no tenían lugar en las explotaciones de sus mayores. (Todos
estos datos los extraigo del libro “Tierra-Familia-Trabajo” del Ing. Agr. Dn.
Julio Andrés Ferrarotti, incansable luchador por el acceso a la propiedad de la
tierra de sus auténticos trabajadores, desde su puesto en la dirigencia de la
Federación Agraria Argentina, y como director de su periódico quincenal “La
Tierra”, primero junto a Dn.Esteban Piacenza y luego junto a dirigentes de la
talla de Dn. Irineo Barrios o Dn. Julio Oroño, dirigencia cuidadosamente
sepultada en el olvido por los dirigentes de este remedo de organización
representativa de los pequeños y medianos productores que es la actual FAA).
Los padres y abuelos de estas caricaturas de dirigentes llegaron a la propiedad
de sus chacras gracias a esa política nacional que además de adherir al
principio de “la tierra para el que la trabaja” lo ponía en práctica proveyendo
las “efectividades conducentes” al decir de Don Hipólito Yrigoyen. No me consta
por mis recuerdos que antes no trabajaran con el mismo celo y empeño que lo
hicieron durante toda su vida y hasta el fin de sus días. Solo que se aplicó
una política nacional que hizo que la plusvalía de tanto esfuerzo fuera a manos
de los legítimos generadores de la riqueza. La existencia del IAPI
como comercializador interior y exterior: En el
comercio de granos existía (igual que ahora) una serie de instituciones
“serias” (Bolsas de Cereales, Mercados a Término, Empresas Exportadoras,
intermediarios, corredores) cuya existencia es muy poco beneficiosa para
el chacarero en sí, que finalmente es que que termina pagando comisiones,
aranceles etc. que se restan del precio de sus productos. Todos estos pasos de
intermediación parasitaria desaparecieron, y los que vivían a costillas del
chacarero tuvieron que salir a conseguir algún trabajo decente. Obviamente que
toda esta gente “decente y principal” (diría Jauretche) ponían el grito en el
cielo, y como tenían mucho poder de lobby, no se quedaron tranquilos. Y
comenzaron a poner el acento en “que el Gobierno se quedaba con el esfuerzo de
los sufridos chacareros, para mantener a los vagos de las grandes ciudades” y
exhibían los precios internacionales comparándolos con lo que el IAPI pagaba
(como si ellos hubieran pagado siempre esos precios a los productores). Esas
diferencias siempre habían existido, y eran puntillosamente transferidas a sus
Casas Matrices en Europa, que depositadas en los Bancos de allá, volvían a
nuestras tierras en calidad de empréstitos. También ese “cash flow”
permitió la cancelación de nuestra deuda externa,
al punto que en 1955 la Revolución Libertadora hubo de ocultar el balance del
BCRA, para poder sustentar el relato de que “Perón había dejado al país
endeudado y en una crisis económica terminal”. Como se puede ver recorriendo
las publicaciones de la época, y contrastándolas con las actuales se nota que
no hay nada nuevo bajo el sol, y que aquello de que “el público se renueva” es
absolutamente cierto. Se modificó el sistema: Y pasamos a hacer tratados
bilaterales con muchos países, cuya producción industrial nos resultaba
necesaria, y a la vez necesitaban nuestros productos primarios, de los cuales
se habían provisto antes de la Guerra, pero comprándolos a Inglaterra que se
los revendía. Se construyeron grandes obras de generación Hidroeléctrica y
regadío, ampliando así la frontera agropecuaria, y colonizando tierras hasta
entonces desérticas dando lugar a muchas nuevas familias de productores que de
otra forma hubieran ido a engrosar las grandes urbes. Se
diversificó la producción: Ya dijimos que
el sistema de “aparcería” encorsetaba al chacarero en una exclusiva explotación
granaria. Ya expliqué que la mecanización “agrandó” los campos en un 20% (sin
mover los alambrados) y los chacareros diversificaron su producción. La
“puntita” de ovejas para el consumo se transformó en majada hecha y derecha, y
el par de lecheras, servidas por el toro de algún vecino, fueron creciendo a
unas 25 o 30 vacas de cría “atendidas” debidamente por algún torito comprado
entre dos o tres vecinos. Al poco correr del tiempo 8 o 10 novillos marchaban
al remate feria, igual que unos cuantos corderos o borregos. La lana de las
esquilas se transformaba en un reaseguro, una caja de ahorro que permitía
capear años difíciles como la sequía del 52/53 sin andar tramitando “zonas de
desastre”. Esto pretende ser solo una breve reseña histórica de las
circunstancias que se vivían en épocas de IAPI y el comercio de granos
estatizado. Como dije y sostengo; es historia, que tengo la suerte de haber
vivido y poder acercar esa experiencia a los Cumpas que hoy tienen el deber de
volver a encauzar el comercio de granos interno y externo por carriles que
beneficien a la totalidad de la Nación, y no a grupetes similares a los que siempre
vivieron del esfuerzo del chacarero. ¿Como ese “sujeto agrario” terminó en la
vereda de enfrente a los intereses nacionales? Lo iremos viendo, pero no
difiere en mucho de la posición de los trabajadores calificados que ascendieron
a “clase media”
Algunas referencias personales
Solicito
permiso para hacer algunas alusiones a mi historia personal, pero que hacen a
la realidad del “sujeto agrario” de las décadas de los ’50 y ’60. Disculpen,
pero es parte de mi propia historia, la que yo viví como “sujeto agrario”.
Nadie me las contó. Mi viejo no era
Peronista… era Radical, por lo que en
aquellos años significaba ser antiperonista. Aunque no demasiado comprometido
en su militancia Radical. Doctrinariamente había quedado bastante desconcertado
con la Unión Democrática al encontrarse en la misma vereda con los
Conservadores contra los que había luchado pocos años antes, en épocas del
“fraude patriótico”, pero como el Peronismo nunca supo cómo manejar la
comunicación con los sectores del campo que por su proyecto le hubieran
resultado más afines, la situación se daba así; contradictoria. El sector de
los arrendatarios consideraba al Estatuto del Peón como una agresión directa a
sus intereses, cuando en realidad en nada los afectaba, ya que estaba encarado
a regular la relación del trabajador con otra parte del sector, que
curiosamente tenía intereses contrapuestos a los de los arrendatarios. Nada
nuevo entonces lo que sucedió en 2008. Ya antes los pequeños y medianos
productores habían sido “mandados al frente”. La relación laboral en la chacra
tenía otras realidades diferentes a la estancia. A veces por un hecho al que no
se le presta atención. En la inmensa mayoría de las chacras la familia del
patrón y su/s trabajadores compartían la comida y la mesa todos los días. Este
acto sencillo y natural, no ejercido como un paternalismo ocasional o
demagógico, marca una diferencia notable en la relación humana entre el patrón
y el trabajador, así como en la relación laboral. Esto no fue atendido ni
entendido por las incipientes dirigencias sindicales, que estaban más
habituados a la lucha con otro tipo de patronal, y creó innecesarios motivos de
fricción y por ahí enajenó el apoyo político que hubiera sido necesario para un
proyecto nacional. El caudillo Radical de la zona, de yapa, era un Estanciero
Unionista (O sea la fracción más derechista del Radicalismo Alvearista, que
aunque Alvear hubiera muerto ya, mantenían su impronta oligárquica y
conservadora). Era el único estanciero de la zona, que había llegado a esa condición
por haberse casado con la hija de un antiguo terrateniente… Varias veces al
año, venía de Buenos Aires y se daba una vuelta por el pueblo, donde se reunía
con los Radicales de la zona a los que mantenía informados de los últimos
acontecimientos. Mi padre solía formar parte de ese grupo que en torno a una
mesa del club, recibía la “bajada de línea”. A poco tiempo del triunfo de la
“Revolución Libertadora”, mi padre tuvo una revelación que significó un punto
de inflexión en su vida. El Dr. Cesar Carman, que no era otro el caudillo
mencionado, en una de sus apariciones por el pueblo, le puso una mano paternal
sobre el hombro y le confió: “Quedate tranquilo, que ahora los vamos a sacar a
los arrendatarios a patadas en el culo, que para eso hicimos la revolución…”
Mal caudillo aquel que no se había preocupado de averiguar que mi padre era
arrendatario… Resultado: aquel chacarerito radical simpatizante, se afilió a la
UCR, y pasó a ser un militante activo de la UCRI, y años después estampaba su
firma en el acta de fundación de Partido Intransigente. En la foto se lo ve
junto al Dr. Oscar Alende en la campaña electoral de 1983.
No puedo
menos que agradecer la poca habilidad política de aquel “caudillo” que ni se
tomaba el trabajo de averiguar a qué se dedicaban sus seguidores…
La Libertadora
“Del 55/es la chacarera/ que mordiendo sueños/ nos roba la noche
entera..”
1955 trajo
grandes cambios, al principio no muy visibles. Cambios que se producían en
otros lugares, que parecían lejanos pero que incidieron. Nosotros estábamos muy
concentrados en el paso de las bolsas al granel. En la campaña 54/55
aparecieron los primeros silos metálicos. Fabricados por EIMA en Tres Arroyos
eran de chapa negra pintada de un color naranja fuerte, inmediatamente
concitaron la atención de todo el chacareraje, “extrañao, que miraba sin
comprender” como en el tango Malevaje. Aún en plena cosecha, se hacían todos un
tiempito para visitar las pocas chacras donde estaban para ver cómo era eso.
Pocos meses después, sería por Marzo, llegó a la chacra de mi viejo un auto,
con un empleado de la Cooperativa que hacía de guía, y un señor de traje. Para
gran sorpresa de mis padres, era el Gerente del Banco Nación. Nunca se había
visto una cosa así. ¡¡El Gerente del Banco Nación visitando chacareros!!
Venía a ofrecer crédito para la compra de silos metálicos. El empleado de la Cooperativa, de la sección cereales, traía una información complementaria. La Junta Nacional de Granos había establecido un régimen de compra de mercadería en chacra, por el que pagaba unos centavos por tonelada de trigo almacenado, acreditando un mínimo de 180 días al momento de concretar la venta. No recuerdo cifras, pero las cuentas de mi viejo daban que con ese pago de la Junta, se pagaban los intereses del crédito. Crédito que era a cinco años con vencimientos de capital al 28 de febrero de cada año. Si recuerdo que tres tubos de 120TT, más obra civil y armado, dos acoplados para 5TT cada uno y un sinfín con motor naftero, salieron 128.000 pesos (moneda nacional). La cuota de capital equivalía a unas 15TT de trigo (valor Junta) por año, y los intereses como ya dije eran cubiertos por el almacenaje que pagaba la misma Junta.
Era como ya se explicó en otros posteos parte de una política Nacional.
Años más tarde, viendo y revisando me vine a enterar que eso era parte del 2º Plan Quinquenal, pero entonces nadie estaba entendiendo eso. Otra parte era la construcción de una red de silos subterráneos, elevadores de campaña, y elevadores terminales de la propia Junta Nacional de Granos, para reformular el sistema de manejo físico de las cosechas, hasta entonces como se explicó, embolsadas en su totalidad. Otra cosa que no se sabía, (y si se sabía no era entendida) era que al estar el BCRA nacionalizado, su carta orgánica consideraba a las cooperativas como sujeto de crédito, cosa que como se explicará después tenía mucha importancia, pero eso recién se entendió más tarde. Cuando se pudo entender fue tarde, y todavía esperamos volver a aquella situación.
Como se dijo en otra parte, la mayoría de los chacareros eran Radicales, por lo que la autodenominada Revolución Libertadora cayó bien en un principio, hasta que se fueron mostrando otras realidades. Como conté acá en “Mi viejo no era peronista” al poco tiempo, la mayoría de los arrendatarios cayó en la cuenta que la Revolución intentaba un regreso a las épocas anteriores a la Ley 13246. La agricultura ya bien mecanizada era rentable y los terratenientes veían que no necesitaban de los chacareros para producir, por lo que quería recuperar sus tierras. Pero, los chacareros que ya habían visto que cuando se quería se podía, a través de las colonizaciones acceder a la propiedad de la tierra, cosa que estaba en su ADN, diríamos hoy.
Venía a ofrecer crédito para la compra de silos metálicos. El empleado de la Cooperativa, de la sección cereales, traía una información complementaria. La Junta Nacional de Granos había establecido un régimen de compra de mercadería en chacra, por el que pagaba unos centavos por tonelada de trigo almacenado, acreditando un mínimo de 180 días al momento de concretar la venta. No recuerdo cifras, pero las cuentas de mi viejo daban que con ese pago de la Junta, se pagaban los intereses del crédito. Crédito que era a cinco años con vencimientos de capital al 28 de febrero de cada año. Si recuerdo que tres tubos de 120TT, más obra civil y armado, dos acoplados para 5TT cada uno y un sinfín con motor naftero, salieron 128.000 pesos (moneda nacional). La cuota de capital equivalía a unas 15TT de trigo (valor Junta) por año, y los intereses como ya dije eran cubiertos por el almacenaje que pagaba la misma Junta.
Era como ya se explicó en otros posteos parte de una política Nacional.
Años más tarde, viendo y revisando me vine a enterar que eso era parte del 2º Plan Quinquenal, pero entonces nadie estaba entendiendo eso. Otra parte era la construcción de una red de silos subterráneos, elevadores de campaña, y elevadores terminales de la propia Junta Nacional de Granos, para reformular el sistema de manejo físico de las cosechas, hasta entonces como se explicó, embolsadas en su totalidad. Otra cosa que no se sabía, (y si se sabía no era entendida) era que al estar el BCRA nacionalizado, su carta orgánica consideraba a las cooperativas como sujeto de crédito, cosa que como se explicará después tenía mucha importancia, pero eso recién se entendió más tarde. Cuando se pudo entender fue tarde, y todavía esperamos volver a aquella situación.
Como se dijo en otra parte, la mayoría de los chacareros eran Radicales, por lo que la autodenominada Revolución Libertadora cayó bien en un principio, hasta que se fueron mostrando otras realidades. Como conté acá en “Mi viejo no era peronista” al poco tiempo, la mayoría de los arrendatarios cayó en la cuenta que la Revolución intentaba un regreso a las épocas anteriores a la Ley 13246. La agricultura ya bien mecanizada era rentable y los terratenientes veían que no necesitaban de los chacareros para producir, por lo que quería recuperar sus tierras. Pero, los chacareros que ya habían visto que cuando se quería se podía, a través de las colonizaciones acceder a la propiedad de la tierra, cosa que estaba en su ADN, diríamos hoy.
La FAA fogoneaba la lucha, con su periódico quincenal “La Tierra” donde el Ing.Agr. Julio Ferrarotti editorializaba en favor de una Reforma Agraria consistente en declarar sujetos a expropiación con destino a colonización de todos aquellos campos que llevaran más de 25 años arrendados, con cinco o más arrendatarios. Las cooperativas de la ACA lo acompañaban con más timidez, ya que para ellas también soplaban otros aires y había que adaptarse a las nuevas realidades. Las Agropecuarias (generalmente las cooperativas nacidas al amparo de la FAA llevaban esa denominación, mientras las de ACA eran Agrarias o Agrícolas) también acompañaban a la FAA pero con sordina, ya que a ellas también las tenían cortitas con los nuevos acontecimientos. Las primeras medidas de la Libertadora, fueron “restablecer la autonomía del Banco Central”. Eso trajo un regreso a la vieja Carta Orgánica y consecuentemente nuevas resoluciones, una de las cuales quitó la condición de “sujeto de crédito” a las Cooperativas, y la exigencia de que todo crédito fuera avalado por el patrimonio de los integrantes del Consejo de Administración. Naturalmente el arrendatario tenía escaso patrimonio, por lo que se empezó a buscar que los Consejeros fueran propietarios, lo que atentó contra la democracia interna de las Cooperativas, al margen de las discusiones intra-familia que se dieron porque avalar créditos ajenos siempre fue (y será) motivo de preocupación.
La Libertadora II
Durante el
período 1946/1955, las cooperativas habían sido favorecidas por políticas
nacionales que las incluían como parte inescindible de un Proyecto Nacional.
Recibieron créditos para encarar proyectos de industrialización, principalmente
aceitera y construcción de instalaciones de almacenaje. Eran las agencias de
distribución de los tractores que importaba el IAPI (que se vendían a los
socios con créditos del Banco Nación, créditos que se tramitaban en la misma
Cooperativa), se implementó un sistema de “planilla referencial” por el que el
BNA liquidaba los créditos llamados de “evolución” (arada y siembra, reparación
de maquinaria, levantamiento de cosecha), pequeños montos unitarios, pero de
gran importancia para el chacarero chico al que le aliviaban la presión
financiera de iliquidez momentánea. Todos tramitados ágilmente dentro de la
misma Cooperativa. Inclusive, para créditos más importantes, el BNA
destacaba un funcionario del área créditos que tomaba las manifestaciones de
bienes en la misma Cooperativa para facilitar el trámite. La anécdota referida
en el posteo anterior, cuando el propio Gerente de la Sucursal Tres Arroyos
salía chacra por chacra acompañado de un empleado de la Cooperativa es
descriptiva de lo que estoy contando. Consecuentemente las Cooperativas y sus
Asociaciones de Segundo Grado fueron creciendo en su volumen de operaciones en
forma importante. Aún ante el poco entusiasmo de sus propios componentes que,
como dijimos no eran Peronistas, o al menos no lo manifestaban abiertamente.
Pero “la única verdad es la realidad” y los negocios iban mejor, y se iba
creciendo. La Revolución del ’55 había sido impulsada (para variar) por
sectores civiles que tenían afectados sus negocios por este estado de cosas,
entre ellas el comercio exterior de granos, y por ahí vino el chicotazo. De
1953 en adelante, el IAPI había dejado de monopolizar las ventas al exterior, y
se había iniciado una nueva etapa en la que estaba previsto que las
Asociaciones y Federaciones tomaran la mayor parte del mercado de exportación
quedando la JNG como una especie de “tutor” del mercado, garantizando un precio
de piso remunerativo por la producción como “comprador de última instancia” y
asegurando la provisión para el consumo interno, poniendo en marcha también un
vastísimo plan de construcciones de almacenaje al que ya se hizo referencia.
Esto era intolerable para las multinacionales de granos y sus personeros
locales, e instaurado el golpe de estado, procedieron con rapidez. Una de sus
primeras medidas, apenas a 40 días del golpe, fue intervenir militarmente la
Asociación de Cooperativas Argentinas, encarcelar a los integrantes del Consejo
de Administración y gran parte de los Asambleístas Delegados de las
cooperativas de primer Grado. La intervención se materializó durante la Asamblea
de la ACA, que fue interrumpida por la entrada de tropas armadas al lugar donde
se realizaba, en la Ciudad de Buenos Aires. El interventor inmediatamente
nombró una “comisión investigadora” de los negociados de esta entidad con “el
corrupto Régimen Depuesto”, que como todas la comisiones investigadoras (todas
ellas al margen de cualquier resguardo legal) que se hicieron en esos tiempos,
no pudo encontrar absolutamente nada ilegal, pero arrojó la honra de muchos
dirigentes a la basura, y plantó dudas en las bases chacareras.”Marcó la
cancha” a la dirigencia, como para que escarmentaran. ¡Como se iban a atrever
esos gringos ignorantes a meterse en negocios de exportación! ¡Brase visto!
¡Los hijos de los inmigrantes analfabetos creerse con derecho a manejar sus
negocios! Este es un episodio cuidadosamente borrado de la historia del
Cooperativismo Agrario, hasta hoy en día, pero que sigue presente en las
conductas posteriores del Cooperativismo de segundo y primer grado.
La Educación
Así como la
ley Avellaneda de Colonización, fue tergiversada en su aplicación, la ley 1420
también sufrió algunos desvíos en su implementación. La educación no fue por
muchos años ni tan universal, ni tan laica como la ley mandaba. (Prometo para
cuando termine esta serie del “Sujeto Agrario” algún par de artículos que lo
explican). Recién para mediados de los ’40 todas las escuelas del ámbito rural,
donde se educaba al “Sujetito Agrario” hijo del inmigrante, del colono o del
chacarero, tuvieron el ciclo completo con los seis grados. Pertenezco a la
primera generación de hijos de chacareros que tuvieron acceso a la educación
secundaria. Si en los ámbitos citadinos la educación secundaria era escasa, al
menos entre los trabajadores, más lo era en el ámbito rural, donde mandar
un hijo al secundario significaba toda una modificación en los sistemas de vida
de toda la familia. Así se fueron formando dos escalones culturales y
educativos de las nuevas generaciones. Los hijos de los Estancieros (o
chacareros grandes, que ya se creían estancieros) tenían acceso a una
educación más completa, (y no hablo de los Grandes Terratenientes, que de por
si tenían una educación de “êlite” ya que eran los “elegidos” por el
establishment para Gobernar, no solo el país sino los negocios del propio grupo
dominante). Pero dentro del chacareraje, los acontecimientos que hemos venido
historiando, fueron mejorando sus condiciones de vida, y ya completando el 6º
grado en la escuela del pueblo o la colonia, nuestros padres (naturalmente)
aspiraban “algo más” para nosotros.
Y la cosa se
hizo más igualitaria, y así como en los ámbitos urbanos, los hijos de los
trabajadores ya no necesitaban “salir a trabajar” para arrimar un pesito a la
olla de la familia, los hijos de los chacareros empezábamos a transitar otros
caminos, asomarnos a otra forma de vida, a adquirir por ósmosis otros
comportamientos. Ya podíamos empezar a comprender y valorar el esfuerzo
realizado por nuestros mayores, que sin tener mucha formación académica habían
llevado adelante luchas heroicas para llevar adelante los ideales de un mundo
mejor que los habían traído a estas tierras. También nos íbamos capacitando
para aplicar tecnologías más elaboradas. Si bien el trabajo de la agricultura
se había mecanizado, esto solo fue un reemplazo de la tracción a sangra por el
tractor. Lo demás, o sea lo que el tractor arrastraba seguía siendo lo mismo,
aunque más grande. Nosotros no lo sabíamos, pero en Méjico, había un Dr. Norman
Borlaugh, que en silencio trabajaba en un laboratorio, que una vez que salió a
la luz su trabajo transformaría totalmente la vida y funcionamiento de la Pampa
Húmeda. Se le llamó “La Revolución Verde”, y al día de hoy sigue en curso.
El comienzo de la tecnificación
Allá por los
años ’60 en el CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo,
organismo dependiente de la FAO, con asiento en Méjico) un grupo de científicos
especializados en fitogenética que encabezaba el Dr. Norman Borlaugh, daba a
conocer sus trabajos que desembocarían en algo que se le dio en llamar “La
Revolución Verde”, y que vendría a “revolucionar” nuestra actividad triguera.
(Y la agricultura en todo el mundo). Se le atribuye haber salvado de la muerte
por hambre a más de 1000 millones de personas en todo el mundo, lo que le valió
el Premio Nobel de la Paz en 1970 (cuando este premio se le daba a gente
seria). La contraparte de los avances genéticos de Borlaugh, era que había que
replantear todos los conceptos con que nos habíamos manejado hasta entonces. El
manejo del suelo, y su conservación, modificaciones en los sistemas de
labranza, el uso de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, fungicidas) fue
desde entonces el tema obligado de quienes nos dedicábamos profesionalmente a
la agricultura, desde los Profesionales de las Ciencias Agrarias (Ingenieros
Agrónomos, Veterinarios, Agrónomos) hasta los agricultores “rasos” nos tuvimos
que empapar de nueva técnicas, poniendo en análisis las “verdades de la
agricultura” que venían de nuestros abuelos. De allí en adelante nada fue igual,
todo entró en un proceso de cambio constante que aún continúa con las semillas
transgénicas, la siembra directa, la agricultura permanente extensiva, y todo
lo que vemos hoy en día en el mundo chacarero. Hoy se lo llamaría “polémico” al
Dr. Borlaugh y a sus logros, y nada más cierto. La “revolución verde” salva del
hambre a miles de millones de personas al año. Eso es indiscutible, y debe ser
valorado como realmente lo es. Por otra parte, significó la destrucción del
chacarero y una forma de vida que alteró ¿para siempre? la realidad de nuestros
lugares. El manejo de la producción por las Multinacionales Cerealeras
asociadas con las productoras de Agroquímicos, los Pool de siembra, los
Contratistas Rurales, son todos consecuencia de esto que vengo relatando.
Borlaugh tenía un sueño; terminar con el hambre en el mundo. Otros malversaron
su ilusión haciendo una “oportunidad de negocios”, y el hambre sigue existiendo
en el mundo. La revolución verde aun está en marcha, y mucho de los sucederes
actuales en lo agrario en nuestro país no son sino consecuencias de la
misma. A algunos los podríamos titular como “daños colaterales” (como dicen
ahora cuando se mandan un moco bombardeando y destruyendo poblaciones civiles).
Según mi parecer, la despoblación de mi pueblo (como la de tantos otros de la
Pampa Húmeda) y su zona de influencia, es uno de esos “daños colaterales”.
Científicos intachables y admirables como Albert Einstein, contribuyeron al
desarrollo de la bomba atómica. Norman Borlaugh jugaba en la misma línea. Nadie
de nosotros advirtió que por detrás de él venía la Fundación Rockefeller,
Cargill, Monsanto, etc. La “comercialización” de la Revolución Verde de la mano
de las Multinacionales, traía bajo el poncho la agricultura que hoy vemos; la
que no necesita de los chacareros para funcionar.
De la oligarquía terrateniente a la oligarquía
financiera
Quedó dicho
hace unos artículos más atrás de cómo el reparto de tierras post conquista del
desierto (Gobernar ¿es poblar?) adjudicó grandes extensiones a especuladores,
comerciantes y amigos del poder en general. Otras extensiones fueron loteadas y
vendidas en remates públicos a “inversores” en Francia e Inglaterra. Algunos
simplemente especularon y vendieron a buen precio lo que les había costado
monedas. Otros, empezaron a tomarle el gustito al asunto, y comenzó con el
tiempo a valorarse socialmente la anteriormente despreciada condición
campesina, al visualizar la importancia de los terratenientes ingleses (los
landlords) con sus imponentes residencias campestres y sus cotos de caza, y
empezaron a soñar con ser condes o marqueses y renegar de la Revolución de
Mayo, y más aun de la derrota que se les infligiera a los Ingleses en 1806 y
1807. Pero, bueno, la cosa ya estaba así, entonces había que arreglarse construyendo
impresionantes mansiones campestres en los cascos de sus Estancias,
reproduciendo como farsa el imaginario del castillo del Señor Feudal rodeado de
las míseras viviendas de sus “siervos de la gleba” reemplazadas aqui por los
ranchitos de los colonos, y no menos impresionantes residencias en la capital
del país, agregando además sus residencias de veraneo en Mar del Plata. Yo me
suelo castigar mirando “El País de las Estancias” por el canal rural donde la
conductora (Yuyú Guzmán, una especie de Mirtha Legrand campestre) muestra esos
cascos impresionantes. Al habitante de Buenos Aires le recuerdo que lo que hoy
es el Circulo Militar frente a Plaza San Martín era una casa de familia (de la
Familia de José C. Paz, hijo de Máximo Paz, cuyos campos estaban el la zona
cercana a Alcorta) , y que el sector VIP del Hyatt Park también era una casa de
familia (la familia Duhau, aquel Estanciero presidente de la SRA y Ministro de
Agricultura que mandó un matón a matar a Lisandro de la Torre en plena sesión del
Senado). Entonces esas extensiones de campo eran propiedad familiar. Es decir,
eran propiedad de personas físicas. Pero como las personas físicas por mucho
dinero y propiedades que tengan, al final se mueren como cualquier poligriyo,
vienen las sucesiones, y su secuela de subdivisiones. De yapa, como la Santa
Iglesia manda, esas familias solían ser prolíficas por lo que al paso de un par
de generaciones, las grandes estancias se trasformaban en estancias nomás, con
lo que se complicaba el mantenimiento del tren de vida. Ya no se podían pasar
seis meses en Europa cada año… Como quiera que sea, se impuso una escala de
valores diametralmente opuesta a la existente. Adquirió prestigio social ser
estanciero. Y aquel comerciante (y años después industrial) exitoso, solo era
reconocido socialmente si tenía campo. Asimismo los profesionales (Médicos,
Abogados) más que por sus éxitos profesionales, eran aceptados y respetados
socialmente por haberse convertido en terratenientes. (Y esto aún persiste en
los pueblos de campaña o queda más en evidencia).Pero entonces se abrió una
puerta. La S.A. La persona física propietaria formaba una S.A. con su mujer y
sus hijos, y le vendía su estancia a esa S.A. A su fallecimiento, en lugar de
subdividir tierra, se subdividían sus acciones, y se mantenía la unidad de
explotación indivisa.Era una buena solución. Pero por ahí aparecían gobiernos
populistas que miraban mucho las grandes extensiones, y los gringos de la FAA
que habían tomado alas se la pasaban jeringando con la reforma agraria, y los
impuestos progresivos y todas esas cosas de los maximalistas. Decí que
teniéndolos con la rienda corta más o menos se los podía manejar y cobrar los
arrendamientos…Entonces se armó el trencito. Se subdividió el campo. Y se
formaron cuatro o cinco fracciones bajo el mismo esquema de S.A. familiar. El
único objeto de esa S.A. era alquilar ese campo a otra S.A. cuyo único objeto
era explotar esos campos. La S.A. que hacía la explotación estaba constituida
por las otras S.A. Con lo cual todo quedaba igual pero distinto. Yo acá tendría
que hacer un dibujito para hacerlo más entendible pero como no tengo la más
puta idea de cómo hacerlo en la pantalla, va a tener que leerlo despacito dos o
tres veces hasta que entienda que se arma un entramado de personas jurídicas
que se sobre o sub facturan a sí mismas según la batuta del estudio contable
que maneja la cosa que generalmente pertenece a alguno/s de los directos
involucrados en el negocio. Inclusive, algunas de esas sociedades se
trasformaron en acopiadoras de su propia producción y de paso de algunos otros
similares (o constituyéndolas en sociedad con estos terceros), que suelen ser
clientes del mismo estudio. O sea un hermoso entongue más apto para el negreo
que cualquier otra cosa. Más si Aguinis les dice que evadir es un acto de
patriotismo… Mal que mal, ese entramado mantenía una especie de ética
productiva heredada de los fundadores que a su manera habían trabajado, al
menos para cubrir su conciencia y decir que eso lo habían hecho trabajando. Hasta
que llegó la Patria Financiera. Y ahí se dieron vuelta todas las escalas de
valores, y los que empezaron a tallar fueron los Licenciados y los
Administradores de Empresa, que renegaban de tanta propiedad inmueble, porque
“había que estar líquido” para entrar y salir de las posiciones financieras, y
bursátiles. Y por allí, esos enormes cascos lo único que generaban eran gastos,
y sus enormes parques estorbaban. Algunos por suerte estaban cerca de las
grandes ciudades y se lotearon como country. Otros, en medio de la vasta
extensión se han transformado en lujosos Hoteles de Campo que sirven
fundamentalmente para el blanqueo de capitales. A tal punto se han subvertido
los valores tradicionales que (no sin algunas agrias discusiones internas) hace
tres años un toro de Werthein fue primer premio en Palermo. “Brasevisto”
¡”Sunescandalunabus”! ¡¡¡Un judío cabañero!!!! Y para mayor afrenta posó junto
al toro como corresponde ¡con la kipá!. Esta es una de las patas del Sujeto
Agrario pasado y su transformación hasta la actualidad, y hay que tenerla en
cuenta, para entender el por qué de ciertas actualidades.
La reaparición de un personaje olvidado…
… que se tranforma en el actor fundamental: El
contratista rural
La
Prehistoria: Los
contratistas rurales están unidos al desarrollo de la agricultura en la
Argentina. Desde el mismo principio de la colonización, la trilla o la
desgranada del maíz se hizo por contratistas (llamados entonces
“trilladores”). Los equipos se componían de trilladoras estáticas que iban
de chacra en chacra. Tenían una gran ocupación de mano de obra. Solamente el
motor de vapor que las propulsaba requería de Foguista, ayudante de foguista,
“barrilero” (el encargado de proveerlo de agua) y sereno (el que mantenía
presión en la caldera por la noche). La trilladora en sí tenía al “aceitero”
(encargado de la lubricación de la máquina y su ajuste) enganchador, cosedor y
dos bolseros, y embocador con tres horquilleros (encargado de alimentar la
máquina con las gavillas que cargaban los “chateros” (entre cuatro y seis,
según la capacidad de la trilladora) que a su vez llevaban dos horquilleros. A
toda esa gente había que darles de comer, por lo que también había un cocinero
que disponía de una cocina rodante. O sea que el plantel mínimo andaba en las
treinta personas. La logística de ese pequeño ejército ambulante no era tarea
despreciable. El chacarero tenía que proveer la carne fresca, o sea carnear
tres capones diarios. El resto quedaba a cargo del Contratista que era
denominado “Maquinista”. El trigo (o lo que fuera: lino, avena) se cortaba y
engavillaba con la cortadora-atadora que iba desparramando gavillas. Éstas
luego se juntaban en “parvines”, y eran acarreados a la trilladora por los
chateros. El corte aceleraba en unos días el proceso de madurez del grano, y
los parvines, hábilmente protegían las espigas de las lluvias, ya que solo un
manojo de espigas quedaba a la intemperie. Por lo que la trilla empezaba a
principios de diciembre y solía prolongarse hasta fines de febrero, ya que
tampoco eran tantas las trilladoras disponibles. Su desplazamiento de chacra en
chacra era muy lento, ya que aquellos loco-tractores marchaban a paso de
hombre. Su radio de acción era muy limitado (unos cinco o seis kilómetros a la redonda).
Mi abuelo Antonio, fue antes que chacarero, maquinista, llegando con sus
hermanos a tener cinco trilladoras en marcha en la zona. También fue un
precursor en el actual desplazamiento de equipos a larga distancia, ya que
terminada la cosecha en la zona, cargaba uno de los equipos en una chata del
Ferrocarril, y se trasladaba a Choele-Choel donde pasaba el invierno trillando
alfalfa emparvada. Al día de hoy, una de aquellas máquinas aún está allí en
condiciones de uso, y hasta hace unos diez años aun prestaba servicio en manos
de unos sobrinos, primos de mi madre. A fines de la década del ’20 y durante la
década del ’30 se perfeccionó la cosechadora (corta y trilla) y se puso al
alcance del chacarero, eclipsando así a las trilladoras que para los años’40
prácticamente habían desaparecido de la zona. Así se fueron esfumando los
primitivos contratistas, hasta que a principios de los ’60, al entrar en
obsolescencia las cosechadoras de arrastre, comenzaron a aparecer los
contratistas de cosecha Cordobeses, Santafesinos y Bonaerenses del Norte,
precursores de los actuales equipos altamente sofisticados que vemos
desplazarse por las rutas de Norte a Sur y de Sur a Norte buscando las
distintas cosechas.
La segunda campaña del desierto al revés
Hemos venido aludiendo
constantemente a la influencia del Imperio Británico en nuestro devenir diario
como habitantes de esta Nación. Y es importante analizar los métodos por los
cuales una nación con vocación de hegemonía construye esa hegemonía. Según
decía Lenin, “el Imperialismo es la fase superior del Capitalismo”, y tenía
razón. Cuando un país tiene vocación de crecimiento, sabe que tiene un techo, y
ese techo está dado por sus propios límites geográficos, la capacidad de
crecimiento armónico de su población, y sus recursos naturales propios. Para
superar ese techo, tiene que apelar a recursos que están en otras manos. Los
ingleses la tenían clarita. Una Potencia Imperial se construía sobre varios
pilares si se pretendía que perdurara.
Esos pilares
eran (y siguen siendo):
La Información.
El conocimiento.
El desarrollo de la Ciencia y su aplicación a la industria.
La Fuerza.
El control de los factores económicos y financieros.
La armonización de ese conjunto en pos de un objetivo común.
Utilizando
sabiamente la combinación de todas esas potencialidades Inglaterra se hizo de
un Imperio que se sostuvo en crecimiento hasta 1945.Luego de terminada la
Guerra entró en declinación, pero aun mantiene sus potencialidades. A partir de
ese momento, fueron los EEUU los que tomaron la posta. Habían hecho lo mismo
que los ingleses empezando después pero con la misma receta. Aquí cambia un
poco el enfoque, ya que los norteamericanos, fueron cambiando la conducción.
Los ingleses tenían una férrea conducción política del asunto, mientras que los
yanquis fueron delegando funciones en las grandes corporaciones industriales y
financieras (“privatizando” por así decirlo su vocación Imperial), y poniendo
la fuerza del Estado al servicio de las Corporaciones, mientras que los
ingleses lo hacían en forma más armónica conservando en manos del Estado la
batuta. ¿Y qué tiene que ver esto con los chacareros de la Pampa Húmeda. Mucho,
porque son las cosas que pasan más allá de la tranquera pero que tienen efecto
tranqueras adentro. Y vuelvo a la “Revolución Verde”. Esta fue inmediatamente
apropiada por las Corporaciones, y aplicada a través del tiempo. Sobre el fin
de los años ’70 y principios de los ´80 se instaló una nueva doctrina económica
y política que se ha dado en llamar el “Consenso de Washington”, más o menos al
mismo tiempo que se producía el derrumbe del socialismo en la URSS y su bloque
(que también había seguido la misma vieja receta Imperial, pero con otro
discurso). Este consenso que se nos aplicó a los Argentinos con los mismos
métodos que se nos había impuesto el Imperialismo Ingles, llevaba dentro de si
varias cosas como por ejemplo, el reformateo de la Argentina en Gran Productora
de Granos, los complejos Agroindustriales, (con poca mano de obra) y la producción
de commodities de todo tipo. Y curiosamente, para eso no hacían falta los
agricultores… Al menos los que ya conocíamos. Y curiosamente, esto que
significa la segunda conquista del desierto, vino de la mano del bisnieto del
autor intelectual de la Primera. De nombre como su bisabuelo José Alfredo
Martinez de Hoz, ahora representante de la Oligarquía Financiera, tuvo tanta
incidencia como su antepasado. No había un Roca a mano, pero para eso nunca
falta un voluntario, y para eso estaba Videla… O sea que si la primera fue para
desplazar a los originarios y reemplazarlos por inmigrantes, la segunda (aún en
curso) fue para desplazar a los chacareros. Un nuevo “Sujeto Agrario”
despuntaba en el horizonte, aunque los futuros perjudicados no lo vieran.
La segunda campaña al desierto,
parte II
La Patria Financiera: Cuando usted quiere disciplinar una sociedad
y modificar sus hábitos y costumbres, con medidas de gobierno resulta fácil.
Depende cuales sean sus objetivos y los tiempos de que disponga. Mediante el
uso de la violencia, usted puede sofocar protestas, acallar reclamos. Con la
connivencia de los medios masivos de comunicación puede invisibilizar hechos
que serían noticia y por lo contrario puede presentar hechos fatales para la
sociedad como altamente beneficiosos. Si además usted cuenta con el beneplácito
de los propietarios de los medios, se le hace más fácil. Así usted puede
presentar como beneficiosas para todos medidas que ayudan a aflorar los
sentimientos más sórdidos del alma humana, y que tienen como objetivo disgregar
la sociedad y anular sus más nobles tradiciones. La codicia nunca ha tenido
aceptación social, y por lo contrario, la cultura del trabajo y el sacrificio
en busca de un “mejor pasar” es tal vez una de las mejores herencias culturales
heredadas de nuestros viejos inmigrantes. Cuando el autodenominado “Proceso de
Reorganización Nacional” modificó la Ley de Entidades Financieras introdujo un
elemento disolvente de las mejores tradiciones nacionales. Con la aparición del
“Plazo Fijo” a cortísimos plazos desalentó la cultura del trabajo e introdujo
el concepto que sin trabajar se podía ganar más que trabajando. O sea eso de
que el dinero produce dinero por sí mismo, sin pasar por circuito productivo
alguno. Y en el ramo agrícola, modificó las ya de por si laxas leyes de
arrendamientos, legalizando el “arrendamiento por cosecha” base del actual
sistema de explotación agrícola, y sustento legal de la existencia del pool de
siembra. Al principio no se podía entender como era que arrendar el campo, y
guardar la herramienta en el galpón, colocando lo percibido por arrendamiento a
plazo fijo, y renovando cada 30 días, el resultado económico al final del año,
superara ampliamente el beneficio de trabajarlo como se venía haciendo. Y sin
ningún riesgo climático…
Realmente era absolutamente incomprensible para muchos, que dijeron “esto no puede ser”. Realmente atentaba contra todo lo razonable y todo lo que había significado la cultura del trabajo. Muchos pagaron muy caro ese empecinamiento en conservar los valores morales heredados. Sólo basta ver los cuadros del informe de Luciana Soumoulou. Los que se salvaron de perder sus campitos, solo pudieron conservarlo a fuerza de abandonar la explotación y transformarse en rentistas. Por lo que hay muchos pequeños y medianos propietarios, que por el paso del tiempo, nunca trabajaron su tierra. (Muchos de ellos, fueron la “tropa” que salió a las rutas el 2008). Esta situación se ha trasformado en irreversible. Esos propietarios han perdido su capacidad de volver a trabajar. No tienen herramientas, han perdido el contacto con el avance tecnológico, y dependen pura y exclusivamente del arrendatario ocasional (pool, contratista). Es decir lo que podríamos caracterizar como una “estructura clientelar”. Así como en los desocupados de otras actividades observamos que hay tres generaciones que se han sucedido sin conocer la disciplina del trabajo formal, y por lo tanto dependen de la ayuda del Estado, en lo agrario sucede lo mismo, con la diferencia que la renta de su capital tierra por ahora los pone a salvo de la asistencia estatal. Aunque dependen de algo más inasible que es el “mercado”. Aunque hay un peligro a mediano plazo; la concentración de la demanda y la integración vertical. Los pool de siembra son cada vez más grandes, y tienden a concentrarse, y las multinacionales exportadoras, están comenzando a organizar sus propios fondos de inversión, alquilando campos (a valores que desplazan a los contratistas locales y a los pools medianos) para “autoproducir” sus volúmenes de exportación. Poco cuesta imaginar que en algunos años, al achicarse los demandantes de tierra y concentrarse su demanda en pocas manos, sea el “mercado” (dominado por ellos) el que fije los precios de los arrendamientos (a la baja, por supuesto). Otro sector que está severamente amenazado es el del acopio de cereales, ya que los negocios “intra-empresas” los dejará inevitablemente afuera de la cancha.
Recordemos que en el desguace de la Junta y los Puertos, sus instalaciones de almacenaje y embarque ya están en manos de las Multinacionales. Lo mismo que los ferrocarriles de carga. Ya tienen en sus manos la puerta de salida…
En ese sentido ya ha trascendido la preocupación de los Centros de Acopiadores, Bolsa de Cereales y Cámaras Arbitrales, porque esos negocios no se reflejan en las pizarras, quitándole transparencia al comercio. Tarde piaste…
La “financiarización” de la agricultura
A partir de
entonces, se empezó a aplicar otra lógica a la agricultura. La lógica
financiera, una lógica para la cual el “sujeto agrario” existente entraba en
obsolescencia en forma acelerada. Porque la lógica de la agricultura y la
lógica financiera no tienen los mismos tiempos. La lógica agrícola tiene sus
tiempos, se mide por plazos largos. Un agricultor consciente sabe decirle que
va a sembrar en qué lugar de su campo dentro de uno, dos, tres o cuatro años.
Siempre que llueva, por supuesto, ya que la agricultura extensiva tiene esos
imponderables. Analiza proyecciones meteorológicas, experiencias propias y
recibidas por dos o tres generaciones, pondera la aplicación o no de nuevas
tecnologías, tomando como base esas experiencias, coteja resultados Y SE LA
JUEGA. A veces le va muy bien, otras no tan bien, a veces se las rebusca
empatando de local como un buen resultado, pero sigue. Aunque a veces le vaya
mal. Cuando se aplica la lógica financiera a la agricultura se empieza a
complicar. El pool de siembra es la aplicación de la lógica financiera. Es por
lo general un fondo de inversión. Para conseguir la tierra la alquila, porque
la lógica financiera exige “estar líquido”, no inmovilizar inversiones. Gustavo
Grobocopatel, por ejemplo, tiene muy poca tierra propia. Apenas
unas 3000 hectáreas, solo un 10% de lo que siembra. El resto es alquilado.
Puede seguir haciéndolo o no; según venga el negocio. Y no es el peor ejemplo,
lo conozco personalmente, he hablado bastante con el, y lo que es más
importante, lo he venido observando a través de unos quince años con lo que he
entendido que hace lo que piensa y dice lo que piensa. No me gusta mucho lo que
hace pero viendo el menú no es el peor plato. Cuando el pool es un fondo de
inversión de algún Banco ahí se pone espeso el asunto. Primero; para conseguir
los fondos, tiene que “asegurar” una rentabilidad al “inversor” (que en general
es el gerente de finanzas de alguna empresa, que a su vez tiene que asegurar
una rentabilidad al CEO de la misma) y esa rentabilidad tiene que ser anual.
Diría Alfredo “minga” de planificación, de rotación, o de lo que sea cuidado
del suelo. El saber tiene su costo (know how) pero como hay que minimizar costos
para asegurar rentabilidad, hagamos soja, que para eso no se necesita ser
agricultor, ni saber de agricultura. Basta un contratista de fumigación y
siembra y a otra cosa. Más otro (o el mismo) de cosecha y chau. Como los
contratistas suelen ser también productores, el pago se hace en especie (por
tanto o a porcentaje). Digamos que un 20% de la producción bruta es el pago
del/los contratista/s. En cosecha se pesa y el contratista se lleva los kilos.
De paso no aparecen como producción con lo que se disminuye el imponible de
ganancias. Al Propietario también se le puede pagar con kilos (otro ítem que
sigue disminuyendo el imponible de ganancias).
Por eso
siempre hablan del Impuesto a las ganancias como “aquello a lo que el gobierno
debe apelar para recaudar”. Además debe recordarse que si no ha variado el
asunto, desde la época de Martínez de Hoz, los bienes de producción alquilados
no tributan impuesto al patrimonio, si, tributan los alquileres
percibidos….Impuesto a la Ganancias, pero, como lo percibido es en especie, por
ahí se vende a un molino harinero chico (por eso han proliferado tanto) pero,
en negro una parte cosa que lo que se pueda mostrar quede por debajo del
Imponible. O a alguna fábrica de balanceado, ¡segual! Por eso, aunque las
retenciones sean injustas, son lo aplicable. Por eso ni hablar de una Ley de
Arrendamientos!!! Que al establecer un plazo mínimo (de tres a cinco años)
obliga a contratos de mediano plazo que traban la movilidad del capital. ¿Quién
es capaz de asegurar una rentabilidad al capital a cinco años visto? Únicamente
bajando el valor de los arrendamientos por ejemplo, con lo que los arrendadores
verían disminuido su actual estándar de vida, y en una de esas hasta se verían
obligados a trabajar. Con lo que en una de esas se podrían repoblar los campos.
Otra pregunta ¿los CEO y sus gerentes de finanzas están en condiciones mentales
de planificar algo a tres o cinco años? Bueno, los suelen asesorar genios como
Broda o Melconian, así que dudo mucho de su capacidad intelectual. Al
contratista, ¿le conviene esto? Según, al grande que está recargado de fierros,
no, porque depende de la escala para mantener la amortización de los equipos.
Al chico, de cabotaje, si porque al disminuir la presión de los grandes pool
que tiran los arrendamientos a la suba la disponibilidad de tierra cercana
aumenta. Estos son solo algunos elementos como para analizar y profundizar en
cada lugar de acuerdo a la realidad del medio. Deben ser profundizados,
calculados y chequeados en cada lugar antes de largarse a correr teros,
descalzo. No le faltará a los compañeros algún contador amigo o algún Ing
Agrónomo que realmente lo sea, ya que la profesión está invadida por
almaceneros con diploma de despachantes de agroquímicos a porcentaje. Esto creó
una nueva clase parasitaria, que son los ex-agricultores; aquellos que
endeudados pudieron retener la propiedad de sus campos mediante la decisión
política de refinanciar del 2003, paro habiendo perdido definitivamente el
tren, hoy alquilan sus campos lo que les ha permitido un bienestar económico
que podemos apreciar en cualquier pueblo mediano del interior. Y ya vamos
teniendo los componentes del “sujeto agrario” actual de la Pampa Húmeda.
Representación de los nuevos actores
Todos los
cambios que hemos venido historiando, aún corriendo el riesgo de dejar cosas en
el tintero, no fueron advertidos ni mensurados debidamente, ni por la sociedad,
ni por la inmensa mayoría de los politizados de la sociedad. Así, todo el mundo
seguía pensando que aún existían pequeños y medianos productores en escala
significativa y que eran representados por la FAA. No mucho antes del conflicto
de 2008 sus autoridades habían participado activamente de la “Marcha del
Hambre” junto a la CTA, por ejemplo.
La
Sociedad Rural Argentina,
seguía representando al sector que la había fundado allá por 1866, aunque ahora
más “aggiornado” a lo financiero, tal cual lo contamos en alguno de los
artículos anteriores. Hay que reconocerle una virtud: NUNCA ENGAÑARON A NADIE.
Son lo que son, representan cabalmente al sector de sus componentes con sus
intereses y su ideología liberal a ultranza, antiguamente representados por el
Conservadorismo fueron mutando su representatividad política alternándola con
el Partido Militar, la antipolítica, o las nuevas expresiones electorales de la
derecha.
Las
Sociedades Rurales del interior, agrupadas por regiones y representadas por CRA, ya con el paso del
tiempo fueron mutando y mimetizándose con la SRA, con la única diferencia que
sus componentes venían mayoritariamente del Radicalismo Alvearista pero como es
natural terminaron confluyendo con los mismos intereses. Vieron engrosadas sus
filas por el decaimiento del Cooperativismo Agrario en cuanto a la
representación pública, y la desaparición de muchas Cooperativas en los ’80 y
’90 que dejó a la deriva a sus componentes.
El
Cooperativismo Agrario, duramente golpeado en su base durante los años del
neoliberalismo, donde se da la desaparición masiva de los pequeños y medianos
chacareros, proceso que ya historiamos en artículos anteriores, sufrió un
proceso de concentración, donde algunas Cooperativas fueron absorbiendo a las
más pequeñas adoptando así sin mayor empacho la doctrina neoliberal, y bajando
el mensaje de que era inevitable, y que los pequeños agricultores ya no tenían
cabida en el sistema. La quiebra de FACA (la Cooperativa de 2º Grado de los
agricultores de Federación Agraria), la desaparición de UCAL (Unión de
Cooperativas Algodoneras del Chaco), ver:
http://elblogdelmayolero.blogspot.com.ar/2014/02/a-veces-nos-olvidamos-de-como-fueron_15.html
y http://elblogdelmayolero.blogspot.com.ar/2014/03/a-veces-nos-olvidamos-de-como-fueron.html Y el fenómeno caracterizado por la
“gerentización” de las Cooperativas, donde las entidades pasan a ser conducidas
más que por sus asociados, por un grupo de técnicos con poca o nula formación
ideológica, y un grupo de dirigentes profesionalizados, alejados de la
realidad de su importancia como representantes genuinos de los auténticos
trabajadores de la tierra, más el abandonar a su suerte a sus propios
mandantes, acentuó aún más el descreimiento en su representación.
La Federación Agraria
Argentina. Aún así, todo el mundo
seguía pensando que aún existían pequeños y medianos productores en escala
significativa y que eran representados por la FAA. No mucho antes del conflicto
de 2008 sus autoridades habían participado activamente de la “Marcha del Hambre”
junto a la CTA, por ejemplo. Muy pocos en la sociedad y muchos menos en las
grandes ciudades habían registrado todos los fenómenos que venimos
describiendo. Apenas se visualizaban las luchas de las “Mujeres Agropecuarias”
que con Lucy de Cornelis a la cabeza, levantaban las banderas de Maria Robotti
de Bulzami (¿se acuerda que le conté de ella cuando hablamos del “Grito de
Alcorta”) peleando palmo a palmo contra los caranchos y los chimangos e
impidiendo el remate de sus campitos. Pero periodísticamente se lo trataba como
“una nota de color” escamoteando el hecho que 14 millones de hectáreas de la
mejor tierra agrícola del mundo estaban con sentencia de remate. La dirigencia
de la FAA emitía tibios comunicados sobre el tema. CONINAGRO parecía no estar enterada
que tal cosa sucediera. Así fue que llegamos al 2003, cuando una decisión
política (“Ni un solo remate más” dijo Néstor Kirchner) sumada a una oportuna
refinanciación de pasivos agropecuarios, espantó caranchos y chimangos. Aunque
ya era demasiado tarde para muchos, los campos se habían despoblado, y los que
quedaban en pié, ya fuera de la escala económica, o se transformaron en
contratistas, o directamente alquilaron sus campos a los pooles de siembra, que
ya habían copado la parada. Por eso, el conflicto del 2008, tremendamente
mediatizado tomó por sorpresa al desprevenido habitante de la gran ciudad, que
desconocía estas realidades. No así al habitante de las pequeñas y medianas
ciudades del interior, que por su cercanía a la olla, conocía los ingredientes
del guiso. A las apuradas se armó lo que se dio en llamar “Mesa de Enlace”
donde SRA, CRA, FAA, y ConInAgro asumieron una representatividad ficticia
en el caso de estas dos últimas, de un sector que ya buscaba otros canales de
expresión Apareció un nuevo actor del Sujeto Agrario en escena, los
“Autoconvocados” del que algún amigo dijo que se titulaban así porque todos
venían en auto… Otros los llamaron más acertadamente a mi juicio como
“piqueteros” o “talibanes” rurales.
De autoconvocados, caceroleros y
talibanes
Ya hace algunos años que se empezó a utilizar el término
“autoconvocados”, hijo putativo del “que se vayan todos” del 2001; describe un
genérico conjunto de sujetos que dicen descreer de todo tipo de organización
constituida con propósitos representativos del conjunto o de un sector de la
sociedad, ya sean estas organizaciones políticas o gremiales de su propia
actividad. (Con una salvedad; no se registran estas “autoconvocatorias” en los
sectores laborales sindicalizados, o si las hay no tienen la trascendencia que
en otros sectores). Una especie de extraño anarquismo organizado que cobró
visibilidad en el fallido intento de golpe de estado de 2008 motorizado por el
sector agrario, que los alentó “sotto voce” para utilizar su accionar como
argumento para sustentar el argumento de “la presión de las bases”. Los
componentes de esos grupos de autoconvocados, realmente, y en su gran mayoría,
son jóvenes vinculados al campo, formados y educados en el individualismo feroz
de los neoliberales, que precisamente por eso jamás tuvieron ni buscaron
participación en las organizaciones representativas de su actividad. Su escasa
formación intelectual, (casi ningún conocimiento fuera de los estrictamente
técnicos específicos de su actividad) les impide procesar hechos históricos y
ubicarse en ese contexto. Para ellos, la cosa es ahora y aquí, prescindiendo
del resto de la sociedad, de los hechos anteriores que llevaron a determinadas
situaciones, y de la proyección a futuro de los hechos que quieren producir. Su
ignorancia, los hace despreciar la realidad que solo son una parte de un gran
conjunto. Para ellos lo único real y atendible es lo que ellos creen y
descalifican “ad hominem” todo otro argumento. Pero tienen una falla; carecen
de argumentos propios. He mantenido alguna polémica con algunos de sus
exponentes, en las que les he preguntado por sus números personales, los de sus
propias explotaciones, las que ellos manejan en el día a día. Nunca he logrado
que me contesten algo que no sea “copy-paste” de artículos de los suplementos
específicos de La Nación o Clarín, lo que hace imposible todo tipo de diálogo
del que se pueda sacar alguna conclusión real. Comparten con sus congéneres
urbanos de la especie cacerolera algunas características comunes, como es la
incapacidad de poder mantener un esfuerzo militante a través del tiempo,
(posiblemente debido entre otras cosas a su desconocimiento de la historia,
tema que esbozamos en un párrafo anterior) su desprecio (más que nada por
ignorancia) de todo otro pensamiento que no sea el que creen propio, y por
consecuencia su incapacidad de mantener una discusión sin incurrir en agravios
y descalificaciones, precisamente por su falta de elaboración de pensamientos
propios que puedan amalgamar en una idea colectiva. Ambos grupos se van
diluyendo en su accionar, y así como los autoconvocados rurales ya no pueden
hacer movilizaciones como las de 2008, los urbanos (tan bien estudiados y
disecados por el amigo Abdul
en su blog) se
han diluido, porque precisamente su concepción del “ahora y aquí” se chocó con
el diario del día siguiente en que todo el país seguía su funcionamiento
habitual.
Los talibanes
rurales hoy día han perdido sus referentes. El “Torito” De Angeli es denostado
por los propios autoconvocados entrerrianos. Buzzi los ha traicionado (dicen
ellos), los “agrodiputados” tampoco sirven…
“mucho de culpa tiene el mismo
campo, algunos dirigentes que les gusto en el 2010, el ofrecimiento de las
“Relaciones Carnales con el Gobierno K”, este fue el cooperativismo Agrario,
con Buzzi a la cabeza. Si !!!!! volvió a tropezar con la misma piedra, se
volvió a enamorar del Estatismo e intervencionismo para ver si puede ser parte
de todo el “manoteo Estatal”. El síndrome de Estocolmo de dirigentes que se
creen “Iluminados” fue el garrotazo que sufrimos los que solo queremos
“trabajar y producir en PAZ y con DIGNIDAD”. El FRACASO de los Agrodiputados,
fue por Orsolini, Forte y Barchetta, los 3 federados solo cobraron el sueldo, y
seguramente cobrarán Jubilaciones de por vida, todas de privilegio. Mientras el
CAMPO se desangra en una persecución, confiscación y maltrato de un Gobierno
que finge ser democrático pero que en realidad, es “terrorismo de Estado”.
Nuestro País se sigue dividiendo, con “condenado y bendecidos”, creo que todos
nos damos cuenta, pero NADIE hace nada. Todo esto se arregla con una sola cosa:
Respetar nuestra constitución Nacional la de 1853.”
Esto lo
publica en un grupo de facebook llamado “Mundo Fierros” un Sr. Jorge Esponda
cuyos referentes políticos de acuerdo a su muro parecen ser Mauricio Macri y la
“Tota” Del Sel, y sus faros intelectuales Nelson Castro y Jorge Lanata, que
además se presenta como “comunicador de los Autoconvocados de Roldán (Santa
Fé)”.
Han perdido
la brújula y no hay GPS que los salve… Ahora las entidades que decían ser
representativas se encuentran con que se han quedado sin tropa. Han destruido
la representatividad de las entidades “representativas”. La FAA se despedaza en
internas, ConInAgro está en proceso de disolución, y lo peor en estos casos es
que el anarquismo que han cosechado en sus bases las va a excluir por mucho
tiempo del concierto de entidades representativas del sector. ¿Será el tiempo
de barajar y dar de nuevo? Los pequeños productores, las economías regionales
van creando por otra parte otras instituciones y mecanismos de representación.
Las Cooperativas recobran su importancia en el comercio de granos merced a
políticas nacionales que les facilitan su desenvolvimiento (prebendas las
llaman despectivamente los talibanes rurales). Los pool de siembra y fondos de
inversión reorientan sus negocios a producir con valor agregado. Me parece que
a algunos se les escapa la tortuga… Y que los forrearon otra vez…
Las usinas ideológicas de los talibanes agrarios
Luego de la
“Libertadora” se fue acentuando la tendencia de los terratenientes arrendadores
a recuperar sus campos para explotarlos por las suyas. Habiéndose mecanizado la
agricultura creyeron que la cosa iba a funcionar sin los chacareros. Se
encontraron con algunos problemas prácticos, como ser que había que hacer cosas
a las que no estaban acostumbrados, como por ejemplo a trabajar, y aunque ellos
no se fueran a sentar sobre el tractor, al menos había que saber que había que
hacer para impartir las órdenes necesarias. Vamos a terminar con un mito
arraigado. En el campo no se trabaja mucho. Se trabaja intensamente en algunos
períodos puntuales. Un par de meses entre arada y siembra, y un mes en la
cosecha. (Hablo de la agricultura de aquellos tiempos de labranza convencional
y cosecha con máquina propia) los restantes 9 meses del año se trabaja a un
ritmo mucho más tranquilo. Hoy el secreto reside en saber qué hacer y cuándo
hacerlo, y que en ese momento las herramientas funcionen correctamente, y los
insumos necesarios (combustibles, semillas, fertilizantes y demás) estén
disponibles para su uso inmediato. Esto era conocido por generaciones de
chacareros, pero apareció una ciencia desconocida para los recién llegados a
los campos que fueran del abuelo… El INTA ya empezaba a dar sus frutos, y
nosotros empezábamos a interactuar con esta organización, pero a ellos se les
ponía complicado y atentaba contra su mentalidad ir a preguntar a un organismo
oficial que era lo que tenían que hacer. Así fue que se fundaron los Grupos
CREA a principios de los ’60. Fundamentalmente eran productores que se
agrupaban, y con el asesoramiento de un Ing. Agrónomo y un Veterinario,
intercambiaban experiencias. Era el mismo asesoramiento que teníamos nosotros,
sacado de la misma fuente (el INTA) con la única diferencia que ellos pagaban
honorarios, y nosotros íbamos a la Agencia de Extensión y lo teníamos gratis… Con
el tiempo fueron agregando al final de la reunión la disertación de algún
“economista” (que también cobraba sus buenos honorarios). Se agruparon en
AACREA (Asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agropecuaria) en
forma paralela o muy cercana a las Sociedades Rurales del Interior. Esto
incrementó las fuentes de trabajo para los Profesionales de las Ciencias
Agrarias (Ingenieros, Veterinarios, Agrónomos) y trajo aparejado un currito, el
llamado “Almacenero con Diploma” o sea el profesional que receta el mismo
producto que vende. Le explico; los agroquímicos no se venden sin receta. Se
necesita la firma de un profesional en el formulario de “Receta Agroquímica”
para que el comerciante expenda el producto en cuestión. Así como el Médico y
el Farmacéutico, con la diferencia que el Ministerio de Salud hace
incompatibles ambas profesiones. Un médico no puede ser propietario de una
farmacia, por ejemplo. Pero en la actividad agropecuaria, el que firma el
Recetario Agronómico, o es empleado del vendedor, y cobra una comisión, o
directamente, receta y vende sin ningún problema. También con el avance
tecnológico aparecieron entidades como AAPRESID, que agrupa a los productores
que se manejan con siembra directa, AAPROTRIGO o MAIZAR que agrupa productores
de Maíz o Trigo. Luego aparecieron las multinacionales agroexportadoras y
semilleras necesitadas de promover las ventas de sus productos. Aquí transcribo
un comentario de mi amigo Eduardo Molini, a uno de los artículos anteriores:
Eduardo
Molini Era el año 1986 , y unos muchachos que vendían agroquímicos, armaron en
el club de Bajo Hondo, una charla para ampliar el rubro y colocar también
semillas de sorgo, unas empanadas un poco de vino y las disertaciones de rigor
a cargo de técnicos de la empresa Pionner, y para terminar un fulano de la
empresa se mando una bajada de línea pro liberal en donde delineo punto por
punto los cambios que se introdujeron en el campo y el país en la década de los
noventa. Mis por entonces amigos y colegas aplaudieron a rabiar al farabute
militante de la tragedia social que se venía, muchos de los aplaudidores
tuvieron que dejar la actividad por falta absoluta de rentabilidad en los años
de la convertibilidad. Esa noche sentí que la batalla cultural se estaba
perdiendo irremediablemente.
Sponsoreando
generosamente ese tipo de actividades y sus Congresos Anuales adonde como
frutilla del postre aparecen Mariano Grondona, Marcos Aguinis, Miguel Angel
Broda, Jose Luis Espert, bajan línea a productores con poca o nula formación
política reunidos por un interés puramente técnico. Estos son los “think tanks”
del talibanismo agropecuario, mano de obra poco ocupada, que formara el grueso
de la tropa de matoncitos que coparan las rutas en el conflicto de 2008.
También allí apareció un personaje cuasi payasesco al que los medios de
comunicación transformaron en estrella, el inefable chantapufi, hoy Senador
Nacional, Alfredo de Angeli. Que casi merecería un capítulo aparte, no por si,
sino como demostración de cómo se consuma un gigantesco fraude a la opinión
pública, con la conducción de los medios de comunicación. Capaz que por ahí lo
hago, pero me parece que hay cosas más importantes que analizar en el “sujeto
agrario” que este pobre tipo, estereotipo de un sujeto agrario que ya no
existe.
El ocaso de los Dioses
Tuvieron su
hora de gloria el 2008. Fueron los niños mimados. Las cámaras de televisión los
llevaron al estrellato. La clase media urbana fue debidamente motivada a
identificarlos con un estereotipo de “el campo”, bastante lejano a lo que la
realidad que conocemos indica. Deliberada y estudiadamente se ignoraron las
realidades y transformaciones que se fueron dando en la Pampa Húmeda en los
últimos cincuenta años, cosa de la que hemos venido dando cuenta en esta serie
de artículos. Se recreó, como si fuera para una película un escenario agreste,
con rudos trabajadores de la tierra, tal vez poco escolarizados pero imbuidos
de valores éticos y conductas prístinas, sin dobleces ni agachadas. De modestos
chacareros que nada sabían de papeles y contratos, para los que la palabra
empeñada tenía más valor que cualquier otra cosa, y un apretón de manos era más
valedero que cualquier otra cosa. Se soslayó cuidadosamente señalar que se
habían producido transformaciones profundas, casi me animo a asegurar que
irreversibles, en la agricultura y la ganadería de nuestro país. Que la
“financierización” y los avances tecnológicos cambiaron totalmente el panorama.
Que ya prácticamente nadie vive en el campo, aunque en el interior muchos vivan
del campo. Se ocultó deliberadamente la aparición de un sector clave, el contratista
rural, alrededor y sin el cual nada funcionaría, ya que es el dueño de los
fierros y el que tiene el “know how” de la agricultura. Se tendió un manto de
olvido sobre el endeudamiento que recaía sobre 40.000 propiedades y su
refinanciación en 2003/2004 merced a una decisión política de Néstor Kirchner:
“Ni un solo remate más”. Se invisibilizó la lucha de Lucy de Cornelis y las
Mujeres Agropecuarias que por mucho tiempo pelearon por todos los medios contra
los cuervos y los caranchos, usureros y bancos. Y se crearon nuevos actores y
nuevas figuras; se endiosó a los “autoconvocados” que no eran más que bandas de
matoncitos que se dieron el lujo de paralizar el país por más de cien días. De
cortar rutas, y causar muertes interrumpiendo el paso hasta de ambulancias con
pacientes en estado crítico. El 2009 trajo elecciones y los Partidos Políticos
se peleaban por llevar en sus listas a representantes “del campo” como número
atracción. Eran los que desde el Congreso Nacional iban a modificar el Poder. Y
con algunos de esos ingredientes lograron apoderarse de parte del Congreso, y
constituir el famoso Grupo “A” que paralizó las cámaras (o intentó por todos
los medios) por un par de años. No pudieron hacerlo por su propia incapacidad
pero hicieron lo suyo, dejando al país sin Presupuesto Nacional por un año. El
tiempo y el pueblo se ocuparon de poner las cosas en su lugar el 2011, y así
llegamos al 2013 donde vencieron sus mandatos y tuvieron que volver al llano
irremisiblemente. No tienen vuelta. De yapa en la FAA se rebeló la tropa y las
filiales del Sur de Cordoba se le pararon de manos a Buzzi, y el propio Consejo
Directivo le ordena concurrir a las reuniones a las que ha sido citada la
institución con el Ministro de Agricultura dejando de lado el emblocamiento con
sus amigos de la SRA y CRA. No solo eso, sino que le ordenan que trate de
conseguir retenciones segmentadas para los pequeños y medianos productores (los
que todavía quedan). O sea volver a la resolución 125… Los “agrodiputados”,
intento corporativo bien a lo Mussolini, pasaron a la historia como el
resultado de una gigantesca manipulación de la opinión pública, a ciudadanos
que gustan referirse a sí mismos como “independientes” y convencidos que por su
grado de cultura son inmunes a los intentos de los “políticos corruptos de
manipular sus votos. El “Sujeto Agrario” parecía haber sido penetrado por la
antipolítica, sin embargo cuando empezamos a hacer un análisis de los
resultados electorales “peinando” por así decirlo pueblo por pueblo, y Distrito
por distrito, nos encontramos con una sorpresa: los “agrodiputados” llegaron
por el voto de las grandes ciudades, de la mano de la clase media urbana de las
grandes ciudades. Los votantes de sus pueblos y regiones los conocían bien… Fue
un triunfo exclusivamente mediático. (Ver http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2011/08/el-voto-del-sujeto-agrario.html)
Entrando a salir
Qué es el
modismo criollo por empezando… Ya hemos recorrido el camino que el llamado
“sujeto agrario” recorrió desde el principio de la colonización española en
estos pagos, con la fundación de Buenos Aires hasta estos tiempos. Ya va siendo
hora que terminemos con esta serie. Cabe recordar que me he referido a lo que
es la Pampa Húmeda específicamente, y algo de su periferia, dejando de lado las
producciones regionales principalmente por una traba fundamental, que es tratar
de hablar o escribir en este caso, de lo que conozco. Y algo conozco, a través
de mi profesión de Agrónomo, y de haber nacido “a chacra”, de haber sido
agricultor y contratista durante muchos años (35 es algo), consultor en la
Industria Fideera, y haber ocupado diferentes cargos en el Cooperativismo
Agrario. Motivó esta serie como dije en el primer artículo, tratar de llegar al
“bicho urbano” con la realidad actual de la Pampa Húmeda, para que no se le
vuelva a vender el mismo pescado podrido que se les vendió el 2008, con el
agravante de que pasados seis años, y siendo la misma mercadería, está más
podrido aún. Nada de lo que vi y viví puede volver a repetirse. Pensar en una
Pampa Húmeda poblada de chacareros dedicados a la agricultura es un espejismo.
Usted amigo debe tener en cuenta que nuestra Pampa Húmeda no tiene árboles
propios. Cuando recorra sus caminos o sus rutas piense que todo lo que levante
más de dos metros del suelo es alguna especie exótica plantada allí por la mano
del hombre. Cada uno de los montecitos que usted vea, fue una chacra. Allí
vivió una familia, o dos o tres. Allí se albergaron ilusiones, se concibieron
hijos, se poblaron de risas infantiles, de amores adolescentes, de lágrimas por
la partida definitiva de los abuelos inmigrantes, y de lágrimas de impotencia
frente a la imposición de medidas económicas que las fueron haciendo inviables.
Como lágrimas deben haber vertido los pueblos originarios cuando tras la
Campaña el Desierto, fueron regalados sus hijos y esclavizados sus padres. La
tecnología en su avance elefantiásico no advierte la hierba que va pisando. La
mecanización, la genética son avances tan indiscutibles como los antibióticos,
sus efectos deben ser cuidadosamente administrados para que no sean
perjudiciales. Lamentablemente siempre hemos sido objeto de intereses y
experimentos ajenos, de la mano de nuestra clase dirigente (y cuando hablo de
“clase dirigente” abro un amplio paraguas bajo el cual se cobijan Políticos,
Empresarios, Eclesiásticos, Cooperativistas y Ruralistas, Profesionales de las
distintas especialidades, Comunicadores y otros más que también caben) cuyas
responsabilidades ante la sociedad generalmente exceden las del “hombre de a
pié”, y que formados o influenciados por una mentalidad fenicia se han
destacado por su miopía al ver más allá de sus propios intereses momentáneos.
Hay excepciones, por supuesto, siempre las hubo y las seguirá habiendo. Muy
pocos dirigentes han tenido la visión a largo plazo necesaria, y todos ellos
han sido combatidos ferozmente en cada momento. Y la mayoría de las veces se ha
manipulado la opinión pública (y privada) contra todo aquel que haya osado
levantar la cabeza “del plato de sopa”. ¿Quedan agricultores? Si que
quedan; allá por detrás de la Sierra de la Ventana donde comienza la Pampa
semiárida todavía están ejerciendo su arte, generación tras generación,
adaptando tecnologías a su realidad. Claro; allí no llegan ni el “pool”
de siembra ni los “fondos de inversión”. No pueden obtener la rentabilidad
rápida que obtienen del “doble ciclo” (dos siembras y cosechas en un año
calendario, fina y gruesa), cosa que nunca explicitan ante el “bicho urbano”
cuando exhiben sus números. El llamado “sujeto agrario” ha experimentado tantos
cambios irreversibles, que hacen imposible una vuelta atrás. Teóricamente el
volumen de producción granaria, se podría sostener con más agricultores, pero
surge una pregunta concreta. ¿Quiénes son? ¿Dónde están? La ganadería ha sido
desplazada a las zonas marginales, que merced a los cambios climáticos y a los
avances genéticos ya sea en especies animales como vegetales, se han poblado de
vacunos, lo que además trae consecuencias en la Industria Frigorífica que debe
afrontar las complicaciones de trasladar sus plantas a lugares más cercanos a
las zonas de producción. Ésta es la realidad, que según decía uno que tenía
visión de largo plazo, es la única verdad.
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