Sería indigno en
omitir
si hablara de mi
presente
de los que nunca
están ausentes
y que aplacar mi
afligir.
Son ochos los
compañeros
que supieron leer la
historia
perdonando mi memoria
licencia pa´ los
olvidos
malos tratos y
martirios
por malos tiempos
vividos.
El gato esconde
secretos,
rarezas, fidelidades.
Nadie se tiente a
invertir
en promesas
incumplidas.
Nunca se crea usted
patrón de quien lo
eligió
con genuino
sentimiento
y ninguna mediación
que optó por
amansarle
su huesuda condición.
Dos hembritas
variopintas
pasean con su altivez
cierta dosis
preceptora
a un cachorra
barcina,
iniciadora de juegos
e inmaduras cacerías.
Cinco machos
renegados
jaquean merodeadores
cuidando de
impertinencias
y vecinos malechores.
Veteranos cazadores
de encarnizadas
batallas
el rancho luce
impoluto
sin roedores
canallas.
La fiesta de la
carneada
los sorprende
deambulando
se instalan formando
rueda
como el artista al
fogón
esperando su momento
y degustar su ración.
Cada uno con su
impronta
estima y personalidad,
sus relaciones varían
formando grupos
nomás.
El sordo y la
barcinita
hacen yunta en las
misiones
el rojo es
milongueador
solitariando caminos
el oscuro y el rayado
vigilan desde los
pinos.
Bayo es el gordo
mimado
el pobre llegó
maltrecho
un alambre era su
cola
y un pozo tenía en el
pecho.
Así están todos
mencionados
sin olvidos ni
omisión
cada uno expresa algo
y muestran su
distinción
nos ofrecen día a día
su nobleza y
perfección.
Cuarenta años tardé
en apreciar al felino
cuarenta años tardé
para entender al
destino.
Lanzo un insulto a
los vientos
por tanto tiempo
perdido
creencias mal
heredadas
y prejuicios
escondidos
vaya este humilde
homenaje
ante tanto perro
jodido.
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